Willie Nile, un pequeño gran genio

Willie Nile reviiew Barcelona crónica 2024

Desde que en 1980 Willie Nile publicara su primer trabajo, el neoyorkino ha ido regalando pequeñas obras de arte en forma de canciones. Ahora que se acerca su 75 aniversario, se ha lanzado en una gira para celebrarlo junto con su público. Y lo hace contando de nuevo con Stormy Mondays como brillantes escuderos. 

Da gusto comprobar cómo se van viendo nuevas caras en los conciertos de Willie Nile, casi hasta casi llenar La Nau un domingo por la tarde. Hacía seis años que el menudo cantautor no pisaba la ciudad y lo cierto es que se le echaba de menos. Junto con Jorge Otero, Daniel Montgomery y Juanjo Zamorano, Nile repasó toda su discografía durante casi dos horas de rock a la vieja usanza. Sin fuegos artificiales ni grandes despliegues. Solo cuatro personas haciendo lo que más le gusta sobre un escenario, disfrutar y hacer disfrutar a la gente con canciones.

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La velada comenzó con “Streets of New York”. Sentado al teclado y con una pequeña luz iluminando la escena, Willie Nile nos relató con delicadeza los encantos de la ciudad. Un inicio rozando lo épico que llevó al público a brindarle la primera de las ovaciones. Con el resto de la banda ya en su sitio, empezaron a repartir guitarrazos rockeros gracias a “Places I Have Never Been”. Con “It ‘s All Over” y “Vagabond Moon” viajamos al disco debut de Nile. Un salto de más de cuarenta años para unos temas que no han perdido un ápice de frescura y calidad.

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En las letras de Willie Nile, como en todo buen cantautor, siempre hay sitio para la denuncia social y la defensa de los más desfavorecidos como lo demostró con “Hard Times In America”. Si a estas alturas había alguien en la sala que no conocía a Jorge Otero, aquí pudo darse cuenta de la calidad que atesoran esos dedos cuando se posan sobre la guitarra. Con el público entregado, “Give Me Tomorrow” le dió alas para que todos ayudáramos en los estribillos. 

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Sentado al teclado de nuevo, Willie Nile vuelve a ese primer disco para recuperar “Across The River” y la sensibilidad vuelve a La Nau. Un tema que crece y crece hasta la explosión final de Otero a la guitarra. De un corte similar fue “Love Is a Train”, con un desarrollo que podría haber seguido sin queja alguna durante diez minutos más. Los dos intensos medio tiempos pedían que el ánimo volviera a lo más alto, y nada como “Forever Wild” para conseguirlo. Coreada de manera entusiasta por todos es una de esas canciones sencillas cuyo estribillo se queda en la cabeza por días.

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La época pandémica le sirvió al bueno de Nile como inspiración para robarle el título al clásico de ciencia ficción “The Day the Earth Stood Still”. Solo los pequeños genios son capaces de hacer cantable una frase icónica del sci-fi como “Klaatu Barada Nikto”. Quizás esta fuera la parte más cinematográfica del concierto. El siguiente tema “Children Of Paradise” es también el título de una de las películas favoritas de Bob Dylan, de la que el genio de Duluth ha bebido para varias de sus canciones. La fiesta comenzaba su inevitable camino hasta el final. Por eso mismo una excelente dupla para antes de los bises. El recuerdo a todos sus héroes aparece en “House Of Thousand Guitars”, canción que dió paso a “Run Free”. Escuchándola no puedo dejar de pensar en que ojalá un día Little Steven junte fuerzas para un disco con Willie Nile

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La vuelta al escenario nos trajo la melancolía de “On the Road to Calvary”, tema que fue escrito pensando en Jeff Buckley. El final como no podía ser de otra manera con “One Guitar”, perfecta para terminar con una sonrisa y el zumbido de las guitarras sonando en los oídos. Y como prometió desde el escenario, atendió con santa paciencia a todo el que se acercó para comprar «Live at Daryl’s House», su próximo directo que saldrá a la venta durante abril. Firmas, fotos, pequeñas charlas… y lo hacía desde el entusiasmo y el corazón después de estar casi dos horas sobre el escenario. Si el mundo de la música fuera justo, Willie Nile debería de tener su sitio en el Olimpo de los dioses, por muchos motivos, junto con todos los músicos que le admiran.

Fotos: Desi Estévez

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