La segunda jornada de Feroe 25 confirmó lo que muchos intuían: el festival ha logrado construir un espacio donde la música de autor brilla con una cercanía y una profundidad difíciles de encontrar en otros escenarios. Los nombres de Valerie June, Nick Lowe & Los Straitjackets y Squeeze sellaron una noche que quedará grabada en la memoria del público que asistió al Poble Espanyol.
El invernáculo montado para las actividades de otoño y primavera en el Poble Espanyol resultó de lo más práctico en una tarde gris en la Ciudad Condal. El cielo amenazaba lluvia y la noche podría aportar un punto extra para quedarse en casa. Pero eso sólo era en el exterior. En cuanto uno entraba en el espacio Feroe y se acercaba al escenario, tenía muy claro que esa misma noche fría pasaba tener una calidez especial. En el amplio espacio disponible, Valerie June y sus músicos habían preparado un pequeño rincón lleno de detalles y flores. Lo que vendría por delante serían 55 minutos de una delicadeza sonora y una sensación de enamoramiento por la música.

Desde la inicial “Somebody To Love”, la cantante de Memphis conectó con su abierta sonrisa y nos hizo cómplices de su concierto. “All I Really Want To Do”, “Endless Tree”, “If And”… los temas se iban sucediendo bajo la precisión de unos afinadísimos Matt Marinelli y Caito Sanchez en la base rítmica. La alegría que desprende durante la actuación es la misma que recibimos cuando suenan canciones como “Joy Joy”, “Shakedown” o una aceleradisima y potente “Rollin’ And Tumblin’”. Y si ha de ponerse intensa, “Astral Plane” o la final “Workin Woman Blues” nos muestra ese lado más sincero. Quizás sea solo un mal parecido, pero no descarto que las serpientes de Medusa se transformaron en las largas rastas de Valerie June para dejarnos de piedra a más de uno con su actuación. Si la seguridad social recetase uno de estos cada semana a todos, el mundo sería mucho mejor.

El Feroe 25 continuaba con otro de sus platos fuertes. Nick Lowe & Los Straitjackets firmaron una actuación construida sobre una complicidad natural entre el compositor y una banda capaz de sumar sin imponerse. Con máscaras de luchadores mejicanos tapando sus rostros, los Straitjackets estuvieron a su lado en todo momento, aportando electricidad y esa esencia surf. Nick Lowe y sus armonías pop brillaron tanto en canciones propias como “Lately I’ve Let Things Slide”, “I Live on a Battlefield” o “Ragin’ Eyes” como en las piezas del repertorio conjunto: “Went to a Party”, “Love Starvation”, “Tokyo Bay” o “Trombone”.

Los Straitjackets tomaron el protagonismo con el tema principal de “The Magnificent Seven” y “Drivin’ Guitars”, un mini set instrumental lleno de humor y virtuosismo que encajó a la perfección. La recta final fue una sucesión impecable de clásicos del repertorio del británico: “Cruel to Be Kind”, “Half a Boy and Half a Man”, “Heart of the City” o “(What’s So Funny ’Bout) Peace, Love and Understanding?”. Lowe, siempre preciso, convirtió la sencillez en virtud y demostró que un compositor con una trayectoria impecable puede emocionar sin artificios.

Pero si había un reclamo que destacaba en esta primera edición del Feroe 25, ese era el debut en nuestros escenarios de una banda clásica del pop como Squeeze. Cuatro décadas han tardado los ingleses en estrenarse en España, algo que se notaba en el ambiente del Poble Espanyol. Chris Difford y Glenn Tilbroo lideraron un directo que respiró oficio, precisión y una química musical intacta. Su repertorio desató rápidamente al público con himnos como “Tempted”, “Up the Junction”, “Pulling Mussels (From the Shell)”, “Goodbye Girl” o “Take Me I’m Yours”.

La banda, en plena forma, sonó como una máquina afinada al milímetro. Squeeze demostraron por qué son una referencia esencial en la historia del pop británico: armonías impecables, arreglos inteligentes y un sonido que equilibra la energía pop con la elegancia melódica. Cada tema confirmó que su legado continúa vigente y que su directo conserva la frescura de antaño. Esperamos que no tarden otros cuarenta años en volver por estas tierras.
En definitiva, una magnífica propuesta que ya tiene confirmadas las fechas para el año que viene. Algo que resulta una excelente noticia. Solo esperamos que en la próxima edición no se contraprogramen como ha pasado en esta ocasión con Larkin Poe. Con un perfil de público bastante parecido, seguro que el festival Feroe 25 habría tenido una mejor asistencia. O al menos facilitaría no tener que tomar decisiones dolorosas.
Fotos: Desi Estévez