Si nunca has oído hablar de Glossary, te lo podemos perdonar. La banda de Murfreesboro, Tennessee, tenía como uno de sus líderes a Joey Kneiser uno de los compositores más prometedores junto con su ex Kelly Smith desde finales de la década de los noventa. Nombres como los de John Moreland, Two Cow Garage, Austin Lucas, Lucero o Todd Beene siempre los pusieron en un pedestal entre sus grandes influencias.
Pues Joey Kneiser, aquel compositor principal, lanzó el pasado mes de julio “Nothing’s Wasted on the Soul“ , su primer álbum en 10 años tras aquel “The Wilderness“.Joey Kneiser es uno de los compositores más infravalorados del que prácticamente nadie sabe nada donde en sus canciones casi puedes ver las estrellas y las rayas filtrarse a través del sonido mientras vívidas imágenes del sur árido de los Estados Unidos vienen a la mente donde la música roots más sureña se mezcla con el rock and roll, dentro de corazón palpitante de canciones de América.
La clave está en la armonía vocal entre Kneiser y sus composiciones. Por supuesto, sus canciones encajan cómodamente dentro de la tradición del rock’n’roll rústico con tintes country, un subgénero de percepciones. De hecho, pocas otras ramas musicales se centran tan intensamente en transmitir imágenes, una sensación táctil genuina, olores y sabores mientras recrean las atmósferas del Sur como lo hacen Lucero más dinámicos o los Drive-By Truckers.
“Nothing’s Wasted on the Soul” es una absoluta delicia, un disco muy pulido donde las brillantes combinaciones de alegres melodía de piano y guitarras soleadas superpuesta con el cálido canto de Joey Kneiser, crean diez temas tan veraniegos como tan fresco como uno desee. Uno no necesita forzar la imaginación para soñar despierto con un conmovedor canto grupal alrededor de un solo piano, mientras el sol se esconde en el horizonte. Escucha a Joey junto a Kelly Smith en “A Highway Bent Towards Divine” para darte cuenta de ello.
El disco de Joey Kneiser podría ser la banda sonora perfecta, con sus encantadoras armonías, para un romance de ensueño en el Medio Oeste, mientras la pareja comparte un baile en un bar y aparecen los créditos finales de cualquier película.
