Jared James Nichols y Ben Poole, blues de 24K

 

Cada nueva gira de Jared James Nichols supone una alegría para los amantes de las seis cuerdas. Y no solo por lo que representa en el panorama actual del blues, sino porque desde la organización plantean un nombre a descubrir. En esta ocasión el escogido fue Ben Poole y la sala 16 Toneladas la afortunada plaza en la que dió inicio la extensa gira que llevará a Jared por diez ciudades hasta final de mes.

El público valenciano no dudó en llenar la sala para disfrutar de este cartel doble cuyas propuestas podrían resultar similares por forma, pero no así en el fondo. Tanto Jared James Nichols como Ben Poole se apoyan en el power trío, pero entre las dos bandas abarcan las amplias raíces del blues. El concierto comenzó con algunos minutos sobre la hora prevista, pero sin exigencias en el timing del show. Pero en cuanto las cuerdas de la preciosa telecaster de Poole comenzaron a vibrar, la hora de concierto se le hizo corta al público que timidamente si iba acercando al escenario. 

 

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Con solo tres albums en estudio, el último datado de 2017, su carrera está orientada al directo puro y duro. Su estilo recuerda al blues rock de Ritchie Kotzen, así como su rango vocal aunque con matices de John Mayer. Con una técnica depurada, y una limpieza de ejecución sin perder agresividad en el ataque a sus fraseos y solos, Poole se ganó al público desde el primer minuto. “Take It No More” abrió la lata de las esencias, de la que surgió un tema tan SRV como es “Win You Over”. Con una base rítmica sólida pero discreta, todas las miradas seguían al tatuado bluesman recorrer el mástil a lo largo de sus solos provocando ovaciones cada vez que terminaba uno. 

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Y como no solo de temas propios vive el músico, Ben Poole nos trajo “Dirty Laundry” de Don Henley antes de ponerse tierno con “Don’t Cry For Me”.  La balada brindó uno de los solos más intensos de su actuación prolongando el tema hasta los diez minutos de éxtasis guitarristicos. El guitarrista inglés consiguió algo que había parecido imposible durante su actuación: Que 16 Toneladas quedara en silencio absoluto. Al borde del escenario y sin micro, ofreció una sentida versión del tema de Freddie King “Have You Ever Loved a Woman”. Algo que terminó de encumbrar a Ben Poole y poner el listón muy alto a Jared James Nichols. Con “Any Time You Need Me” puso fin a algo más de una hora de agradable sorpresa musical para quien no lo conocía.

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Llegaba el turno de Jared James Nichols. En su última gira, pequeños problemas de garganta dejaron sus conciertos con un gusto agridulce. En el escenario se podía ver al guitarrista esforzarse por darlo todo pero su garganta no respondía como se esperaba. Sin ese lastre, tendríamos a Jared a pleno rendimiento. Y vaya si lo tuvimos. Entregado desde la primera nota, el gigante de Wisconsin se metió al público en el bolsillo. Con pequeñas variaciones respecto a su concierto en Barcelona de la gira anterior, Nichols se reafirmó en la confianza y orgullo que deposita en su álbum homónimo. Hasta ocho temas sonaron del mismo. 

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“Easy Come, Easy Go”, “My Delusion”, “Down The Drain”, “Hard Wired”… una tras otra fueron cayendo dejando constancia de lo engrasada que está la banda. Diego Edsel resulta el escudero ideal para Jared. Inquieto y con ganas de ofrecer espectáculo en cada momento intercambiaban posiciones con el guitarrista a las primeras de cambio. Preciso en las notas y aportando coros conseguía algo tan complicado como resulta dejar de mirar la técnica con las seis cuerdas de James Nichols. “Throw Me to The Wolves” pinta a que va a ser fija en sus repertorios futuros con ese pequeño deje compositivo que recuerda al mejor Bonamassa. Otras dos que parecen inamovibles son la dupla “Skin ‘n Bones” y “Bad Roots”, que pusieron el show rozando el éxtasis.

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Otros artistas para rebajar un poco la intensidad antes del tramo final pondría un medio tiempo, una balada, algo acústico… Jared James Nichols tiene otra idea para eso. Antes de “Honey Forgive Me” vislumbró entre el público la figura de una guitarra que alguien llevaba consigo. Ni corto ni perezoso y tras preguntar si estaba afinada, se la colgó para tocar el tema con esa ante la sorprendida mirada de su dueño. No solo eso, Jared bajó para tocar entre la gente hasta dar con Jota Martínez al que invitó a marcarse un duelo de fraseos con él del que salió airoso.

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No fue el único colaborador del público que Jared tuvo esa noche. Tras “Shadow Dancer”  y durante “Good Time Girl” hizo partícipe a un pequeño fan que doy fe estuvo cantando cada letra de las canciones. Su misión, manejar el pedal de wha mientras James Nichols improvisaba. Otro detalle  que sirve para ver la comunión que sigue manteniendo con quien le sigue y compra sus discos. Como hacer un guiño a un tema de Dio solo porque un habitual del local se le acercó para mostrarle orgulloso su tatuaje de Ronnie James. Hay a quien estos gestos le sobran, yo considero que dotan al concierto de un toque espontáneo y fresco que para nada rompe el ritmo del show.

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Era momento de poner velocidad de crucero de nuevo para afrontar el final de fiesta por todo lo alto. Y lo hizo con su segundo recuerdo a “Black Magic”. “Keep Your Light on Mama” hizo temblar los cimientos de la sala con su cadencia casi heavy que igual te permite hacer headbanging como pole dance. La guinda final del show la puso “Nails In The Coffin” y su guiño a “Miss You” de los Stones. Un ligero descanso y la vuelta para regalarnos una de sus versiones clásicas en su repertorio. “War Pigs” dejó claro que su estilo también bebe de la oscura y profunda guitarra de Tommy Iommi. Por si acaso quedaba algún despistado que no se hubiera encantado con Jared James Nichols, el tema de Black Sabbath hizo el resto. Y cuando ya todos dábamos por terminado el concierto, una nueva vuelta para regalarnos “Mississippi Queen” de Mountain.

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Ahora ya sí, retirada final al camerino por cinco minutos. Aunque esta vez ya no fue para tocar si no para atender pacientemente a todo el que quisiera hacerse una foto, tener un rato de charla o una firma. Da gusto ver a músicos que se dejan la piel sobre el escenario pero no pierden la sonrisa ni el contacto cercano con el público. Porque tanto Ben Poole y Jared James Nichols como sus músicos estuvieron al pie del cañón una hora larga tras apagar los amplificadores. En definitiva, una excelente velada que se recordará en la sala 16 toneladas. Tan recomendable como para hacer lo posible y acercarse a las fechas que le quedan a esta gira de Jared James Nichols.

Estas son las fechas que restan de la gira:



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