LPA Beer & Music Festival, noche otoñal de Rock

LPA Beer & Music Festival inició su décima edición en el Parque Litoral El Rincón de Las `Palmas de Gran Canaria el pasado viernes 22 de septiembre en una dilatada noche de Rock con mayúsculas. 

 

LPA Beer & Music Festival en un cartel de tres días logra dar incentivo a todos los paladares dentro del eclecticismo de las bandas del cartel. El entorno y el festival ha crecido sustancialmente en muchos aspectos y nos hizo sentir cómodos, aunque para seguir creciendo, echamos de menos alguna banda internacional de las asequibles, sin lloreras, las hay. Con puntualidad entramos al recinto donde nos dieron información del Punto Violeta, aunque el acceso de la autopista estaba ya colapsado llegamos con puntualidad británica.

Merienda cena para nosotros en la zona de restauración comenzando Mujercitas su bolo, juegan en casa y cumplen a la perfección . Dos EP´s a sus espaldas en los que basaron su actuación. Nos presentaron «ven» nuevo tema. En 2016 abrieron también en la despedida del maestro Rosendo en LPA Beer & Music Festival.

 Turno para Christina Rosenvinge que venia a celebrar los 30 años de su álbum debut de 1992 «Que Me Parta Un Rayo». Comenzó la subida de potencia con algunos desajustes que se solventaron en los primeros temas. Hace treinta años estábamos en otras lides y cierto que Barricada y Burning formaban parte de nuestro credo y dieta no compatible con las radio fórmulas de la época. Temas como «Tú por mí» con el que abrió fuego en un recinto ya muy concurrido y en el que público en su mayoría con prefijos 4, 5 y 6 en las primeras filas cantaban a coro. «Alguien que cuide de mi» donde Christina se sentó a pie de escenario interactuando con el publico y arropada por la banda, Diego Gosálves a la batería en el lateral derecho, Charlie Bautista a la guitarra y teclados y Alex Flaco al bajo. Su voz permanece embalsamada en la dulzura que le aupó hace tres décadas y físicamente que decir simplemente espectacular. Puntos álgidos del concierto «1000 pedazos» y «Voy en un coche», que levante la mano el que no sintió nostalgia de aquel pop fino y a veces ácido de los noventa.     

LPA Beer & Music Festival Galería Christina Rosenvinge

 

 Cambio de escenario mientras nos movemos por un LPA Beer & Music muy concurrido esperando para muchos el plato fuerte de la noche, tráete una rebequita le dijeron a El Drogas, nosotros habíamos mirado previamente el pronostico y la echamos. La lluvia en el comienzo del otoño hizo acto de presencia en El Rincón pegado al mar cosa que no queríamos. Enrique Villareal es y será uno de los estandartes del rock patrio siempre, llevan desde 2022 con la Gira El Drogas Barricada 40º recorriendo toda la geografía. Acompañado de manera fenomenal por Eugenio Aristu Flako (bajo), Txus Maraví (guitarra) y Brigi Duke a la batería ósea los últimos Txarrena. «En la silla eléctrica» enfervorizó a un recinto colmado. No dieron tregua ninguna pues Barricada es una retahíla de temas ya consagrados. «Esperando en un billar», «Bahía de Pasaia», la lluvia apareció nos calamos en una mezcla de lluvia relente y letras grabadas a fuego en nuestros discos neuronales. Siguieron «Tentando a la suerte» hasta que aplacaron la molesta lluvia, aunque nadie se movió del puesto. «Cuidado con el perro», nos mordieron «Flako txarrena», y el maestro Txus a golpe de Korina Flying V y Marshall que suple al malogrado Boni y Alfredo a una guitarra, Brigi a la batería o donde se ponga es un titán, por cierto vuelve con sus Koma. El concierto fue rodando de manera precisa fueron cayendo hits uno a uno, «A Gusto» se encontraron El Drogas y el público. Esta fue una noche de rock’n’roll nostálgica desde 2008 que vimos a Barricada por estos lares y desde aquella primera vez abriendo para su mecenas Ramoncín en 1984 en la Plaza de Toros de Bilbao, casi en «En Blanco y Negro», con la que se despidieron, aunque todos queríamos más, ellos tomaban rumbo a Lanzarote. Gracias por hacernos abrir la carpeta Barricada y cantar a pleno pulmón, adolecen de la rabia enmarcada hace 40 años pero son una píldora perfecta a la estupidez reinante.           

LPA Beer & Music Festival Galería El Drogas

Burning tuvo que lidiar también con la lluvia y una pequeña espantada de gente húmeda de El Drogas, ellos también son parte de nuestra banda sonora de existencia, stonianos y supervivientes, ejemplo vivo Johnny Cifuentes al frente, en 2024 cumplirá Burning 50 años. Con una banda solvente a sus espaldas comenzaron a carburar con un sonido bueno que nos envolvió de súbito, batería, dos guitarras, bajo, percusión y sección de vientos de tres componentes. Disfrutamos de clásicos como «Jim Dinamita» bajo una lluvia con viento proveniente del mar a varios metros del escenario, nos acordamos de Toño Martin y de Pepe Risi como es de ley, en 2023 no se viola a una guiri…se la tira al salir del talego, estamos en otra época sí, pero las letra es del 1978 y no hay que acomplejarse eran otros tiempos y esto es una historia. «Algo está ardiendo» donde empezó a amainar la molesta lluvia, Nico Álvarez a la guitarra solista y los coros puso un sello de calidad que nos encantó con sus dejes a lo Richards y su fantástico slide. Aún tienen tiempo de abrir para sus majestades, temas como «Todo a cien» con la banda vacilando fue una verdadera gozada. «No es extraño que tú estés loca por mí» sonó a bálsamo nostálgico, directa, Johnny nos sorprendió de manera grata, está mejor que nunca. Otro clasicazo «Qué hace una chica como tú en un sitio como este» llevó al respetable a seguir cantando a coro. «Esto es un atraco» unida a «Eres especial» llevó al clímax el bolo. Y como no, terminamos y empezamos moviendo nuestras caderas a ritmo de esta banda ya mítica llamada Burning. 

LPA Beer & Music Festival Galería Burning

Como viejos rockeros echamos de menos el puestito de merchandising de las bandas y del propio festival si cabe. Los de la vieja escuela somos de formato físico, la nube es para otras generaciones. Gracias a Maria nuestro nexo de unión con la promotora por las facilidades.  

Mil disculpas a Delokos pues antes de el receso de cambio de escenario comenzó a llover de nuevo y nuestro cuerpo, ropa y equipo estaban empapados, eran cerca de las tres de la mañana de un viernes otoñal en el que habíamos cumplido con nuestra jornada laboral. 

 

 

Texto: Miriam Robaina

Fotos: Jabier Rioboó 

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