Tras casi una década sin dejarse ver por estas tierras, JD McPherson por fin volvía a nuestros escenarios con un excelente “Nite Owls” bajo el brazo que presentar.
JD McPherson llegó a Barcelona con ganas de mostrar el buen hacer que lo ha llevado durante los últimos años a hacer de todo en la industria. Productor, guitarrista de la banda de Robert Plant y Allison Krauss y, por supuesto, intérprete de sus temas. Con los dedos cruzados para que no se diera en Apolo el apagón que sufrieron el día antes en Madrid, la sala mediana fue llenándose hasta rozar el pleno. Por suerte para nosotros, esa normalidad hizo que pudiéramos disfrutar del concierto de Bloodshot Bill. Todo un “one man band” capaz de levantar al público solo con una guitarra, un bombo y un hi-hat. Casi llevado por un estado catártico entregó en poco más de media hora de música pantanosa de la que me arrepiento no haber hecho los deberes antes. Si se os cruza en alguna sala, no hay duda ni error posible.
Todo preparado para recibir a JD McPherson y la banda sobre el escenario. “Sunshine Getaway” resulta un adictivo inicio ideal para calentar motores. Si alguien pensó que el surf rock se había quedado en The Shadows, Dick Dale o The Beach Boys, estaba equivocado. Temas como “Just Like Summer” o “Fire Bug” lo deja bastante claro. Pero el buen gusto por los sonidos clásicos no se queda ahí. “Desperate Love” resulta un emocionante ejercicio de mezclar el sonido más beatle con la tradición más americana. O las grandes producciones de Phil Spector que resuenan en “On The Lips”. Todo acompañado del buen gusto y la calidez vocal que tiene el músico. Igual se fija en Bo Diddley en un pequeño medley formado por “Mona” y “Signs & Signifiers” como en los sonidos más puramente rock de los 50 como en “It Shook Me Up”.
Tras un primer bloque excepcional, se permitió el lujo de dejarse llevar por letras ajenas. “I Wish You Would” de Billy Boy Arnold y “That ‘s My Little Suzie” de Richie Valens y una sorprendente “Lust For Life” de Iggy Pop arreglada para la ocasión fueron el trío de versiones escogidas. La segunda parte empezó con otro repaso a su reciente “Nite Owls” con “Baby Blues”, “Shining LIke Gold” y “I Can’t Go Anywhere With You”, en la que, al igual que en el disco, contó con la participación de Bloodshot Bill para poner patas arriba la sala (si, las gafas que se puso durante la canción, son las del que escribe ahora).
Da gusto ver cuando un concierto está tan bien estructurado. Un ejercicio que podría parecer sencillo pero que, después de haber visto a muchas bandas, no siempre está tan claro. JD McPherson se dejó para el tramo final cuatro cañonazos de su discografía para que llegado el momento de la pausa nos quedemos con ganas de más. “Wolf Teeth”, “Head Over Heels”, “Lucky Penny” y “Let The Good Times Roll” conformaron el grand finale triunfador que mostró sobre la mesa. Ante el entusiasmo del público, la banda volvió a escena con el instrumental surfero “The Phantom Lover of New Rochelle”. Y puso la guinda regalándonos los oídos gracias a “North Side Gal”. Un concierto que ofreció la excelencia que se le deseaba. Lo único que esperamos, es que JD McPherson no pase tanto tiempo sin visitarnos.
Fotos: Desi Estévez
