Santana demostró por qué su nombre está inscrito con letras indelebles en la historia de la música. El 29 de Julio el legendario guitarrista volvió a ser el protagonista del ciclo Noches del Botánico que se celebra en Madrid. Dentro de su gira “Oneness” ofreció un concierto lleno de energía, emoción y una buena dosis de nostalgia, conquistando al público madrileño con un repaso fugaz a su vasta trayectoria. Desde los inicios del concierto el escenario se transformó en un espacio vibrante abrazado en plenitud a Osibisa. La percusión, pieza clave en el universo sonoro de Santana, marcó el pulso de una entrañable velada en una auténtica locura rítmica. La banda, perfectamente compenetrada, desplegó un repertorio dividido en dos partes bien diferenciadas.







La primera destinada a los nostálgicos, evocó al Santana primitivo que fusionó rock y ritmos latinos con alma de los setenta, esa época que lo catapultó a la cima y se puede resucitar dando al “play” en alguno de los múltiples vídeos que hay en internet. Versiones de Tito Puente, Fleetwood Mac, Babatunde Olatunji…. que con el paso de los años son seña del legado de este artista. La segunda, más contemporánea y bailonga, se centró en temas de su exitoso álbum “Supernatural” acercándose a un público más amplio a través de una sonoridad más comercial. Sin lugar a dudas nos quedamos con el Santana primitivo donde deja de lado el protagonismo vocal y da más chance a la vistosidad instrumental. Santana mostró sus dos caras encima del escenario del Botánico. A sus 78 años nos deleitó con solos de guitarra, con algún que otro fallo todo hay que decirlo, que fueron recibidos como una bendición.








Desde su taburete se ciñó a ese sello inconfundible de tonalidades cálidas, melódicas y profundas que lo han caracterizado durante décadas que sigue vigente a día de hoy. El concierto, dedicado al maestro Paco de Lucía, incluyó momentos de homenaje tanto a la música española (Albéniz) como un descarado guiño a Black Sabbath en memoria de Ozzy Osbourne. El listado de canciones idéntico al de la noche anterior alterado por una versión de Vargas Blues Band. La paz y la espiritualidad siguen siendo prioridades en la mente de Santana. Arropado por excelentes músicos, cada miembro de la banda tuvo su espacio para brillar, imponiendo carisma y virtuosismo en cada tema, en perfecta comunión con su líder. Un público que llenó las dos fechas en Madrid, much@s por si será la última vez, otr@s por el “yo estuve allí” y otr@s por reencontrarse con un artista que es testimonio vivo de la música de las últimas décadas.