O cómo una banda en castellano consigue que alguien de Michigan cante en la ducha
Soy de Michigan. Esto es relevante. Porque si una banda canta en castellano, tiene que ser especial para que me llame la atención. No por esnobismo, ni por entender o no la letra (uso más tacos en español que en inglés), sino porque no suelo cantar en castellano. Ni en la ducha, ni en el coche, ni cuando estoy de mala leche. Es así.
Por eso me sorprendió Sunfaia.
Y ojo: a la primera escucha.
Están promocionando su nuevo single, “Arderá”, pero el aviso real llegó un poco antes, con “Amar & Desobedecer”. Ahí quedó claro que no estamos ante una banda de “one hit wonders”. Saben escribir intros. Saben meter melodías sin edulcorar. Saben cuándo parar, cuándo romper, cuándo insistir. Y, sobre todo, saben de qué están hablando.
Porque “Arderá” va de lo que nos preocupa a casi todos los mortales primermundistas: trabajar, producir, consumir, aguantar, seguir. La máquina. La salud mental. La precariedad laboral. La búsqueda de algo que se parezca mínimamente a la libertad personal, aunque sea dentro del sistema. No lo dicen a gritos ni con pancarta: lo dicen con una canción que avanza tensa, que aprieta, que no necesita subrayados.
El videoclip lo deja claro sin ponerse pesado: oficina, pantallas, control, estética retro ochentera y noventera, y ese momento en el que algo empieza a quemar por dentro. No hay épica impostada. Hay desgaste. Y eso, curiosamente, resulta mucho más punk.
En lo musical, Sunfaia es sorprendentemente sólida. No hay virtuosismo gratuito ni falta que hace. No hay shredders (gracias). El batería no toca detrás de una muralla de toms como si estuviera en una banda de prog metal. Pero todos saben manejar sus instrumentos. Y eso se nota. Las guitarras tienen peso. El bajo está donde tiene que estar. La batería empuja sin molestar.
Y la voz.
La voz es importante.
La voz en castellano suele echarme para atrás —salvo los clásicos (sí, soy fan de, entre otros, Rosendo, Yosi, Robe … *lloro), Molly (¿Hamlet son clásicos?), Antonio de Arde Bogotá y algún cantante más. Aquí no. Aquí hay rango, hay carácter, y hay un timbre que huye de la nasalidad indie que lo ha colonizado casi todo. Se agradece.
No, lo de Sunfaia no es indie.
Tampoco pop.
Es rock. Rock alternativo, si hace falta ponerle apellido. Con un punto DIY y una conciencia social clara. O sea, no va a ser tu colega ‘fan de cantautores’ quien te los recomiende.
Si te gusta la música de los 90, te va a gustar Sunfaia.
Si te gustan Pearl Jam, QOTSA, Thrice, probablemente también.
Si buscas shoegaze, post-hardcore o psicodelia andaluza, no es aquí.
Llevan más de ¡diez años! sacando discos y sencillos. La Resistance (2015) suena noventera y tiene su mérito, igual que Horizonte de Sucesos (2019), aunque a mí no me llega tanto. Diría que el punto de inflexión personal está en “Latidos” (preciosa), incluida en el EP Systole (2022). Desde ahí, la dirección es clara y, para mí, mucho más interesante.
Y sí, desde hace un par de años parece que a estos madrileños les gustan los títulos que empiezan por A: “Abulia” (con un inicio casi progresivo), “Amar & Desobedecer”…
…but they had me at “Arderá”.