Lo que vivimos en la valenciana 16 Toneladas el pasado 2 de septiembre fue una auténtica sacudida de rhythm & blues salvaje y rock and roll sin cadenas. Desde Boston aterrizó el gigante Barrence Whitfield, acompañado por los siempre incendiarios británicos MFC Chicken, para regalarnos una de esas noches que se quedan tatuadas en la memoria.
Los pollos arrancaron con su característico tema de introducción y, sin apenas darnos respiro, apareció Barrence con su vozarrón y esos chillidos que levantan muertos. Bloody Mary y Slow Down (Larry Williams) sirvieron para abrir boca, y a partir de ahí todo fue un festín: King Kong (Big T Tyler), Hole In My Heart (Esquerita), Big Mamou (Smiley Lewis, puro New Orleans), I Smell A Rat (Big Mama Thornton) o un Bama Lama Bama Loo de Little Richard que nos puso a todos a bailar como posesos.
Tras semejante arranque, Barrence se retiró un momento y los Chicken se marcaron un set lleno de dinamita: Voodoo Chicken, Rumble Strip, el potente Milk Chicken y un Night Train que acabó con Spencer, Dan y Zig sobre la barra. ¡Momentazo de locura total!
Cuando regresó Barrence, el ritmo ya estaba disparado. Sonaron joyas de su debut con The Savages del 84 como Mama Get The Hammer o Stop Twistin’ My Arm, además de cañonazos como Bip Bop Bip, Georgia Slop o la balada I Won’t Cry, que nos dio un respiro… breve, porque enseguida volvió la tormenta.
El bis fue la guinda: Bargain Bucket con MFC Chicken felicitando al cumpleañero Zig, y un Barrence desatado cerrando con Caveman, Unwaga y un Psycho de los Sonics que nos dejó a todos sudados, sonriendo y con la sensación de haber estado en un ritual primitivo de rock and roll.
En resumen: un concierto brutal, sudoroso y eléctrico, con Barrence Whitfield demostrando que sigue siendo un animal de escenario y MFC Chicken confirmando que son de las mejores bandas de directo que puedes ver hoy en día.
Texto Alex Ruiz. Fotos Sergio Lacedonia.
