Enrique Bunbury volvió a Barcelona, tras siete años de ausencia, dirigiendo con éxito las corrientes del Huracán Ambulante.
Cerca de 10.000 personas se dejaron llevar con el viento a favor en el contrapunto de la renovación nostálgica dentro de este Huracán Ambulante Tour que Bunbury propone. Atrás parecen haber quedado los problemas de salud que le forzaron a cancelar su última gira. Con unas pocas fechas, el cantante zaragozano ha vuelto a la carretera para dejar constancia de que tanto sus cuerdas vocales como su físico no han perdido ni un ápice de fuerza. Y lo ha hecho para recordar el vigésimo aniversario del “Pequeño Cabaret Ambulante” reuniendo a la banda con la que poco a poco empezó a abrir nuevos caminos tras la primera despedida de Héroes.
En un gran y detallista montaje escénico, donde el rojo era el color predominante, ya se podía intuir la presencia de una gran banda aún estando las tablas desiertas. Y el cabaret dió comienzo de manera puntual con una versión en vivo de “Otto e Mezzo” de Nino Rota interpretado por El Huracán Ambulante. Jordi Mena a la guitarra, Del Morán en el bajo, Copi Corellano en teclados, Ramón Gacías a la batería, Ana Belén Estaje con su violín y Luis Miguel Romero en la percusión llevarían la banda sonora. Y Bunbury como maestro de ceremonias, vestido para la ocasión, aparecía para dar inicio a la función.
Totalmente poseído por el espíritu del Elvis más desatado y con un guiño a “Willkommen” de la película Cabaret, Bunbury dio la bienvenida a todos al “El club de los imposibles”. El aire circense que destilan “De mayor” y “El extranjero” hicieron volar al público a través de su estribillo hasta los años de “Pequeño”. Sin fisuras y visiblemente metido en el concierto, dejó que “Desmejorado” fuese el guiño a Bushido. Pero no solo del pasado se nutrió el concierto. Hubo tiempo para integrar en el show parte de su reciente “Cuentas Pendientes” sin que canciones como “Te puedes a todo acostumbrar” desentonasen en el conjunto.
De rodillas y ya desprendido de la chaqueta, un último vistazo a “Pequeño” de mano de la dupla “Sólo si me perdonas” e “Infinito”. Gracias a la magia de la imagen, Bunbury convirtió el escenario en una coctelería desde la que cantar “Para llegar hasta aquí”. El suyo fue uno de esos conciertos directos a la yugular y sin circunloquios vacíos. Confesó que la semilla de este Huracán Ambulante se plantó ya en aquel “Radical Sonora” en los acordes de “Big Bang”. Desnudo de los arreglos electrónicos, el tema ha mudado la piel para crecer con el tiempo y fue uno de los pocos espacios en los que Jordi Mena pudo volar sobre el mástil.
La influencia que los ritmos provenientes de las partes interesantes del continente americano tienen en la música de Bunbury son evidentes. “Que tengas suertecita” o “Las chingadas ganas de llorar” son un claro ejemplo de ello. Para los que acudieron al concierto esperando que Héroes del Silencio tuviera su espacio tuvo que contentarse con escuchar “Apuesta por el Rock and Roll” para encontrar ese nexo de unión. No hubo más recuerdo a esa etapa y más hubiera desvirtuado el propósito de la gira. Así que donde algunos soñaron con un final más nostálgico, se llevaron una potente versión del tema “Si” de Umpah-pah. Eso y un triple recuerdo a “Flamingo” compuesto por “Sacame de aqui”, “Enganchado a ti” y “Lady Blue” para terminar el cuerpo del concierto.
Hasta cinco temas sonaron en unos bises con marcada sangre tex mex tras el inicial “Parecemos tontos” con “Serpiente” y la versión de Jose Alfredo Jimenez de “El jinete”. Sin dejar de lado los aires latinos nos recordó “Canto (el mismo dolor)” para terminar con el melancólico vals “Y al final…” para cerrar con un broche de lujo. A la vista está tras el concierto, que Enrique Bunbury ha sido capaz de reinventarse y seguir nuevos senderos sin llegar a una traición. Los músicos que forman parte de la pared de este Huracán Ambulante resultan un sólido acompañamiento de calidad para que Bunbury, en medio de ese ojo, transforme la calma aparente de sus canciones en fuertes oleadas de viento capaces de mover a quien le sigue.