La joven banda de hardcore punk de New Jersey publica su primer larga duración, Daze of Hate, un disco con una prominente base rítmica en los que bajo y batería te golpean la cabeza con contundencia desde el primer acorde. No inventan nada, pero se trata de un disco disfrutable para aquellos que les guste pisar y acelerar, 24 canciones vomitadas en apenas 24 minutos.
El cuarteto de New Jersey ya había dado muestras de que son capaces de ser tan contundentes como concisos en su EP de título homónimo de 2021, en el que hacen temblar el suelo a lo largo de 6 minutos para 4 canciones. Ya en 2023 publican su segundo EP, No high hopes, no reserves, en la misma tónica pesimista en la que este nuevo álbum, en el que han mejorado su sonido, pero cuya actitud sigue la misma, rabia incontenida y gritos que lo mandan todo directamente a la basura.
Si estás buscando grandes guitarras este disco quizás no sea para ti, parecen estar ahí simplemente para mantener el nivel de potencia y decibelios general. Se podría decir que están al servicio de la sección rítmica, y poco más. Quizás en Don´t look at me, Flaming youth y Take a step back, parecen más esmeradas con un riff que se sale de la tónica.
El cantante Adam Avila hace su trabajo y encaja muy bien con el sonido escupiendo de forma vehemente todas y cada una de las sílabas, sin embargo en temas como Dont look at me o Thinking of you, en la que entran el acompañamiento de los coros, vemos como las canciones adquieren una calidad superior, dejando el resto de temas en una onda un tanto más lineal.
Go, speen, go! Es un fantástico cierre de álbum, un tema instrumental que parece rescatado de cualquier banda de punk surf de calidad. Si vas conduciendo ¡písale fuerte aquí!
Si te gusta el punk de principios de siglo, esta bofetada sin cortapisas de Chem!cal – X es un puñetazo directo a las costillas. ¡Sube el volumen!
