¿Existe en Catalunya alguna escena musical fuera de la fagocitadora Barcelona? La respuesta es sí. Y no sólo una , sino varias, e igual o más potentes. Desde la inagotable cantera de Vic a la de La Bisbal varías son las comunidades de artistas que colaboran produciendo unas sinergias que a veces derivan en un sonido más que reconocible.
Para celebrar y reconocer esta denominación de origen este año el festival Ítaca ha organizado una actuación coral con el título de “La Bisbal, el Liverpool del Empordà”. Porque no deja de ser tan curioso y sorprendente que de esta pequeña población que no llega a los doce mil habitantes haya surgido una escena que si bien es bastante heterogénea, en su mayor parte mantenga unos lazos comunes.
Para esta ocasión única los protagonistas disfrutaron de la tranquilidad de contar con una banda de acompañamiento más que excepcional, la formada por dos duplas de hermanos: Aleix i Genís Bou y Jordi i Emili Bosch, cuatro de los sospechosos habituales siempre que hablamos de buena música.
Por el escenario desfilaron Fetus y su propuesta punk/ska, la electrónica de B1n0, la relajación de Pau Blanc, la emergente juventud de Cloe Riembau y el RnR de guitarras de toda la vida de Miquel Abras.
Pero tendríamos que destacar a Lecocq, Mazoni, y Sanjosex como puntas de lanza de este movimiento , como perfectos ejemplos de un pop de altísima calidad, con toques rock y muchas veces cimentado en el groove, de letras tan cuidadas como cotidianas, tan evocadoras como creativas. Una gran noche de celebración que acabó con todos los implicados encima de las tablas festejando con una “Ei, que surt el sol!” de Mazoni que sonó, como todas las píldoras de esta “factoría”, a gloria divina…
Fotos Noemí Pujolar.