Estupendo plan de sábado noche para intentar evadirse de toda la fanfarria navideña que estos días puede llegar a desbordar; ir a un concierto de una de las bandas con más solera del panorama nacional; Lagartija Nick, por supuesto. Antes de los granadinos se subió a las tablas un “One man band” que llama a su proyecto Vacaciones Permanentes. Post punk de querencia electrónica y oscura que se puede tildar de entretenido pero poca cosa más. Eso sí, ganas le puso, todas las del mundo.
Muy poquito después y con puntualidad extrema salieron a escena los protagonistas de la velada que al igual que en su último disco en directo (Eternamente En Vivo) acometieron con “Lo Imprevisto”. Sólo viendo el devenir de ésta primera canción ya nos pudimos hacer a la idea de que la música iba a ser la protagonista absoluta del recital, con unos músicos entregados a sus instrumentos y haciendo sólo uso de iluminación escénica blanca o roja.
De esta guisa y sin prisa pero sin pausa ofrecieron un repertorio que supo picotear de toda su carrera. Metal, punk, indie rock tuvieron cabida en la interpretación de clásicos básicos de su carrera tales como “Nuevo Harlem”, “Conmigo Crece El Caos” o “La Curva De Las Cosas”. Las interacciones con el público fueron escasas, pero en ellas Antonio Arias se mostró contento, amable y comunicativo.
Fue inevitable tratándose de una banda tan concienciada que recurrieran a su disco sobre conflictos bélicos –Los Cielos Cabizbajos– para interpretar “Buenos Días Hiroshima” reconvertida para esta ocasión en “Buenos Días Palestina”. Todo muy intenso, y es que si hay un sustantivo que les viene como anillo al dedo es intensidad, con esa batería trepidante y unos teclados que tuvieron la preponderancia adecuada para respaldar la abrumadora electricidad que desprendía la guitarra. El flamenco tuvo también su momento, interpretando una colosal “Niña Ahogada En Un Pozo” del capital disco Omega que grabaron junto a Enrique Morente. Las influencias de su tierra siguieron aflorando con “Strummer, Lorca” y nos llevaron hacia el supuesto final con la atronadora y muy sentida “Celeste”.
Poco les costó volver al escenario para ejecutar un largo bis en el no faltaron “El Signo de Los Tiempos” y “Esa Extraña Inercia (Anfetamina)” que fueron recibidas con absoluta algarabía por parte del numeroso público asistente. Fin de fiesta con los cuatro cogidos y dando las gracias por el cálido recibimiento dispensado a su nueva visita a la Ciudad Condal. La vuelta a la realidad y a la calle fue dura con Santa Claus y sus renos sobrevolándonos. Afortunadamente durante noventa y cinco minutos nos pudimos dejar llevar por la necesaria inercia de Lagartija Nick.
Fotos y vídeo Marga Pacheco.
