A principios del pasado mes de noviembre la banda de Manchester (UK) Luna Marble lanzó su primer álbum de título homónimo. A pesar de que sus influencias parecen bastante claras, el disco no se queda en un mero cuadro de trazos diseñados para llamar a la nostalgia. Se trata de una colección de canciones cuidadosamente diseñadas que te transportan a otros tiempos, combinando una diversidad de estilos que van desde el blues a la psicodelia pasando por el grunge.
La banda, formada por Dragos Colceriu (guitarra), David Grundy (bajo) y Sean Stewart (batería) y su vocalista y líder, María Rico, consiguen capturar en esencia el rock clásico, y la energía visceral del rock cósmico de principio de los 70. La inspiración parece obvia, Led Zeppelin, Fleetwood Mac o Pink Floyd están presentes, y a pesar de ello, el disco rebosa autenticidad y frescura. Rico, cantante y líder espiritual del grupo, ha escrito las canciones, y si bien confiesa sus influencias, se reconoce un estilo propio. Y es que cuando te entregas a la escucha del álbum encuentras una suerte de subgéneros de las influencias antes comentadas, encontrándote con un crisol tan interesante como poderoso.
María Rico creció en un entorno musical que tenía a su padre como referente de gustos diversos en los cuales predominaba el rock, desde el grunge hasta llegar a los clásicos. La cantante recogió el guante de esa colección de discos, y horas de coche donde el hilo musical era evidente, inyectándose en vena la esencia de un sonido y canto, y es que en su voz podemos percibir la intensidad y crudeza del grunge hasta un tono más bluesy como percibimos en Crazy loving, o en esa maravilla que es Sea of Sorrow. Fue tras un concierto de Foo Fighters, cuando solo contaba con 8 años, cuando supo lo que realmente quería hacer. Y aquí está por fin, no solo al frente de Luna Marble como cantante y compositora, sino también ocupándose de todos lo concerniente al grupo como empresa, en un ejercicio de empoderamiento que va más allá de una cara bonita.
El disco lo abre Running, un tema que parece marcar el tono de todo el álbum, resiliencia en estado puro, abrirse paso a codazos. Esta fue la primera canción que grabó el grupo allá por 2021. Sin darte cuenta te topas con All my love, una canción que se mueve entre ua relación tóxica y de cómo una persona debe liberarse eligiéndose a sí misma. Tenemos en So long más lucha entre obstáculos y la siempre dificultad de mantener una banda de rock and roll mientras te dedicas a sobrevivir.
Sea of sorrow, uno de los últimos singles previos a este álbum, Redemption y Ride muestran es una tríada conceptual perfecta en lo que se espera de un áspero camino, tristeza, andadura, y viaje, aterrador y a la vez esperanzador.
El disco lo cierra Mad World, un tema que reúna buen parte de la filosofía del todo, frustración en la lucha por encontrar un hueco en la industria musical, el rechazo y de cómo este mundo puede hundirte, pero también la lucha, el hambre que te hace avanzar hacia lo que verdaderamente te importa. Fantástico cierre.
Buenísimo debut de Luna Marble, a los que ya esperamos ver en directo en 2026 y a los que seguiremos con atención después de habernos dejado uno de los mejores discos de 2025.
