En la mitología, si cortabas una de las ocho cabezas de la Hidra, crecían dos más. Desde Suecia, Electric Hydra parecen haber tomado esa idea como brújula vital: tras unos años relativamente en silencio, la banda sueca regresa no solo con un nuevo sencillo, sino con la promesa de un álbum completo, From the Fallen.
In mythology, if you cut off one of the Hydra’s eight heads, two more grew in its place. From Sweden, Electric Hydra seem to have taken that idea as a kind of inner compass: after a few relatively quiet years, the band is back not just with a new single, but with the promise of a full album: From the Fallen.
Ese simbolismo cobra especial sentido con “Scent of Blood”, un tema que parece sacado de un pequeño mito propio: lejos de ser una ocurrencia reciente, lleva años persiguiéndoles. Lo compuso Dennis Åhman justo después del debut homónimo de 2020 (Majestic Mountain Records/Tee Pee Records), sobrevivió a cambios de alineación, pasó por dos estudios distintos y llegó a tener tres títulos.
That symbolism makes even more sense with “Scent of Blood,” a song that feels like it comes from a small myth of their own. Far from being a recent spark, it’s been chasing them for years. Dennis Åhman wrote it right after their 2020 self-titled debut (Majestic Mountain Records/Tee Pee Records), and it survived lineup changes, two studios, and three different titles.
Es como si la canción se hubiera negado a morir, acechando desde un rincón del local de ensayo, esperando el momento de presentarse con la forma adecuada. No es habitual que una banda joven le conceda tanto tiempo a una misma pieza, y quizá por eso ahora suena como si cada elemento estuviera ahí porque tiene un propósito, no porque encaje en un molde preexistente.
En una escena sueca hipercompetitiva, donde emergen propuestas nuevas casi cada semana, Electric Hydra han optado por madurar en la penumbra antes de volver a rugir.
It’s as if the song refused to die, lurking somewhere in the rehearsal room, waiting for the moment it could show up in the shape it needed. It’s not common for a young band to give a single song this much time, and maybe that’s why it now sounds like every piece is there because it has a reason to be—not because it fits a pre-made mold.
In a hypercompetitive Swedish scene, where new bands seem to appear almost weekly, Electric Hydra chose to mature in the half-light before roaring again.
La canción mantiene las señas de identidad que han llevado al grupo por festivales como Sweden Rock, Fuzzfestival, Malmöfestivalen o el SWR Barroselas Metalfest portugués: un hard rock de alto voltaje, riffs gruesos, energía sin artificio y un toque retro muy ligero, lo justo para darle textura sin convertirlo en imitación. La voz de Sanne Karlsson continúa siendo uno de los grandes activos del conjunto, clara y firme, sin esconderse detrás de tics heredados del género. Y, pese a la densidad guitarrera, los ganchos melódicos no son clichés – están construidos para permanecer en la cabeza después de la escucha, pero sin sentirse forzados.
The track keeps the traits that have taken them through festivals like Sweden Rock, Fuzzfestival, Malmöfestivalen, and Portugal’s SWR Barroselas Metalfest: high-voltage hard rock, thick riffs, straight-ahead energy, and a very light retro touch—just enough for texture, not enough to drift into imitation. Sanne Karlsson’s voice is still one of the band’s biggest strengths: clear, steady, not hiding behind borrowed genre habits. And even with the guitars at full density, the melodic hooks aren’t clichés—they’re built to stay with you, but without feeling forced.
El tema adelanta lo que será From the Fallen, su próximo álbum de once canciones. Desde su debut han pasado cosas. Se fue gente, llegó gente. Y hoy Electric Hydra se reformulan con dos guitarristas nuevos, Emil Andersson y Adi Selimic y las colaboraciones de Per Wiberg (Spiritual Beggars, Opeth), Mateo von Bewitcher (Bewitcher) y Bo Karlsson, padre de Sanne, añadiendo un matiz casi familiar a este regreso. Más que un simple “nuevo disco”, parece que va a ser un punto de inflexión.
The song hints at what From the Fallen, their upcoming eleven-track album, is going to be. A lot has happened since their debut. People left; people arrived. And now Electric Hydra reconfigure themselves with two new guitarists, Emil Andersson and Adi Selimic, along with contributions from Per Wiberg (Spiritual Beggars, Opeth), Mateo von Bewitcher (Bewitcher), and Bo Karlsson, Sanne’s father—adding an almost family-like layer to this return. More than a simple “new album,” it feels like a real turning point.
El vídeo de “Scent of Blood”, dirigido por Jacob Hellenrud, acompaña la canción sin sobreexplicarla. Con su lema de “flames, fury and fashion”, podría haberse quedado en un eslogan, pero Hellenrud lo lleva más lejos: fuego literal, sí, pero también un concepto estético cuidado, casi performativo, donde Carita, la protagonista, encarna el mensaje de la canción – tomar lo que deseas con fuerza total – sin caer en el arquetipo o la pose. Es un clip que entiende la teatralidad del hard rock crudo, musculado y contemporáneo, pero sin abusar de ella.
The video for “Scent of Blood,” directed by Jacob Hellenrud, supports the song without overexplaining it. With its “flames, fury and fashion” tagline, it could’ve stayed a neat slogan, but Hellenrud pushes it further: literal fire, yes, but also a careful, almost performative visual approach, where Carita, the protagonist, embodies the song’s message—taking what you want with total force—without falling into stereotype or pose. It’s a clip that understands the theatrical side of raw, muscular modern hard rock, but doesn’t overuse it.
Lo interesante es cómo todo esto – la canción superviviente, la imagen renovada, la nueva alineación, los colaboradores, el propio título del álbum – crea interés a través de la acumulación de detalles: pequeñas sutilezas que se perciben con cada escucha.
“Scent of Blood” no es solo un regreso; es una advertencia suave pero firme. Si la Hidra mitológica crecía al perder una cabeza, Electric Hydra también. Si quieres saber hacia dónde va esta Hidra, tendrás que seguir el rastro tú mismo. Y ahí, precisamente, empieza la parte interesante.
What’s striking is how all of this—the survivor-song, the renewed visual identity, the new lineup, the collaborators, the album title itself—builds interest by accumulation: small details you catch a bit more with each listen.
“Scent of Blood” isn’t just a return; it’s a quiet but firm warning. If the mythic Hydra grew each time it lost a head, Electric Hydra do too. If you want to know where this Hydra is heading, you’ll have to follow the trail yourself. And that’s exactly where it gets interesting.
ELECTRIC HYDRA son:
Sanne Karlsson – Vocals
Ellinor Andersson – Bass
Emil Andersson – Guitar, Vocals
Adi Selimic – Guitar
Dennis Åhman – Drums
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