El cantautor británico Connor Selby acaba de publicar The truth comes out eventually, y lo cierto es que estamos ante un disco de primera categoría. Sus proyectos anteriores, con su debut en 2018 con Made up my mind, un disco disfrutable dentro del género blues rock que contenía buena carga de su buen hacer como guitarrista principal, pasó casi un lustro hasta su siguiente trabajo, de título homónimo Connor Selby, en el que pareció encontrar un sonido más personal y quizás más acorde a lo que el joven músico quería expresar.
En su nuevo y fantástico lanzamiento vemos reminiscencias del sonido de su aclamado álbum anterior, en el que contaba con una producción más sofisticada que ahora parece haber alcanzado su madurez con este The Truth Comes Out Eventually. Si en 2023 alcanzó diversos premios y reconocimientos que le llevaron a convertirse en uno de los músicos más prometedores talentos del Reino Unido, como el de mejor disco del año para la revista Mojo, hasta convertirse en el presente de este 2025 en “Artista Joven del Año” por el UK Blues Awards.
El disco tiene un comienzo trepidante con ‘Someone’, en el que Selby nos recuerda que todos necesitamos a alguien, y es que el propio artista se considera persona un tanto introvertida que ha afirmado entender que su mejor manera de expresarse es a través de la música, y vaya si lo consigue. Tema con coros y vientos refinados.
En All out of luck el cantante nos transporte al bar, pero a uno cualquiera, es un club oscuro con piano y cargado de humo, en el que unos instrumentos de vientos perfectamente conectados y un Hammond B3 haciendo el trabajo sucio, deslizan a la audiencia entre alcohol.
Llegamos al tema que da título al disco. Y es cierto, por mucho que lo intentes, hay ocasiones en que no puedes evitar que la verdad salga a la luz. Es un tema soul magníficamente interpretado, escuchamos a Otis poniendo voz a esta canción desde los Stax de Memphis mientras el Hammond llora de fondo. Fantástico.
Desde la primera nota del disco escuchamos a un cantautor que parece haber desnudado su alma para abrirse de par en par junto con su música, algo que demuestra con creces en uno de los mejores cortes del disco ‘I won’t be hard to find, canción de ruptura. ‘Sabes que estaré esperándote, y si alguna vez sientes que me necesitas, no seré difícil de encontrar’.
Con el siguiente corte el álbum regresa al modo Big Band y los coros impolutos que predominan en los temas más animados de los 45 minutos que dura el disco, el cantante dice que no dará muestras de su dolor mientras su amor se aleja, lo lanzó a un hoyo tan lejos que ni se acuerda, y ahora se siente como un ciego en una habitación oscura, y es que nunca aprenderá, I’ll never learn.
Amelia es un tema acústico preciosista en el que Selby domina la escena con su voz en primer plano, dejando que una fluyan unas letras realmente brillantes, ‘veo la luz detrás de tus ojos, veo la verdad más allá de la mentiras, cuantas lágrimas hemos llorado juntos, la flores que seguro morirán’. Es un tema que el autor ha declarado que lleva consigo desde hace mucho tiempo, y que tiene que ver con una persona muy querida para él, pero luchaba con problemas de salud mental, y no siendo él capaz de ayudarla. Quizás sea la interpretación más conmovedora del disco junto con Whatelse is there to say, en la que nuevamente Connor se muestra como fantástico cantante que transmite sin alardes una sensación de honestidad que es difícil de encontrar. Otro tema este último de gran altura, pura clase. Y sí, qué más se puede decir.
En It hurts to be in love brilla con luz propia el regreso de los vientos que culminan la canción con lo que parece un duelo entre guitarras y teclados que rompen detrás del puente. Clásico.
El disco cierra con un dúo junto a la cantante autraliana Georgia Van Etten. Parece un relleno, quizás no encaje con el resto ya que se trata de un álbum que nada en un terreno muy personal para la inclusión de otro protagonista que no sea Connor. Tema acústico que da carpetazo a un disco fabuloso.