Desiree Cannon lanza su segundo disco, «Radio Heat»

Desiree Cannon edita su segundo disco, “Radio Heat”. Un paso más hacia su mundo de constelaciones, vías fluviales y presagios cósmicos. Un disco de folk rock californiano que gustará a fans de gente como The Deslondes. De hecho, varios de sus componentes están involucrados en el disco. Especialmente Sam Doores, coproductor del disco con Desiree. Grabaron el disco en los Sundog Studios de Big Sur (CA) y publicado por The Long Road Society y Gar Hole Records.

Escucha Radio Heat” de Desiree Cannon aquí:

Desiree Cannon vive en el norte de California y canta sobre el amor, la verdad y la imaginación en tonadas de folk rock. Influenciada por leyendas del género como Townes Van Zandt, Waylon Jennings, Lucinda Williams y Kiki Cavazos, la música de Cannon utiliza su voz y su guitarra para explorar preguntas y observaciones de la vida. Su LP debut (“Beach Sleeper”) fue lanzado por The Long Road Society en 2018.

Al igual que su debut, el nuevo disco es una colección diversa de canciones, cada una de las cuales actúa como una puerta de acceso al multiverso sonoro del disco. Puedes entrar en su universo a través de la oscura balada lynchiana “Látigo”, o tal vez con la brillante canción inspirada en el surf “Tower”. El acercamiento al sonido Spector de “baby” o el moderno y desgastado vals “Fault Line”. Cualquiera de ellas sería una buena introducción a la vibrante artesanía compositiva de Desiree.

El álbum está unificado en torno al concepto central de “Radio Heat”: una energía eléctrica colectiva que transfiere perpetuamente emociones humanas a través del espacio y el tiempo y nuestra capacidad de transformar esa energía a través de actos de belleza, intención y arte. Si bien las influencias country de Cannon y sus inspiraciones para escribir canciones se entrelazan a lo largo del álbum, su segundo trabajo se expande para incluir una multitud de estilos musicales que brillaron en el pasado.

“Radio Heat” se grabó en la cima de una colina remota en Big Sur durante 2020 y 2021. Una época de intensa incertidumbre y profunda necesidad de colaboración artística. Según la nota de prensa, estar aislados de las noticias apocalípticas y vivir entre las estrellas permitió que estas canciones fueran imaginadas y reimaginadas para que coincidieran con las escarpadas y asombrosas tierras de Esselen que rodearon su creación.

El disco está fuertemente inspirado en la naturaleza y la soledad, algo que la portada define con maestría, con la mirada melancólica de Desiree  y dibujos de animales. Aunque no hay tristeza en sus intenciones. Según la propia compositora, el disco es “una banda sonora para el presente, mirando hacia un futuro donde se derrama el dolor y abunda la belleza”. Varias de estas canciones quedarían perfectas en una película de Tarantino. “Montana”, por ejemplo, que suena como si Jenny Lewis se hubiera perdido en el Medio Oeste.

El pedal steel es una presencia infinita en el disco, marcando el tono de todo el disco con un tono crepuscular cercano al country noir. Aunque nuestras favoritas son, sin duda, esa pareja formada por “Tower” y “Baby”. Dos canciones fantásticas que parecen gemas perdidas en la época de los girl groups. Son un oasis en un disco pausado y atmosférico y líricamente muy poético. Como dice en “Faultline”, «Cariño, lo siento, no puedo ser quien te acompañe a la luna». Pero cuando se despide con la instrumental “Leather Jacket” sabemos que sus canciones han llegado para acompañarnos durante una larga temporada.

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