Esther Rose edita “Want”, quinto trabajo de su carrera. Un disco en el que se vuelve a hacer cargo de todas las composiciones (salvo “Tailspin”, escrita a dos manos) y en el que se acompaña de una banda de campanillas. Gina Leslie (bajo, voz), John James Tourville (pedal steel), Kunal Prakash (guitarras, piano), Howe Pearson (batería) y Ross Farbe (productor, guitarras, teclados). Colaboran Video Age y Dean Johnson. Se grabó en The Bomb Shelter (Nashville). Edita New West Records.
Escucha “Want” de Esther Rose aquí:
Esther estaba en un largo viaje en solitario cuando empezó a escribir la canción que da título al disco. Al principio, la letra parecía casi una broma, algo para entretenerse mientras pasaban los kilómetros. «Quiero un cachorro, pero no quiero un desastre. Quiero saber adónde voy sin GPS», cantaba al volante. Pronto, la idea se convirtió en una lista de deseos que abarcaban lo existencial, lo espiritual y lo mundano; lo romántico, lo platónico y lo familiar; a la vez tremendamente ambiciosos y a la vez profundamente identificables; todo ello con una melodía pegadiza que fusiona sus instintos pop con la narrativa country y la cruda inmediatez de un concierto punk en un sótano. En otras palabras, iba camino de otra canción clásica de Esther Rose.
Esta precisa combinación ha convertido a la artista de Santa Fe en una de las compositoras más queridas de su generación: alguien cuyos conciertos en vivo son conocidos por concluir entre lágrimas y abrazos grupales. Aun así, algo era diferente esta vez. Estas canciones están llenas de una narrativa dinámica y una profunda reflexión personal. En su escritura escucharás historias sobre encuentros que tocan fondo, relaciones cambiantes con sustancias, perspectivas cambiantes sobre las relaciones adultas y, como lo demuestran las primeras líneas de “Want”, algunas bromas a lo largo del camino. Vívido y estimulante, “Want” te sitúa en el asiento del copiloto mientras van pasando cada uno de estos sentimientos.
Tras la gira de su último álbum, el fantástico “Safe to Run”, Esther Rose casi abandona su carrera musical. Tenía problemas graves con el alcohol y lo primero que hizo fue dejarlo. Fue justo después de escribir “Had To”, casi una celebración del alcoholismo. “Beber es un regalo para cualquier época del año/ Y beber es una forma de pasar el día/ Beber es un pecado para algunos creyentes/ Y beber es una razón para estar a salvo”. Fue como su carta de despedida del alcohol y, por fortuna, no de la música. Se dio cuenta de que crear música y compartirla era lo más profundo y poderoso de su vida. Dejar el alcohol le dio claridad y convencimiento y, por primera vez en su carrera, apostó fuerte, entrando a grabar en un estudio tan reputado como The Bomb Shelter.
Se abre el disco con el tema homónimo, una perfecta combinación de indie y country marca de la casa. Continúa con “tailspin”, una canción a medio camino entre los Jayhawks y Liz Phair. La primera canción que escribe a medias, junto a Ross Farbe, productor y líder de Video Age, banda de Nueva Orleans. Ciudad importante en el disco, como muestra la presencia del miembro de The Deslondes John James Tourville. Una melodía y estribillo perfectos, como en “Had To”. Un country pop contagioso en el que habla de las fortalezas del vicio que ha dejado. “Ketamine” se acerca mucho al indie rock noventero. Un territorio que siempre ha sido parte de su sonido distintivo. “Rescue You” sería otro ejemplo parecido. Uno de los mejores temas, con un crescendo final que recuerda al rock neoyorkino.
“Scars” recupera el sonido más puro del folk/country. Una canción sencilla en la que colabora Dean Johnson y que se convierte en una de las grandes joyas del disco. “Messenger” es corta e inclasificable, una especie de folk excéntrico un poco a la inglesa. “New Bad” y “The Clown” son su particular acercamiento al rock femenino alternativo que reina en la actualidad. Algo inesperado en Esther, pero reconozcamos que son dos canciones que mejoran a casi cualquiera de las escritas por las decenas de seguidoras de la estela de boygenius. El álbum se va acabando con la fantástica «Color Wheel», una dulce balada al piano rematada con pequeños toques de steel que la redondean.
El álbum cierra definitivamente con ð«Want Pt. 2». Empieza a capella y, poco a poco, se convierte en una larga despedida en la que cita frases míticas del pop rock: “Y los Stones dicen: «No siempre puedes conseguir lo que quieres»/ Y Sade dice: «El amor es más fuerte que el orgullo». La canción va creciendo poco a poco hasta estallar en un mantra en el que nos recuerda que “Tu corazón seguirá rompiéndose hasta que permanezca abierto”. Una lección que Esther aprendió antes de que fuera demasiado tarde.