Robert Plant y su proyecto Saving Grace volvieron de nuevo a Barcelona dos años después de su última visita. En esta ocasión fue el Gran Teatre del Liceu el que acogió la propuesta más folk del que fue apodado en su día como “El Dios Dorado”.
Tras sus trabajos con Alison Kraus, Robert Plant decidió dar un nuevo golpe de timón a su historia. Reunió a varios músicos de corte tradicional y acogió bajo las alas a la cantante de origen portugues Suzi Dian y volvió a lanzarse a los escenarios bajo el único pretexto de disfrutar. Saving Grace visitaron Barcelona hace un par de años con un gran concierto en el auditorio del Forum. Y han vuelto a repetir en el magno recinto del Gran Teatro del Liceu.
De nuevo, el telón con la imponente figura del bisonte bajo el nombre de la formación aparecía como único apoyo escénico. Cuatro tarimas albergaban el espacio de la banda mientras dos micros reinaban en el centro esperando a Suzi y Plant. Hay casos puntuales (y probablemente personales) en los que un artista no necesita más que su presencia para llenar un espacio. En mi caso, músicos como Coverdale o Springsteen llevan consigo un aura de grandeza escénica al alcance de unos pocos elegidos. Robert Plant es uno de ellos. Con todos en su sitio, los músicos se lanzaron con “The Cuckoo”, donde ya pudimos apreciar lo bien que ha conservado su voz y la riqueza de matices que se crea cuando Suzi canta.
Uno de los secretos de los directos de Saving Grace es la capacidad que tiene la formación para pasar por su tamiz temas de estilos de toda índole. El tex-mex de Los Lobos y su “Angel Dance”, vistiendo de emotividad el indie punk de Low “Everybody’s Song” o sacando de un profundo cajón una de esas creaciones fuera de los focos de Neil Young como es “For The Turnstiles”. Y lo hacen como un conjunto. De hecho Robert Plant pasa en las sombras gran parte del concierto cediendo su protagonismo al resto de músicos. El guitarrista Mathew Morley hizo un excelso trabajo vocal en el tema de Levon Helm “Move Along Train”.
Pero esa generosidad la tiene además mostrando al mundo a artistas menos conocidos. Pudiendo hacer un set con grandes clásicos, estándares y temas reconocibles, nos presentan a Martha Scanlan a través de “Higher Rock” o de “Too Far from You” de Sarah Siskind en la que Suzi Dian demostró sobradamente por qué alguien como Robert Plant ha confiado en ella para este proyecto. Y todo eso envuelto en aires predominantemente folk, pero que a veces llevan cierta brisa arabesca o bluegrass sin que nada desentone.
Ok… pero estamos hablando de Robert Plant… y Led Zeppelin? Pues para quien vino buscando a la gran banda, Saving Grace le facilitó su ración. Y lo mejor para mí es que volvieron a huir de lo fácil sin echar mano de lo más conocido del repertorio que le dió el poder a Plant. Creo que únicamente “Ramble On” podría ser esa excepción. En ella la armónica de Robert y el acordeón de Suzi brillaron con luz propia. Pero que siga tocando un tema del “IV” como es “Four Sticks” a mí me hizo ya la noche. O terminar el repertorio principal con un tema como “Friends”, cuya respuesta no fue otra que ponerse en pie para iniciar una ovación ininterrumpida de cinco minutos hasta que los músicos volvieron al escenario.
A más de uno se le saltaron las lágrimas de emoción al escuchar los primeros compases de “The Rain Song”. Algo más calmada que la original, de nuevo con el acordeón de Suzi, esta canción de lluvia fue digna de un atardecer de otoño. Para terminar esta vez sí el concierto con algo más alegre como “Gallows Pole” otro de esos temas que el gigante de plomo “tomó prestado” para hacérselo suyo. Y en ella la parte más juguetona de Robert capaz de meter algún guiño más al legado de Led Zeppelin. Si en su última visita fue “Whole Lotta Love” a la que le dedicó unos versos, en esta ocasión fue “Black Dog”. Y solo con eso, provocó que el mundo soñara con ver al menos un nuevo Page & Plant en algún momento antes de que sea demasiado tarde.
Estoy convencido de que esa y otras ofertas parecidas las tiene en su escritorio cada año. Pero Robert Plant no parece que lo tenga muy en cuenta. Viéndolo sobre el escenario del Liceu, aquel apodo grandilocuente queda bastante lejos de la personalidad que demuestra en su actuación. El se siente uno más de esta banda, y se ve a la legua que disfruta sin ser necesariamente el centro de los focos. Pero claro, por mucho que el músico intente pasar desapercibido, nosotros siempre lo tendremos en el ojo del huracán. Queda saber cómo sera ese primer trabajo de Saving Grace y si contará con canciones propias. Y si mantiene este nivel vocal, ya puede tener cualquier proyecto en marcha, que la opción más sensata será la de asegurarse un sitio y deleitarse con lo que él quiera ofrecernos.
Fotos: Desi Estévez