Entrevista a Buridan: entre la montaña alavesa y el eco andaluz, el nuevo pulso del doom

Buridan es de esas bandas que parece surgir de un cruce imposible: entre el norte y el sur, entre la montaña alavesa y un eco andaluz, entre la crudeza del doom y la intensidad del flamenco.

Frente a la oscuridad, siempre viene bien gritar una frase de esperanza… con la cantidad de mierda que hay en el mundo, a veces apetece soltar berridos optimistas.

Desde Vitoria-Gasteiz han dado forma a un proyecto que ellos mismos definen como “un puente entre raíces, sabores y paisajes: lo frío con el picorsito, lo duro con lo suavesito”. Después de ver su aplastante y emocional directo en el Festival Bergidoom el pasado 30 de agosto en Ponferrada, tuve la necesidad de saber más sobre ellos y su música.

Aceptaron el reto de mis preguntas “intensas” y, gracias a las risas y respuestas reveladoras, me di cuenta que lo suyo es el juego, la experimentación y, sobre todo, una necesidad vital de hacer música intensa.

“No nos mola el lai lai lai”, dicen entre risas, y queda claro que para ellos lo importante es que cada nota, cada grito y cada silencio pese como una losa o estalle como un fogonazo.

Se definen como “burritos de Buridan”, atrapados entre decisiones imposibles, pero lo cierto es que su música avanza con una claridad brutal: riffs que conecta el doom con la seguiriya, quiebros psicodélicos que nacen casi por accidente y una intensidad que ellos comparan con un buen cocido.

Yo siempre he dicho que algunas seguiriyas son doom: espacio, oscuridad, sentimiento.

Jisahs (guitarra), Rule, (voces y guitarra), Txus (bajo) y Juancar (batería) no dudan en reírse de sí mismos mientras hablan de paradojas filosóficas, guiños a Pink Floyd, guturales convertidos en canciones de amor o la necesidad de soltar “berridos optimistas” frente al ruido del mundo. Todo eso con una honestidad DIY que los llevó a grabar su primera maqueta casi como un gesto de amistad y justicia poética hacia su primer batería, Jorge, que aprendió a tocar con ellos, y que después cristalizó en su LP En este mar de dudas… (2024).

[Las letras], una vez que las has escrito, supongo que al exponerlas, el proceso de sanar – si es que hay que sanar algo – o al menos ‘digerirlo’, ya ha empezado.

Entre la montaña de Olarizu y un local de ensayo convertido en refugio, Buridan levantan canciones que son cuchillada y abrazo al mismo tiempo. Porque, al fin y al cabo, lo suyo es eso: intensidad servida con una sonrisa torcida.

Entrevista con Buridan

JESS: ¡Hola! Os vi en el Bergidoom Fest, tenía muchísimas ganas de escucharos el último fin de semana de agosto en Ponferrada. Me llamaban la atención vuestras voces y vuestro sonido en disco, además de que cantáis en euskera. Pero lo que más me intrigaba era ese aire andaluz en vuestra música. En directo no solo no habéis decepcionado, sino todo lo contrario. Vuestra versión ‘oscurita’ de “La Estrella” de Enrique Morente es una preciosidad. Y en directo, aún más.
Empecemos por el nombre de la banda: Buridan. He leído que el cuento del “Asno de Buridán” es una paradoja filosófica que explica las dificultades de tomar decisiones cuando las opciones son idénticas. ¿De ahí viene el nombre?

JISAHS: Sí. El nombre nos lo puso nuestro primer batería. Viene de la fábula del burrito que no es capaz de decidirse racionalmente entre dos opciones y acaba muriendo. La idea es justo lo contrario: estar en movimiento, tomar decisiones aunque no haya un motivo racional claro. A mí, personalmente, me representa bastante [risas].

TXUS: Sí. De hecho, Jorge —nuestro primer batería— quería llamarnos Dead Buridan. Al principio nos llamábamos así, pero nos parecía demasiado fuerte lo de “Dead”. Al final nos quedamos solo con Buridan, que suena más bonito.

JESS: No suelo fijarme tanto en las letras, pero en vuestro caso el lenguaje —no solo el musical— parece central. Por ejemplo, las canciones más esperanzadoras (“La Playa”, “La Estrella”, “La Primavera”) están en castellano. ¿Es casualidad?

TODOS: El de las letras es Rule [risas]. Te toca…

RULE: Pues la verdad es que no hay nada superhiperdireccionada. Vamos haciendo según nos apetece. No hay una decisión consciente de “ésta en castellano porque es esperanzadora” o “ésta en euskera porque es más dura”. Es más bien cómo va saliendo el proceso creativo.

JESS: Tenéis también “Lodia Zuretzat”, cantada en euskera. Tenía entendido que era una expresión para brindar o desear suerte. ¿Es así? Con esos gritos… ¿por qué en euskera? ¿Es irónica la letra?

JISAHS: [risas] En realidad no. “Lodia Zuretzat” significa literalmente “Lo gordo pa ti”.

RULE: Sí [risas]. Es una ‘andaluzización’, una ‘euskandaluzización” de “lo gordo pa ti” de una expresión andaluza.

JUANCAR: Y sí, la letra es irónica.

JISAHS: Exacto. La gracia es meter esa expresión andaluza en euskera, en un contexto completamente distinto.

RULE: Eso. Es algo así como graciosa de ligoteo. Tiene un punto sexual, pero también puede ser amistoso: regalarle algo guapo a un amigo y decirle “lo gordo pa ti”. Lo de cantarlo en euskera fue simplemente jugar con los idiomas.

JESS: Y ese break antes del final más luminoso… ¿me contáis cómo nació ese “viaje” en la canción?

JISAHS: Ese break no estaba en la demo original. Apareció después, preparando un directo.

TXUS: Sí, surgió como un juego en medio de la canción. A mí siempre me flipaba un cacho de un tema de Pink Floyd y empecé con ese bam bam bam bam. Nos gustó tanto que fuimos cambiando de riff y Rule le puso una melodía. En la demo no estaba, pero cuando re-grabamos los temas para el disco, decidimos incluirlo.

JISAHS: Y al final, esa parte de en medio, la que Ilamamos ‘la parte de Pink Floyd’ es la que da sentido a toda la letra. Sin ella, solo quedaban los gritos.

RULE: Exacto. Al final es más lúdico que profundo, pero le dio cuerpo a la canción.

JESS: Otro tema en euskera, “Zure Zain” (“En tu espera”), tiene una carga emocional fuerte. ¿Creéis que os expresáis mejor en euskera?

JISAHS: No, no diría eso. Esa letra surgió cuando estaba estudiando euskera a saco. Cantar en un idioma que no dominas también sirve como refugio: te escondes detrás y sientes menos pudor al escribir. De ahí salió.

TXUS: Como decíamos antes, nunca hay un plan previo. Un tema en castellano, otro en euskera, otro con guturales… surge en el momento.

RULE: Aunque esta sí que fue idea de Jisahs, por lo del euskera.

JISAHS: Sí, era mi manera de esconderme. Y ojo, primicia: los demás se están enterando ahora [risas].

JESS: El euskera no es una lengua que hable mucha gente. ¿Creéis importante que se entienda lo que cantáis, o la voz es otro instrumento más?

RULE: Para mí es importante que se entienda.

JISAHS: Sí, nuestras letras tienen un sentido. No es un “dame más gasolina” [risas].

RULE: Eso sí: ninguno lo hablamos como lengua materna.

TXUS: ¡Yo sí! Soy euskaldun [risas].

RULE: Bueno, eres de aquí. Eso sí. [risas]. Para nosotros es más un juego. Por eso decimos que somos tiriti-doom. Tiene un punto menos serio de lo que parece.

JESS: Hablemos de las voces. Chispas tiene un aire enfadado con esas voces guturales, casi amenazadoras. ¿De qué va la canción?

RULE: Hostia, pues “amenazador”…, es curioso porque es justo lo contrario.

JISAHS: Siempre digo que es de amor.

RULE: Sí. La voz gutural es, en este caso, una manera amorosa de pedir lo que quieres: una relación un poquito BDSM [risas]. Es un canto poético al erotismo. Muy andaluz, en realidad.

JESS: Instrumentalmente también sorprendéis. “Oroimen Brut” es un viaje difícil de olvidar. Lo mismo ocurre con “La Primavera”, que empieza nostálgica y luego explota en armonías hard rockeras y downbeats doomeros. Me da la sensación de que jugáis mucho con esos “latidos”. Además, usáis la síncopa de forma especial. Yo, que soy de Michigan, ni idea tengo de la música andaluza. Pero esa tensión que siento al escucharos, en un principio, me recuerda al flamenco. Y luego me di cuenta: la clave de vuestro sonido es esa conexión entre el tempo lento del doom y la tensión del flamenco.

Al tocar muy lento, cada downbeat tiene más peso y espacio. No son golpes de una prensa hidráulica que cae con una intensidad colosal, como en el doom fácilmente distinguible. Pero sí tiene esa sensación de pesadez y fatalismo doomero que hace que te sumerjas en una atmósfera igual de melancólica y monumental que el doom, pero menos opresiva. ¿Lo veis así? 

RULE: Sí, creo que es sencillo: todas esas músicas que comentas son intensas. Y a nosotros nos gusta la música intensa. No nos mola el “lai lai lai”. [risas].

JISAHS: Exacto. De flamenco no tenemos ni idea, del resto tampoco [risas]. Pero de la intensidad sí: como un buen cocido, unas lentejas…

RULE: Y el doom también es así, ¿no? Puro peso e intensidad.

JISAHS: Yo siempre he dicho que algunas seguiriyas son doom: espacio, oscuridad, sentimiento.

JESS: También en “La Playa” jugáis con esos contrastes: empieza nostálgica y luego se convierte en un grito rabioso. ¿Qué me contáis de ese tema?

JISAHS: Es de los primeros que hicimos. Empieza como un viaje instrumental y al final nos metemos en terrenos de un doom más oscuro. Y frente a la oscuridad, siempre viene bien gritar una frase de esperanza.

RULE: Sí, y para mí hay algo clave en Buridan: nunca queremos “no decir nada”. Siempre hay un mensaje. Y con la cantidad de mierda que hay en el mundo, a veces apetece soltar berridos optimistas [risas].

JESS: Hablemos de vuestro LP En este mar de dudas (2024). Son cinco temas, pero tres ya estaban en la demo, ¿verdad?

TODOS: ¡No! [risas].

TXUS: Volvimos a grabarlas, pero cambiaron bastante. “Lodia Zuretzat”, por ejemplo, ahora tiene la parte ‘Pink Floyd’. “La Estrella” también evolucionó mucho.

RULE: Y lo de la demo tiene su historia. Jorge, nuestro primer batería, no había tocado nunca antes. Compusimos los temas con él y, cuando se fue a otra ciudad, nos daba pena que se marchara sin cerrar ese ciclo. La demo fue nuestra manera de hacerlo.

JISAHS: Sí, fue totalmente DIY, grabada en el local. Y luego decidimos regrabarlas para el EP con más calidad.

JESS: ¿Tenéis planeado sacar algo nuevo en breve?

RULE: Cuando haya dinero, básicamente [risas].

JISAHS: La verdad es que ‘en breve’, no… por circunstancias ‘diversas’. [risas].

RULE: Como minimísimo, circunstancias monetarias. [risas].

JISAHS: Sí, como mínimo está el problema económico, que ya sabéis que no está la música para ir tirando cohetes. En segundo lugar, compositivas. Hay que hacer cosas nuevas. Sí que tenemos algunos temas ahí en la recámara, pero hay que darles más vueltas y para eso, hay que tener tiempo. Entonces cuando esas tres patas estén estables, pues nos pensaremos en grabar.

JESS: ¿Hay alguna canción que os cueste interpretar en directo porque toca una fibra personal?

TXUS: No, disfruto todas, pero no hay ninguna con la que de repente me eche a llorar. [risas].

JISAHS: A mí algunas partes me ponen los pelos de punta, pero nada dramático.

RULE: Bueno, yo que soy el que he escrito casi todas las letras, diría que sí que hay trozos que me cuestan más, porque una vez que los has escrito supongo que al exponerlos, el proceso de sanar –  si es que hay que sanar algo – o al menos ‘digerirlo’, ya ha empezado.

Pero sí hay trocitos que me recuerdan a historias mías personales que no han sido fáciles. Pero en general, no es que se trate como una dificultad como tal. Me pueden evocar historias que igual no sean placenteras. Pero para mí, cantarlas es sanarlo de alguna forma. Así que ‘costarme’, no.

JESS: Decís que conectáis el norte y el sur. Si tuvierais que llevarme a un lugar que represente la esencia de Buridan, ¿cuál sería?

TODOS: ¡Hostia! [risas]. Qué intensa [risas].

RULE: Yo te llevaría al norte, a la montaña.

TXUS: Donde se gestó la idea de la banda fue en Olarizu. Donde el local y donde nos juntamos todos. Se quedó un local libre y vinieron Rule y Jisahs. Fue cuando empezasteis ahí un poco a hacer vuestras canciones, ¿no?

RULE: Sí. Antes tocábamos en el monte, en plan hippie.

TXUS: Sí, eso es – donde empezasteis con Jorge. Luego me uní yo, grabamos la demo precisamente en ese local y es donde hemos echado mil horas y estado hasta muchas madrugadas.

TODOS: Un lugar representativo de Buridan… Olarizu.

JESS: Y si mañana se acabara todo, ¿qué canción elegiríais como tarjeta de visita? No la más exitosa, sino la que mejor cuenta vuestra historia.

JUANCAR: ¿Tenemos alguna exitosa? [risas].

TXUS: Es difícil. Depende del momento. Lo que hoy diría, mañana quizá sea otra.

RULE: Sí, eso es lo guay: no quedarte anclado. Lo nuevo… A veces sacas un tema que me pone a doscientos.

JISAHS: Claro, al final siempre disfrutas más lo reciente porque le pones más energía.

TXUS: Sí, porque no estás tan cansado de esa canción, ¿no?

RULE: En directo también pasa. Aunque ensayando a veces un tema ya no me motive, en un concierto me explota la cabeza. Por ejemplo, en “Chispas”, cuando corta y entra el doom, cada vez me dan ganas de reventar cosas [risas].

JISAHS: Sí, eso es parte de pasarlo bien tocando. Elegir una sola canción es imposible.

JUANCAR: Somos burritos de Buridan. Nunca decidimos [risas].

RULE: Y nos morimos [risas].

JESS: Muchas gracias, Buridan. Espero veros de nuevo pronto.

TODOS: ¡Gracias a ti! En otro festi y con unos abrazos.

BURIDAN: Instagram I Bandcamp

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