JP Harris & The Tough Choices iniciaron en Barcelona una gira española en la que siete de nuestras ciudades se vieron por una noche vestidas como una parte de Nashville.
Dentro de todo el abanico de posibilidades que la actualidad te ofrece para descubrir cosas nuevas, el boca a boca sigue siendo el más fiable. Es en esos corrillos donde te unes a conversaciones con los rostros conocidos de mil noches en colas, locales, conciertos en los que se encuentra la información más preciada. No me duelen prendas reconocer que mi bagaje siempre ha sido mucho más orientado al rock en todas sus vertientes. Pero de un tiempo a esta parte, el country se ha ido abriendo un pequeño espacio con visos de crecer. Así que, tras varias recomendaciones, tocaba acercarse a Razzmatazz 3 para ver a JP Harris & The Tough Choices con los deberes a medio hacer.
Sobre el escenario, todo un arsenal de instrumentos con la presencia de un imprescindible pedal steel. Y con apenas cinco minutos sobre la hora prevista, la figura de JP Harris comenzaba su recital. Un arranque con “Old Fox”, al igual que en su reciente “JP Harris is a Trash Fire”, que dejó claro el carácter escénico que desprende el barbudo cantautor. Una energía que quedó reflejada en “Hard Road” y que fue llenando la sala de buenas vibraciones. Con canciones como “Badly Bent”, “Trash Fire”, “Gear Jammin Daddy”, “To The Doves”, “East Alabama” o “South Oklahoma” poco a poco tenías la sensación de abandonar la ciudad condal para llegar a un bar perdido en la inmensidad de Tennessee.
Los ritmos melancólicos de las sencillas historias a las que JP Harris le pone voz se fueron sucediendo. Perfectamente arropado por la banda, está claro que echarse a la carretera con ellos no es precisamente la decisión más difícil que ha tenido que tomar. La sonoridad del pedal steel de Nick Larimore, la guitarra de Sam Talmadge, el bajo de Alex Oconnell y la batería de Sam Leighton, acunaban al público entre el honky-tonk y el outlaw country en temas como “Maria”, Two For The Road” o “Write It All Down”. Entre todos, consiguieron hacer mover al más quieto de Razzmatazz y convertir el concierto en una celebración. Tanto es así que una vez terminado el set, dejaron caer una “Why You Been Gone So Long” que puso un broche de oro a la velada.
La satisfacción que se reflejaba en la cara de quienes hicieron cola para comprar sus vinilos y que el bueno de JP Harris los firmara es un buen resumen del concierto. Una pena que el concierto de JD Mcpherson estuviera tan separado en el tiempo para poder verlos en el escenario juntos interpretando algún tema. Pero él ya tendrá su tiempo. De momento, nos quedamos con la gran capacidad de transmitir y el encanto que se proyectaba tras tan espesa barba. Otro concierto de alto gramaje con el espíritu Rocksound a las espaldas… y los que nos quedan.
Fotos: Desi Estévez
