El debut de George Thorogood en Barcelona

La primera visita de George Thorogood & The Destroyers se saldó con un lleno en la Sala Apolo y la sensación de haber vivido un momento histórico entre los presentes.


Tras casi cincuenta años recorriendo el mundo para pasear su chulería y su frenético boogie rock, George Thorogood por fin actuó en Barcelona dentro del festival GuitarBCN. Lo hizo acompañado de sus eternos Destroyers para ofrecer un concierto a la altura de las expectativas teniendo en cuenta las circunstancias. Porque no hay que olvidar que el bueno de George gasta ya 72 años y eso puede ser un condicionante. 

A medida que la Sala Apolo se iba llenando, se podía apreciar como había cierto nerviosismo entre la parroquia rockera que se congregaba esa noche. Sin teloneros y con una presentación en modo estrella apareció sobre el escenario nuestro protagonista. Fueron los Destroyers los primeros en tomar posiciones. Con pañuelo en la cabeza y guitarra en mano se plantó en el centro del escenario para recibir una sonora ovación. Algo que no le impidió lanzarse con “Rock Party” donde pudimos comprobar que su voz cumplía pero su guitarra sonaba titubeante.

Con este primer tema se comprobaron dos cosas: El sentido del espectáculo que Thorogood tiene y la solvencia y seguridad que desprende su banda. Con la jam final del primer tema ya apareció el saxo de Buddy Leach tomando un protagonismo que se mantendría en el resto del concierto. Otra cosa que quedó clara viendo el repertorio es que el combo es capaz de hacer suya cualquier canción ajena.

20220712-George-Thorgood_DSI1810©DesiEstevezEl característico sonido de Bo Diddley llenó la sala Apolo a ritmo de “Who Do You Love?” tras la que Thorogood se dirigió al público advirtiendo en castellano al personal que esa noche íbamos a hacer “cosas malas”. La banda sonora vendría de la mano de “Shot Down” de The Sonics y “Night Time” de The Strangeloves. En esta demostraron que con una base rítmica como la del batería Jeff Simon y Billy Blough al bajo se puede ir a cualquier parte.

Tras la vibrante “I Drink Alone”, con otra demostración al saxo de Buddy Leach, le tocaba turno al espectáculo. La chulería del momento en que se desprende del pañuelo y se peina de espaldas al público da una idea aproximada de lo que tenía que haber sido un concierto suyo en los 80. En ese momento solo Jeff Simon se queda en el escenario con Thorogood para narrarnos “House Rent Blues” de John Lee Hooker donde empezó a soltarse un poco más con la guitarra. En el momento en que su historia del alquiler se convierte en “One Bourbon, One Scotch, One Beer” la banda vuelve al escenario para que explote el tema.

20220712-George-Thorgood_DSI1769©DesiEstevezEl concierto cada vez iba tomando más color y marchaba a un ritmo imparable como el de la imprescindible “Gear Jammer”. Los Destroyers dejaron a Thorogood lucirse con el slide antes de volver a sonar como uno solo. El espíritu rebelde lo puso “Get a Haircut” con una deliciosa jam final con la que confirmar la calidad del grupo. Y llegó el momento de escuchar el que sin duda ha sido su mayor éxito. “Bad To The Bone” no podía faltar a la cita y puso la Sala Apolo del revés, con el público y sus cervezas en alto hasta desgañitarse.

Aprovechando la reconocible “Tequila”, el tigre de Delaware se tomó un descanso mientras la banda hacía bailar al público. Una fiesta que tuvo continuidad con “Move It On Over”, en la que la Sala Apolo vibró con el ritmo de tan contagioso boogie. La banda dejó el escenario, pero la gente tenía ganas de más y no cesaron en el empeño con los clásicos «Oe, oe, oe» hasta que los músicos volvieron. Tiempo para un último cañonazo que echara el cierre a esta velada especial. La elegida fue “Born To Be Bad” en la que George Thorogood & The Destroyers acabaron de vaciarse ante el deleite de los presentes. 

20220712-George-Thorgood_DSI1910©DesiEstevezCuando lo vimos aparecer de nuevo con un albornoz, más de uno pensó en que habría algún tema más. Pero solo formaba parte del espectáculo. El roadie lo fue acompañando hacia el camerino, pero tras forcejear con él y librarse, vuelve a despedirse del respetable. Ese número del artista reticente que no quiere abandonar el escenario bien  podría ser la imagen de muchos que se resisten a bajar de las tablas. 

Lo cierto es que el concierto de esa noche no fue tan agridulce como la sensación tras ver a The Beach Boys. Pero si que te deja con la impresión de que esta relación con Barcelona por muchos años (como anunció durante el concierto George Thorogood) llegaba demasiado tarde. En este punto tiene suerte de que The Destroyers lleve el peso del concierto y lo haga con una excelsa solvencia. En definitiva, una velada con un punto histórico que no te cambiará la vida, pero que por un rato nos hizo olvidar lo cotidiano.

Fotos: Desi Estévez



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