Electric Mary se despidió de Madrid

Electric Mary Madrid 2025
Electric Mary Madrid 2025

Electric Mary son esa pesadilla de tripulantes de rock and roll que, después de superar los veinte años en la carretera deciden poner fin a su viaje. El pasado 23 de Septiembre la madrileña sala Copérnico acogió a una formación que aunque nunca haya gozado del éxito masivo sí ha dejado marcada su seña de identidad a quienes han seguido su trayectoria. Fieles a su lema “Rock And Roll , The Way It Used To Taste” la banda puso en tela de juicio sus más de dos décadas de carrera. Enérgicos con actitud y demostrando de la mejor manera cuando se suben a un escenario, que es haciendo rock and roll. Salieron a por todas con un ímpetu rítmico implacable, “Shaun”, “Gimme Love”, “Gasoline And Guns” y “Luv Me” ponían los puntos sobre las íes. Con su núcleo duro al frente, Rusty Brown a la voz y el salvaje Alex Raunjak al bajo acompañados por Pete Robinson y Simon Hosfasd a las guitarras y la rotunda pegada a los parches de Spider.

Fieles a su estilo, juego de guitarras dobladas, un bajo atronador y estribillos coreables marcaron una actuación intensa y vibrante. La conexión de los Australianos con el público fue de inmediato siempre bien recibidos por estos lares. Con “One In A Million”, “No One Does It Better Than Me”, “Sorry Baby”, “Sweet Mary C” se plantaban en el ecuador del concierto. Rusty es de esos cantantes que su presencia y carisma prevalece ante la voz, desde nuestra ubicación estuvo por debajo del sonido conjunto. El veneno del rock and roll más honesto y adictivo sigue dejando huella en los conciertos de Electric Mary.

“One Foot In The Grave”, The Dealer”, “The Way You Make Me Feel”, “Woman” iniciaron la recta final. Excesivos solos que nos privaron de algún que otro tema más y bien le vino a Rusty para tomarse un respiro. Con “3 Days Gone”, “Already Gone” y “My Best Friend” culminaron el listado de canciones que tenían programado, sentenciando con dos himnos que no podían faltar “O.I.C.” y “Let Me Out”. La despedida final llegó y entre abrazos con el público se despertó el interés porque tocaran un tema más, mal gesto y propósito que desestimó Rusty. Aunque las despedidas nunca son fáciles esta fue una celebración festiva de rock and roll, un reencuentro con la esencia pura del género, un homenaje a más de dos décadas de sudor, amplificadores a todo volumen, carretera, borracheras… y a un público que nunca les ha fallado.

 

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