Gus G y Ronnie Romero: ofrenda a los dioses del hard rock

El guitarrista Gus G. (Firewind, Ozzy) y el cantante Ronnie Romero (Lords of Black, Rainbow) unieron fuerzas en la sala Wolf para ofrecer un show de gran nivel en el que no faltaron los grandes himnos atemporales del hard rock.

Para muchos, empezó siendo un lunes medio gris de octubre con vuelta de puente. Para unos cuantos, terminó con una sonrisa tras haber viajado por las décadas más prolíficas e interesantes del Hard rock sin salir de la sala Wolf. Una travesía que tuvo su inicio con la banda barcelonesa Tabü y su Hard Rock de la vieja escuela madurado durante veinte años por los escenarios nacionales. Con un concierto en el que desgranaron gran parte de su último trabajo “Talismán”, supieron dar a quienes iban llenando poco a poco la sala motivos para quedarse con su nombre. 

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Desde los primeros compases, la banda demostró su fiabilidad y su conexión con el público. Canciones como “Igual que ayer”, “Hoy por ti” o “Sigues en mí” marcaron un arranque contundente que puso en pie a la sala, mientras el grupo afianzaba su solvencia técnica con unas bases sólidas y un sonido equilibrado. La intensidad fue creciendo con temas como “Quiero más”, la cuidada versión en castellano del clásico de Gotthard “Anytime, Anywhere” —rebautizada como “Traidor”—, y la emotiva “Abismo”, que aportó el punto de lirismo entre tanta energía.

No faltaron guiños a sus trabajos anteriores, con himnos como “Siempre locos”, procedente de su primer disco “Ven a mí”, o la poderosa “Puede ser”, que cerró un espectáculo tan intenso como agradecido. Tanto, que se les tuvo que hacer corto cuando el manager de Gus G les iba apremiando con terminar su show. Pero para quien se quedase con ganas de más, la banda citó al público a celebrar su 20º aniversario en un concierto muy especial en Razzmatazz donde contarán con muchas sorpresas e invitados. 

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Llegaba el plato fuerte de la velada. El guitarrista griego apareció en el escenario acompañado de su compañero de fatigas en Firewind Jo Nunez tras la batería y el bajista Andrea Arcangeli. Gus G mostró sus cartas desde un principio, dejando clara la calidad que atesoran sus dedos al moverse a lo largo del mástil. El arranque vino con un par de temas de su último disco “Quantum Leap”, “Force Majeure” y el título que da nombre al disco. Dos fogonazos instrumentales en los que se podían intuir ciertas influencias bajo su sello particular. Con el tercer tema, Ronnie Romero unió sus fuerzas sobre el escenario para defender su trabajo en solitario con “Castaway To The Moon” y “Chased By Shadows”. 

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A partir de aquí el show se convirtió, para disfrute del personal, en un continuo homenaje a las grandes figuras del hard rock. El primero a quien rendir tributo fue DIO. Y es que el timbre de voz de Ronnie Romero resulta tan próximo al del querido cantante que no sorprende que Ritchie Blackmore lo escogiera para su último reflote de Rainbow. Aprovechó para cantar “Kill The King” uno de los temas que quedaron fuera de esa gira tras habernos asombrado con una excelente versión del “Mob Rules” de la era DIO de Black Sabbath. No sería el único tema de Rainbow que sonaría ya que el gran final antes de los bises vino de la mano de “Stargazer”

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Con dos temas así tan bien ejecutados es fácil meterse en el bolsillo al público. Pero si además lo rematas con “Cold Sweat” de Thin Lizzy, la fiesta ya no hay manera de pararla. Esas tres canciones, amenizadas con las continuas muestras de buen humor sobre el escenario sirvieron para volver a transitar por aguas más personales. “My Premonition”, “Redemption”, “I Am The Fire” y “Destiny Is Calling” volvieron a aportar los granos de sus carreras individuales antes de otra remesa de clásicos para rematar el concierto. “Highway Star” de Deep Purple y la ya mencionada “Stargazer” se encargaron de finalizar el show.

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Tras el breve descanso, volvieron en formato trío para un último instrumental “Fearless”. Estaba claro que el gran protagonista de los bises iba a ser el recientemente fallecido OZZY. Durante ocho años Gus G formó parte de la banda que acompañaba a The Madman y estaba claro que iba a ser el homenaje final. Con Ronnie de nuevo en el escenario, y tras unas breves palabras en honor al Príncipe de las Tinieblas, la banda se lanzó con un demoledor “Bark At The Moon” al que continuó “Shot In The Dark”. Pero no sería un homenaje completo si no hubiera un poco de Black Sabbath clásico. Y la banda se despidió por todo lo alto con “War Pigs” donde brilló además la potencia y contundencia de Jo Nunez

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Dos horas de excelente hard rock que hicieron las delicias de una sala Wolf que registró buenos números. Gus G es un excelente guitarrista, preciso y rápido, pero quizás le falta aún un poco para desprenderse de sus influencias y probar a lanzarse por sonoridades mas personales. A mis oídos aún sonaban en sus temas en solitario los ecos de Satriani y Malmsteen. De Ronnie Romero poco más se puede decir que no hubiéramos escuchado en este concierto. La cantidad de registros y matices que albergan sus cuerdas vocales están hechas para dar grandes alegrías a los seguidores del hard rock y el metal más melódico. Pero por concluir, la combinación de ambos resultó una excelente velada con una ejecución de alto nivel y un respetuoso homenaje a todas esas grandes figuras que nos han hecho disfrutar de este estilo a lo largo de los años.

Fotos: Desi Estévez

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