Little Feat regresaron el pasado mes de mayo con un nuevo disco “Strike up the band”, sonando inquietantemente intacta después de muchas décadas y tras la pérdida de algunos de sus miembros.
Sí, siguen en activo, siguen teniendo buenas canciones, siguen teniendo grandes intérpretes; nada nuevo, pero lejos de ser una simple renovación de viejas ideas, es linaje perdurable. “Strike Up The Band” es el decimosexto álbum de estudio de la banda (también han publicado diez álbumes en directo) y llega tras Sam’s Place de 2024.
Si bien ha habido numerosos cambios de integrantes desde su formación en 1969, Little Feat ha perdurado y mantenido un sonido característico. Esto no significa que todo suene igual, porque está muy lejos de ser cierto.
Pero, cuando uno escucha una canción de Little Feat, sabe que es Little Feat. Hay un miembro original en la banda (el teclista Bill Payne), pero otros dos miembros han estado con la banda desde 1972 (el vocalista y percusionista Sam Clayton y el bajista Kevin Gradney).
Tony Leone (Chris Robinson Brotherhood, Levon Helm Phil Lesh), quien ha estado con Little Feat desde 2020, demuestra lo que puede hacer, lo que aporta mucho al sonido del álbum y a la banda. Si bien el álbum es cojonudo, también muestran su talento country con “Strike Up The Band”, en el que colabora Larkin Poe. Lo mismo puede decirse de “Bluegrass Pines”, en la que colaboran Molly Tuttle, Larry Campbell y Teresa Williams.
“Strike Up The Band” es el primer álbum de Little Feat con material completamente nuevo desde “Rooster Rag (Hot Potato)” de 2012. Esos ritmos clásicos de Little Feat están presentes en todo momento y el álbum canaliza mucho de lo que siempre ha hecho a la banda grande y única, a pesar de todos los cambios de formación a lo largo de los años. Espero que este álbum sea un éxito para la banda y que propicie un resurgimiento en su carrera tardía, ya que me gustaría escuchar más de su formación actual.
