Nikki Hill tiene todas las papeletas para subirse al vagón del éxito o posiblemente ya esté subida. Su paso por Madrid el pasado 25 de Noviembre fue pan comido para llenar el Teatro Barceló a pesar de ser miércoles futbolero. Su carrera musical cimentada de abajo a arriba donde el boca a boca a servido para que esta cantante tenga ese gran poder de convocatoria.
Su paso este verano por festivales a sorprendido a muchos y no dudaron en acercarse a presenciar en un recinto más reducido el gran directo de Nikki Hill y su banda. La presentación en directo de su segundo trabajo «Heavy Hearts, Hard Fists» fue una auténtica bofetada de rock and roll en el estado más puro, donde aprovecha el gran abanico de posibilidades que ofrece este género musical.
No faltaron los guiños al blues, soul, rock…. la combinación perfecta para que el aburrimiento no tuviera cabida en la actuación de Nikki Hill intercalando con gran habilidad temas lentos con otros más enérgicos y de esta forma mantener el estado idóneo de una gran noche de rock. Rock and roll divertido impregnado por la simpática Nikki que no cesó en mostrar su constante sonrisa «profident» y su concluyente actitud encima del escenario.
La banda que acompaña a la nueva reina del rock and roll supieron sacar el máximo rendimiento a sus cualidades destacando una sección rítmica compuesta por Ed Strohsah al bajo y Joe Meyer a las baquetas, aunque en un segundo plano fueron el motor de que los temas ganaran vigorosidad ya que la vistosidad y los vítores se los llevó el magistral guitarrista Matt Hill. Una gran noche donde Nikki Hill y los suyos evocaron a los grandes del rock and roll, su espíritu llenó todos los rincones de la sala dejando un hueco en la agenda de conciertos del año que viene ya que seguro vuelve a visitarnos.
