Puntual al horario irrumpe Alan Parsons en la rueda del prensa del BBK Bilbao Music Legends Fest en el Hotel Carlton de Bilbao con la mirada de un satélite que desprende el círculo luminoso propio de las leyendas del rock. El bastón de robusto roble que porta en una mano, parece indicado para iniciar un ritual con los movimientos de un director de orquesta demiurgo. Pero su auténtico cometido es el de servir de ergonómico soporte del artista.
Su ‘outfit’ es elegante y se ajusta a la profesionalidad de un hombre con una carrera tan brillante que es capaz de provocar magia en los momentos más triviales: un conjunto blanco interrumpido en las extremidades inferiores por el azul intenso de su pantalón; está presidido por un chaleco que parece una metáfora acertada sobre el esplendor científico del carisma.
Parsons contestó con amabilidad y elocuencia a las preguntas que le hicimos. Y he aquí aquellas con las cuales contribuí:
En 1993 inicias una carrera en solitario con el disco “Try anything once”, un nuevo periodo en el cual interrumpes tu colaboración con la otra gran mitad del tándem creativo que dio brillo a la época gloriosa de Alan Parsons Project, Eric Woolfson, para desarrollar nuevas ideas.
¿Pensaste en ese momento que tu carrera se extendería con esplendor hasta alcanzar este 2025?
Alan responde con adornos de alivio en la cara:” Pues no; no pensé nunca que mi carrera se dilatase hasta estas alturas del siglo XXI pero, en cualquier caso, es una gran suerte que aún esté en la carretera de las giras… ¡Aunque en ocasiones me asombre!
La siguiente pregunta atañe a la parte que prefiero de su discografía:
Alan Parsons Project cosechó un éxito de crítica y publico con obras descomunales que homenajean a Edgard Allan Poe ( “Tales of mistery and imagination” y a Isaac Asimov (“I Robot”). Pero también al arquitecto modernista Antoni Gaudí ¿Cúal es el punto de arranque de este disco?
Alan Parsons responde: “tras publicar esos discos conceptuales dedicados a la ciencia ficción y a Poe, decidimos (incluye a Eric) dedicar una obra entera a la obra de Gaudí, la cual me parece fascinante”.
Al hilo de esta respuesta, otro compañero le preguntó si visitaría pronto Barcelona, Alan contestó que está incluida en su actual gira, añadiendo: “con ocasión de esa cita , visitaré de nuevo la Sagrada Familia, e interpretaré en el concierto que daremos en la ciudad catalana, el tema homónimo inserto en el álbum “Gaudí “.
Fue entonces cuando el programador del festival, Eduard, aprovecha para recomendarle que visite el museo Guggenheim aprovechando su estancia en Bilbao ; a esa propuesta contesta diciendo:” he visto fotografías del edificio , y tengo mucho interés por visitarlo”.
En este momento de la rueda de prensa, un compañero le preguntó acerca de su opinión sobre el auge actual de la música latina (Regeaton, Trap). Pero Alan perfila en su rostro una autopista que conduce hacia la evasiva. Y se puede escuchar la opinión en voz alta de un compañero: ¡igual ni ha escuchado esas cosas!
Entonces retomo la épica de la época dorada de Alan Parsons Project, recordándole la afortunada idea que tuvo al elegir al colectivo de diseñadores de arte para portadas de discos ‘ Hignosis’: artífice también de obras para álbumes de Pink Floyd, Led Zeppelin, Scorpions, Paul McCartney o 10cc.
Le pregunté por esa elección. Y esta fue la respuesta de Alan:
“Los conocí cuando produje el “Dark side of the Moon” de Pink Floyd, y fue tan enorme el impacto que despertaron en mí, que decidí contar con ellos para ilustrar discos tan importantes para nosotros como el “Eye in the Sky”.
Reconocida, recordada y reivindicada la enorme importancia de ese colectivo, vuelvo a la carga con otras preguntas que rematan la jugada: ¿Crees que se ha adocenado el nivel de calidad de las portadas de discos actuales?, y, con mayor precisión: ¿Encuentras algún equivalente a Hignosis en estos días?
La respuesta de Alan estuvo acompañada por una gesticulación casi ceremonial que, valiéndose de sus manos, dibujó en el aire el tamaño grande de un L.P. de las décadas de los 70s y 80s en contraposición con el tamaño reducido de los formatos actuales; esta pequeña jaula aérea que describió , se acompañó de un código gestual en su rostro que partió hasta el kilómetro 50 de la travesura paródica hasta alcanzar el kilómetro 100 del sarcasmo. La parte verbal, consistió en una hábil maniobra que demuestra una vez más que el intelecto de Parsons es excelso. Pero lo mejor fue el aporte mímico…¡ Créanme!
En cualquier caso, a pesar de que no le gusta el soporte CD, reconoce que le agrada el sonido de las compresiones digitales actuales. Y sobre la proliferación de la inteligencias artificiales aseveró rotundo: “No hay que perder jamás el toque humano”
Llegados a este punto, un compañero le preguntó acerca del ‘set list’ que ha elegido para el concierto de mañana en el BBK : la respuesta la encontrarás acudiendo mañana sábado a su concierto en el BBK Bilbao Music Legends Fest que arranca este viernes 13 de junio en el Bilbao Arena.
Fotos: organización del BBK Bilbao Music Legends Fest.