Mientras Estados Unidos de América se vuelve cada vez más hostil a todos los asuntos al sur de la frontera, Brent Amaker and the Rodeo han abrazado a México para su último álbum titulado “Vaquero” lanzado el 12 de septiembre.
Las nueva canciones de Brent Amaker, residente en Seattle, fueron grabados en la Ciudad de México, temas acompañados con mariachi. “Vaquero” es lamento, y alegría, trompetas, violines y guitarrón elegantemente punteados que elevan las letras a matar.
Brent Amaker and The Rodeo después de recorrer el mundo durante más de una década con su banda de vaqueros, Amaker recurre a esos ritmos y melodías empapadas de tequila y cerveza donde los muertos pueden bailar, mientras alguien canta sobre Jesús.
El estallido de alegres trompetas, coros, violines y la vihuela, hábilmente rasgueada y los coros, dibujan una sonrisa de inmediato. Evoca imágenes cliché de México: el calor, la vestimenta, quizás una celebración despreocupada bajo el sol; la voz de Brent Amaker es melancólica y discreta. La sutileza de los violines, en capas, aporta una textura delicada pero cautivadora a la música. Este patrón resuena en todo momento, cada arreglo sorprende por su complejidad, pero a la vez rebosa de una vitalidad alegre y emotiva.
Todas las canciones aquí giran en torno a los temas típicos del mariachi, básicamente amor y pérdida, que buscan ser románticos, dulces y sencillos. No hay letras complejas ni analogías metafísicas profundas, lo que, por supuesto, hace que estas canciones sean mucho más conmovedoras y relevantes para quien las escuche. No hay males que curar, solo errores que corregir y fantasías que seguir.
Brent Amaker absorbiendo la cultura mexicana y reencarnado en las voces Big Booper, Junior Brown, Lee Hazlewood o Tony Sheridan, es un verdadero espectáculo sobre el escenario, se hacen acompañar siempre de chicas Burlesque, visten de traje negro y blanco, y completamente ataviados con sombreros cowboys Stetson, vestirse con traje de charro negros es probablemente la jugada más punk que podría haber hecho.
“Vaquero” es disfrutable, divertido, sensible, impresionante y, sobre todo, porque todos solemos olvidarlo, DIVERTIDO. Si no te diviertes es porque eres un capullo musical.