Enuff Z’Nuff, la banda que mereció volar más alto.

Chip Z’nuff se encargó de mantener vivo el legado de Enuff Z’Nuff en una sala Wolf de Barcelona que mereció algo mas de apoyo

Se dice que una de las premisas del éxito es estar en el lugar correcto en el momento adecuado. Siempre he pensado que Enuff Z’Nuff se situaron en las antípodas de esa frase. Su primer disco homónimo apareció cuando el glam rock llevaba casi una década de recorrido sin imaginar siquiera que un par de años después el grunge arrasaría con todo.  Por otro lado, las grandes bandas de la época estaban más influenciados por los Stones y su postura de chicos malos que por los Beatles a los que nuestros protagonistas abrazaron. Lo que es innegable es que durante los últimos treinta sus dos cabezas visibles han sido unos currantes tanto sobre los escenarios como sacando discos. 

Tras la partida de Donnie Vie, tan sólo Chip Z’nuff mantiene la nave a flote pateandose los escenarios para defender el legado de la banda. En esta ocasión han sido tres las fechas con las que la nueva formación ha hecho pasar un buen rato al público español. Y lo han hecho con dos compañeros más de tour. Highway y The Midnight Devils completaban un cartel que auguraba una buena velada de rock en la sala Wolf de Barcelona. Los primeros fueron The Midnight Devils. Y menuda salida. Lo que les pueda faltar a nivel compositivo lo suplen con creces con la actitud que los tres músicos muestran en sus directos. Siguiendo la onda de grupos como Steel Panther, que llevan la estética del glam rock al extremo, los americanos salieron ante una veintena de personas como si fuera un Wembley a reventar.

The-Midnight-Devils-Enuff-Znuff-Barcelona.

Sin negar que los ochentas son su inspiración, en media hora pusieron patas arriba una sala Wolf que se llenaba a cuentagotas. Los tres músicos lo dieron todo en el escenario y fuera de él. Intercalando temas de sus dos trabajos, la banda acabó con su cantante y bajista en mitad de la sala dando una lección de cómo ofrecer espectáculo. Terminó sobre uno de los podiums, vestido con una capa fucsia y una corona y haciendo protagonista a una niña que estaba entre el público. Una pena perderme los primeros minutos, porque les pusieron el listón muy alto a los franceses Highway para empezar. 

Los franceses llevan veinte años recorriendo los escenarios y están a punto de sacar su quinto disco de estudio. Tras el huracán sonoro vivido, Highway puso un poco de calma en una sala que no acababa de llenarse. Temas como “Wake Up” o “Like a Rock Star” son muestras del buen hacer de la banda. Sin resultar tan espectaculares, no cejaron en el empeño de seguir calentando el ambiente para Enuff Z’Nuff. Con unos estilos que se mueven entre el hard rock más clásico, con tintes de country o sureño y el blues consiguieron contagiar al público su actitud. Hasta el momento llevábamos una buena sesión de rock, pero el plato fuerte estaba por llegar.

Highway-Enuff-Znuff-Barcelona

Llegó el turno de los protagonistas de la noche. Enuff Z’Nuff llevan años pateándose los escenarios del mundo defendiendo su legado. Para mi, ellos fueron una banda que de haber surgido durante la eclosión del glam rock habría tenido una suerte distinta. Pero el exito les llegó tarde y de manera efímera. Aún así no han dejado de grabar discos durante todos estos años. Hasta trece discos de estudio donde han ido dejando pequeñas trazas de su calidad y de la influencia que tuvieron The Beatles en sus canciones. Algo que nunca han ocultado y que les llevó a grabar todo un disco con sus temas.

Ese precisamente fue el punto de inicio del concierto, una potente versión de “Magical Mistery Tour”. Tras unas gafas de sol redondas y un bajo bregado en mil batallas, Chip daba inicio al viaje de esta noche. La primera e inevitable parada llegó de la mano del disco de debut con “Kiss The Clown” con la que volvimos a los 80 de golpe. En su segundo trabajo “Strength”, más allá de la conocida “Baby Loves You”, habían trallazos como este “Heaven Or Hell”. Y en la Wolf ambas sonaron a gloria de mano de una banda cohesionada y potente. Chip regaló sonrisas y poses a una sala Wolf que mereció mejor aforo para una noche como esa. Cierto que la banda ha seguido componiendo durante estos años, pero en el repertorio apenas hubo representación más actual que “The Love Train”. 

Enuff-Znuff-Barcelona-2022.

Una breve jam dió paso a otro tema de The Beatles. En esta ocasión endurecieron el sonido de “Eleanor Rigby” pero sin restar la sonoridad del original. No seria la última de las canciones en las que aparecería el espíritu beatle, aunque fuera solo de uno de los miembros. Imagino que la inspiración de los ingleses y de Paul McCartney es tal en Chip, que no le tiembla el pulso en dedicarles un tercio de la actuación. Sonaron dos temas de The Wings como “Jet” y “Live And Let Die” y lo hicieron de la forma poderosa que merecen. Los dos guitarristas de la banda trabajaron duro para acompañar la contundente base que tanto Chip como Danny Hill tejen en los temas.

El concierto llegaba a su final, y el guión para el mismo lleva más de treinta años escrito. Porque un concierto de Enuff Z’nuff no puede terminar de otra manera que con una “Fly High Michelle” que llamaba a encender mecheros. Los músicos mostraron su cara más amable subiendo a la misma niña protagonista en el concierto de The Midnight Devils al escenario y que por unos segundos formara parte de la banda. Y como grand finale, “The New Thing” para la que los músicos de Highway salieron al escenario para aportar sus voces a los coros del tema. Una bonita manera de reconocer la calidad del tema y lo que ha significado para muchos de los que estaban allí.

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Terminó así un buen concierto que mereció algo más de calor por parte del público. Y no me refiero al que estuvo presente, si no al que faltó a la cita. Quizás es que hayan venido muchas veces, o que la falta de Donnie Vie sea un motivo para ir o no al concierto. Pero lo cierto es que es encomiable la actitud de los músicos cuando se enfrentan a una sala con demasiados claros. Chip no puso pegas en firmar, hacerse fotos a quien se lo pidió mientras casi sonaban aún las últimas notas en la sala. Pero quien escribe pudo ver al mismo Chip salir de la sala cabizbajo caminando calle abajo sin un destino muy claro. Parecía más la imagen de la resignación de un trabajo bien hecho, pero con poco fruto sacado.

 

 

 

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