“Two Black Horses” es el álbum debut como solista de Emily Lubitz. Grabado entre las colinas de Northern Rivers y el asfalto de Melbourne, esta colección de canciones es una oda a la familia, el amor y los altibajos de la vida de un creador musical. Interpretado por algunos de los mejores músicos australianos, el disco suena instantáneamente como un clásico. El disco fue producido por Harry James Angus (The Cat Empire), su pareja y colaborador durante mucho tiempo y mezclado por Adam Selzer, un tipo con un currículo de campanillas.
Escucha “Two Black Horses” de Emily Lubitz aquí:
Tras más de una década con la banda de indie-folk Tinpan Orange, Emily Lubitz estaba lista para volar en solitario. En su currículo, colaboraciones junto a artistas de renombre como Paul Kelly, Martha Wainwright, Emma Donovan y Mama Kin. A pesar de estas conexiones consolidadas, su trabajo en solitario transmite la energía pura y la autenticidad de una artista emergente que todavía está descubriendo su propia voz. El resultado, un elegante disco de country folk lleno de buenas melodías.
“Mi nuevo disco, Two Black Horses, suena como una vieja película de Hollywood, protagonizada por Dolly Parton, Patsy Cline y Phoebe Bridgers, que se van de vacaciones juntas y hablan de sus sentimientos”
“Two Black Horses” es una colección de canciones profundamente personal que habla del dolor, la herencia y la esperanza. El álbum abre con un mensaje de crecimiento a través de las dificultades, “Two Black Horses Tumbling Out Of The Snow”. El pistoletazo de salida son la madre y los tíos de Emily cantando una canción folclórica suiza, de donde salió la inspiración de un tema que suena a clásico. Un tema lleno de nostalgia que trata sobre su infancia. “¿Cómo iba a saber que estaba sentada en una montaña soñando con el mar?”. El primer sencillo, “Big Time”, era la típica historia de una chica de pueblo que sueña con triunfar en la música a ritmo de country/folk.
“Stay Tender-Hearted” es una canción mucho más clásica. Al estilo de las baladas de Patsy Cline, aprovecha para cantar a sus hijos que crean siempre en sus sueños. Como muchas canciones de este álbum, la familia ha encontrado su lugar en esta melodía. Catorce años criando a sus hijos han dejado un poso claro en su trabajo compositivo. En el clip aparecen los hijos de la artista. Según ella, es “un monumento a nuestra vida cotidiana en estos tiempos, donde los días pasan tan rápido y cambian y crecen semana a semana”.
El álbum pasa como un suspiro. Apenas nueve canciones en media hora. En él encontramos canciones de amor incondicional como “Everything Good Is Somewhere Else”, pero también postales cotidianas escritas con esmero e ingenio, como “A Kardashian Winter” , sobre añorar a la familia y “My Summer Holiday”, una oda a las vacaciones.
Continuando con la temática familiar aparece el mejor tema del disco, “My Rita” que cuenta la historia de amor prohibido de sus padres, a punto de ser separados por motivos religioso. El paso del tiempo marca el final del disco, con “Don’t Worry You Got Time” y “Too Old To Die Young”, que cierra el disco con una metáfora sobre el paso del tiempo. Escribió la canción cuando cumplió 28 años, sintiendo que había esquivado la maldición rockera de morir a los 27. En el colabora Jordie Lane, compatriota afincado en Nashville. Un buen disco para el verano, sencillo y muy disfrutable.
