The Smashing Pumpkins – Mellon Collie and the Infinite Sadness (1995)

“Mellon Collie and the Infinite Sadness” fue el tercer álbum de estudio de The Smashing Pumpkins, lanzado un 24 de octubre en Estados Unidos, un día antes en el resto del planeta  producido por el cantante y guitarrista Billy Corgan , junto con los productores Flood y Alan Moulder.

Un álbum de 28 pistas y de más de dos horas que se mueve entre extremos musicales. Feo y hermoso. Crudo y refinado. Despreocupado y apasionado. Así como Shakespeare es un maestro de la imaginería en su literatura, The Smashing Pumpkins dominan la imaginería en su música y letras, con sus imágenes extremas, refleja fielmente los altibajos de la vida. 

Recuerdo que para aquel 1995, Kurt Cobain ya había fallecido, Pearl Jam y Soundgarden perdían relevancia, los Red Hot Chili Peppers no aparecían por ningún lado al igual que Guns N’ Roses. The Pumpkins lanzaron un álbum doble en una época en la que el doble álbum parecía estar muerto. Mientras que “Siamese Dream” dos años antes fue un disco más que notable, Corgan se afeitó la cabeza y el talento, Muchos críticos de la época recuerdo solían afirmar que The Pumpkins se disolvieron por una lucha interna, pero creo que fue así. The Pumpkins se disolvieron porque Corgan se creyó la propaganda de que era un genio y no se conformó con nada más que eso a su alrededor. En ese momento, todo lo que lo rodeaba era una nube de fantasmadas.

En una época aquella que todo parecía una película de instituto, Oasis ya lo copaban todo y aquella Generación X se reía de si misma mientras ahí estaba Billy Corgan con traje ridículo y chillón. ¿Dónde quedaron aquellas camisetas o la franela? ¿Y ahora calvo? Se supone que debería llevar una bonita melena corta y un poco desgreñada! Dos discos anteriores, bizarros y arremolinados, con el típico material grunge y difuso de los Pumpkins, con un montón de interludios melódicos de ensueño, letras cursis y sinceras que parecían escritas por un niño de 13 años.

Decir que este álbum “Mellon Collie and the Infinite Sadness” es demasiado largo sería quedarse corto. Con dos horas de duración y 28 canciones, es más que demasiado largo. Pero los Pumpkins lo hacen funcionar. Si cada disco se hubiera lanzado como un álbum separado, creo que probablemente habrían sido mejores. Pero, por desgracia, este es el álbum que nos dieron. Y es bastante bueno. Vamos, “Tonight, Tonight”, “1979”, “By Startlight”, “Zero”, “Here is no why”, o “Bullet with butterfly wings” son épicas. Podría seguir hablando de todas las grandes canciones que están presentes en este álbum como canciones en el álbum anterior del grupo, Siamese Dream , que probablemente sea un mejor trabajo.

Si pudieras tomarme un último momento para volver a poner el último tema del disco “Farewell And Goodnight”, encaja perfectamente con este álbum, que es una suma de cosas. Los cuatro Pumpkins se encargan de las voces, creo que es la única vez, así que realmente se siente como si te estuvieras despidiendo de tus amigos, de esta época. La década cambiaría, la música cambiaría, los Pumpkins cambiarían. 

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