The Delines, el Country Soul más elegante.

   Todos recordábamos la visita de la banda de Portland hace cuatro años presentando su primer álbum Colfax. Con el recuerdo aun fresco, nos llegaron las trágicas noticias del atropello de Amy Boone, justo en mitad de la grabación de The Imperial.

   El enorme daño físico, que requirió nueve operaciones, injertos de piel y meses y meses de reposo total, no hicieron mella en la vocalista. Dos años después, cuando apenas podía caminar de nuevo, pudieron completar el álbum, que estará en las listas de mejores discos del año con seguridad.

   Para Amy, esta gira está resultando completamente sanadora. Aunque sigue apoyándose en un bastón, no deja de sonreír y sentirse querida por su público y por sus compañeros de banda, que la miman al detalle. Incluso ha conseguido olvidarse de los opioides que le ayudaron a sobrellevar el dolor durante estos años.

 El concierto se convierte así en una celebración de la vida. La banda (en gran parte miembros del antiguo grupo de Vlautin, Richmond Fontaine) es incomparable, pero toca de una manera austera: totalmente al servicio de las canciones y de Amy. El bajo de Freddy Trujillo es cálido y expresivo y está perfectamente unido a Sean Oldham en la batería, formando una base rítmica delicada y precisa. La trompeta de Corey Gray lleva al directo de forma admirable los arreglos de metal presentes en el álbum. Entre todos logran un sonido cálido y suave pero frágil y lleno de dolor y experiencia de vida.

 El nuevo disco sigue la fórmula de su debut: ambientes nocturnos y soul country, pero superando en riqueza de matices y sentimiento. Las canciones son historias de adicción, pérdida, desesperación, anhelo y, a veces, amor y esperanza. Llenos de personajes totalmente creíbles como Eddie, Polly y Charly, personas que puedes cruzarte cada día por la calle o en la barra de tu bar favorito. Pero si bien estas son canciones escritas por Willy Vlautin, es Amy Boone quien las está viviendo. entregada con una voz casi sin igual en la actualidad. Hay un dolor y honestidad en su voz que es completamente convincente: crees que le duele de verdad cuando canta esas enormes historias.

Willy , que también es novelista, escribe historias de gente trabajadora. Pequeños dramas vitales en los que cualquiera puede reconocerse. Destacan canciones como The Imperial (la historia del encuentro de una pareja tras una larga estancia en la prisión del chico), Cheer Up Charlie (sobre una historia real de un tipo cuya cuesta abajo personal observaba Willy desde la ventana de su casa) o Colfax Avenue, pieza clave del disco debut (desoladora historia de un ama de casa buscando a su hermano, destrozado mentalmente tras regresar del ejército). Otro gran momento es la desgarradora balada Holly the Hustle, donde la guitarra cristalina de Vlautin se establece como contrapunto a una historia de disfunción familiar, infancia perdida, alcohol, violencia, fraude y falta de vivienda.

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Hay tantas cosas buenas en The Delines… La voz de Boone es conmovedora y mágica y las canciones de Vlautin no solo están bien elaboradas sino perfectamente diseñadas para proporcionar el telón de fondo ideal para la voz de Boone. Sin duda, una de las mejores bandas que han pasado por nuestra ciudad este año. Es difícil captar nuestra atención de principio a fin, pero ellos lo consiguieron. Puedes sentir desde abajo la gran relación que tienen los miembros de la banda y la alegría de tener de vuelta a la señora Boone. En el post concierto nos cuentan que tienen ya reservado estudio para grabar su nuevo disco y se nos dibuja una sonrisa en la cara. Sabemos que lo tienen todo para volver a maravillarnos con su delicado sonido.

Texto-Javier Casamor 

Fotos y Vídeos-Ana Hortelano

 

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