Doug MacLeod. Un hombre, una guitarra y un montón de historias

   Desde que se iniciaron los trámites para que Doug MacLeod actuase por primera vez en Madrid hasta ahora han pasado casi cuatro años, una pandemia y la mayor tormenta de nieve que se recuerda en mucho tiempo. La espera ha merecido la pena.

   En Clamores la noche del lunes 4 de octubre (¡Ay!, los lunes…) la abrió el músico gallego afincado en Madrid Néstor Pardo. Con su buen hacer con el dobro, comenzaron las historias. Sólo en el escenario, Néstor fue desgranando en inglés y en castellano temas de sus dos discos en solitario. De Doug nos dijo que en esta gira estaba aprendiendo mucho de él. No solamente en lo técnico sino en las largas conversaciones de carretera y hotel. Juntos han recorrido largos tramos de camino. Y nos fué así también contando sus propias anécdotas. Impagable la de la chica que le enamoró una noche en una playa abriendo los botellines con los dientes o cuando ya terminando su actuación saca la navaja que le regaló su abuelo y nos interpretó su último tema publicado este mismo año «Con la muerte dí».

   En el mundo del blues, la tradición de los story tellers se remonta a los años de la Gran Depresión cuando muchos músicos recorrían los caminos de la zona del Delta tocando y sirviendo de cronista de su propia vida o de acontecimientos escuchados, vividos o que fueron actualidad en su época. La palabra tiene tanta importancia como la música que la acompaña formando un todo indisoluble.

   Doug MacLeod nació en Nueva York en 1946 y vivió en diferentes puntos de los Estados Unidos antes de asentarse en Memphis. Comenzó tocando country blues en su adolescencia. Comenzar a cantar le ayudó a superar en esa época sus problemas de tartamudez.  Durante más de treinta años pateando carreteras ha girado con George ‘Harmonica’ Smith (a quien considera su mentor), Big Joe Turner, Pee Wee Crayton, Eddie ‘Cleanhead’ Vinson, Lowell Fulson, Big Mama Thornton u otros muchos que han dejado huella en sus composiciones siempre rayando en lo personal y dando un enfoque centrado en relatar la historia de los de abajo dignificándola y dándole en ocasiones características de epopeya.  Con una técnica magistral a la guitarra, jugando con las afinaciones y una voz cálida y cercana, ha compuesto canciones que han sido grabadas por Albert King, Albert Collins o Joe Louis Walker entre otros… Multipremiado en los Blues Music Award, más recientemente en el 2018 recibió el Blues Music Award por el álbum acústico del año ‘Break The Chain’ y en el 2017 Blues Music Award como artista acústico del año.

«El Blues es honesto, es real y habla de los sentimientos que tenemos todos. Si tocas con el corazón, tocas con el alma. El Blues habla de la gente. El Blues trata de las emociones básicas que todos experimentamos en nuestra vida diaria. Todos buscamos a alguien a quien querer o a alguien que nos quiera. Todos queremos poner comida en la mesa, tener un bonito lugar en el que vivir, quieres que tus hijos estén bien, quieres tener las necesidades básicas cubiertas y el Blues habla de todo eso. El Blues te hace celebrar la vida.»

   En Clamores dio una excelente lección de lo que es la esencia del blues. Un hombre, una guitarra y un montón de historias por contar. Historias de trenes, de ríos (el eterno Mississippi), un «Roll like a river» hermoso, de carreteras del Diablo, de pérdidas y desencuentros, de soledad y de mujeres, sobre todo de mujeres.

  «Ernest Banks me enseñó “nunca toques una nota en la que no creas”, pero también aprendí de él, en serio, «nunca, nunca escribirás o cantarás sobre lo que no sabes.» 

 

   El concierto terminó con un field holler (un género anterior a las work songs que canta un solista sin respuesta ni coro) cantado sin guitarra y sin micrófono, con el solo acompañamiento de las patadas en el suelo y el chasquear de los dedos de un público que tardará un tiempo en olvidar el concierto. Un final que nos retrajo a las épocas de la esclavitud y del olor a cosecha del tabaco, el maíz o el algodón sin dejar de recordarnos que ni nosotros ni el mundo hemos cambiado tanto desde entonces.
      Un hombre, una guitarra y muchas historias. No hace falta más. Una demostración magistral de como los viejos blues todavía pueden enseñarnos muchas cosas sobre el funcionamiento de la vida y de la manera de encararnos a ella.

   O de que, tal vez, es la vida misma la que se empeña en ser como un viejo, jodido y puñetero blues.

   Próximas actuaciones esta noche 05 de octubre en la sala 16 Toneladas de Valencia con Néstor Pardo.

 
   Texto de Ramón del Solo y Ana Hortelano

   Fotos y videos Ana Hortelano 

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