Dynazty cerró su paso por nuestro país el 12 de Octubre en Madrid colgando el cartel de Entradas Agotadas en la sala Revi Live. Desde Barcelona rompieron el hielo Kilmara presentando su último trabajo “Journey To The Sun”. Una actuación concisa pero suficiente para imponer un estilo donde combinan con acierto melodías cuidadas dentro de un marco donde fusionan power metal con heavy metal desde una visión contemporánea. Enfundados en sus monos y dispuestos a llevarnos a bordo de su nave espacial sonora. Kilmara ofrecieron un viaje donde las guitarras tomaron el control y los ritmos desafiantes marcaron el ritmo. La banda afrontó la sustitución repentina de su vocalista, y fue Héctor el que asumió el papel al frente defendiéndolo con solvencia.
A pesar de las circunstancias la banda demostró profesionalidad ofreciendo una actuación sólida que allanó el terreno para la llegada de Dynazty. El quinteto sueco, liderado por Nils Molin, llegaba a la capital presentando su más reciente trabajo “Games Of Faces”, reafirmando su posición como una de las formaciones insignia del metal melódico actual. Tras una breve introducción salieron de forma súbita, impulsivos y sabiendo que sus actos calarían hondo entre el público. Un arranque que dio paso a que su cantante ocupara su puesto y con toda la banda al completo comenzara la fiesta. Desde los primeros compases Dynazty demostró que domina a la perfección el arte de combinar melodías sencillas pero efectivas con ritmos concisos que impactan con gancho entre sus seguidor@s.
Un contenido sonoro atractivo que se aprovecha de altillos para dar más vistosidad y protagonismo a los músicos. La celebración de himnos pegadizos acorde a una plenitud sonora impuesta por el realce de una secuencia rítmica dinámica a la vez que simétrica. Georg Härnsten a la batería creó una sensación de movimiento sin muchas complejidades desglosando patrones repetitivos pero de gran efectividad. La respuesta sólida de Jonathan Olsson al bajo fue un impacto acentuado en cada nota. En la parte central del concierto Love Magnusson y Mikael Lavér protagonizaron un duelo de guitarras demostrando sus habilidades a las seis cuerdas alternando una secuencia instrumental que culminó con guiños a Deep Purple.
Esta fase instrumental sirvió para dar paso al fragmento acústico del concierto, un paréntesis en medio de la intensidad. Un teclado que estuvo más de adorno que de provecho ya que la sucesión de pistas pregrabadas reemplazaron su papel. Sin embargo, Nils Molin a la voz demostró su gran hacer como “frontman”, cercano, enérgico… su presencia escénica como embajador de la banda desempeñó un papel con estilo exhibiendo su gran capacidad vocal. Plena conexión entre el público y los músicos en el tema de despedida. Explotaron al máximo la participación del público en “Heartless Madnes”, himno festivo que se alargó en exceso. Dynazty demostraron en Madrid que su evolución a lo largo de los años ha sido constante y ascendente consolidándose como una banda con identidad, fuerza y presencia escénica.
