Tara Angell: “Come Down” (2005)

Desde el corazón artístico del Bowery, una artista completamente especial emergió a principios de siglo. Fue una estrella fugaz, como muchas. No supo gestionar su carrera, no supieron venderla. Una pena, Lucinda Williams hablaba maravillas de ella y la veía como una igual. Daniel Lanois dijo que no había escuchado nada tan oscuro y sincero desde los primeros discos de Black Sabbath. Y el gran Joseph Arthur lo dejó todo para producirla. Se cumplieron hace unos meses veinte años de su publicación, ero nadie lo celebró. El pasado lunes Tara fallecía en un hospicio tras lidiar durante años con la enfermedad de Lyme y ser sorprendida hace unos meses por un agresivo cáncer cerebral. Una muerte que ha pasado demasiado desapercibida. Desde aquí nuestro pequeño homenaje a su obra.

Escucha “Come Down” de Tara Angell aquí:

Las diversas influencias líricas de Angell incluyen a gente como Flannery O’Connor y James Purdy. Creció escuchando a Neil Young y a grupos clásicos de rock and roll de los 70, como Deep Purple y Creedence Clearwater Revival. Musicalmente, su principal inspiración reside en estos primeros años de escucha. Sus canciones son profundamente sensibles y provienen de su vida en la cultura underground de Nueva York. Con la guitarra en la mano, su actitud sensual y su determinación pura se hizo notar de inmediato en la escena musical neoyorquina. Dueños de clubes, músicos y melómanos se sintieron atraídos por sus canciones y su voz sensual. Su nombre era la gran sensación en la Gran Manzana. Compartía escenarios con gente como Laura Cantrell, Josh Rouse, Martha Wainwright o Jesse Malin.

Decidió grabar un disco completo con Joseph Arthur autoproduciéndose, endeudándose más de lo necesario. “Come Down” se grabó y mezcló en tan solo cinco días. Llevó su disco a Austin, metió la cabeza en el SXSW y consiguió un contrato con Rykodisc. El disco llevaba tres años grabado y la situación era complicada, pero su sueño parecía cumplirse.

“Tara falleció en las pálidas horas del 5 de agosto tras una larga estancia en el hospicio. Tuve la suerte de tocar en algunos conciertos con T-Money, incluyendo este en el que colaboramos en “The Ballad Of El Goodo” de Big Star: “He estado intentándolo duro contra adversidades increíbles”. La cantó con desafío, una bandera rubia”. David Poe

El álbum tiene esa frescura y sabor salvaje de la independencia. Un talento en estado puro sin domesticar, lo que nos lleva a encontrar canciones fantásticas y alguna que otra idea sin acabar de redondear. La parte central del álbum tienen una rutina cansina casi excesiva, con sus baladas arpegiadas y perezosas que a veces no encuentran salida. Aun así, siempre encuentra la emoción y la verdad. “Come Down” es uno de esos discos que es difícil de olvidar. Es una gema oscura, llena de vulnerabilidad. Tara es una compositora que filtra sus múltiples influencias y las filtra a través de su propia historia. Rastros de artistas clásicos Neil Young, los Rolling Stones o Lucinda Williams. Pero también sonidos indie como la primera PJ Harvey, Low o los “Girly Sounds” de Liz Phair son buenas referencias. La ciudad, New York, también está presente, con muchos ecos a The Velvet Underground.

Tara Angell Come Down

El disco comienza con una declaración de intenciones: “No soy sincera”. Un mantra que se repite en “Untrue”, una balada que recuerda al Neil Young más crepuscular. La canción crea una atmósfera completamente especial, como si Tara nos estuviera cantando desde otro mundo. Sienta las bases de todo el disco, lleno de falsas promesas y vidas en el alambre. “Hollow Hope” sube las revoluciones, dejando claro que Tara también sabe cómo reinar cuando suben los decibelios. Apoyada por unas guitarras crudas, no es difícil imaginar a los Stones setenteros cantando ese estribillo: “Mi esperanza vacía/ Mi sueño vacío/ Confesaré que es/ Lo que parece”. Algo que encajaría también con “When You Find Me”, muy al estilo del “Exile…”.

“The World Will Match Your Pain”, con su órgano fantasmal y su guitarra imperfecta, crea el colchón perfecto para que las palabras toquen a nuestro corazón en una balada que firmaría la mejor Lucinda, al igual que “Uneven”. “Bitch Please” es puro Velvet Underground, con su melodía perezosa y esa guitarra tan característica. “Sister Ray” marca el camino, sin duda. Al igual que en “Three Times”, una canción que hubiera encajado en cualquier disco de Nico. Que la canción más cercana al amor se titule “You Can’t Say No to Hell” dice mucho sobre la melancolía que lo impregna todo.

El disco se cierra con otra balada crepuscular, “The Big One”, con el estribillo “Cuando estés a dos metros de profundidad/ Va a ser difícil dar la vuelta”. Está claro que si queremos buscar optimismo no es este el disco que nos lo dará. Los músicos -Joseph Arthur (bajo, teclados, guitarra), Brian Geltner (batería, percusión), Kenny Siegel (guitarra)- hacen uno de los trabajos de su vida. Con muy poca instrumentación crean texturas y atmósferas estupendas llenando de vida canciones que, a veces, no son nada fáciles; creando un pequeño clásico que quedó perdido en el tiempo.

La carrera musical de Tara Angell se fue apagando. En su bandcamp iba colgando canciones muy espaciadamente y nunca volvió a grabar, a pesar de la expectación creada con su debut. Prefirió seguir adelante con su carrera como pintora de collages. Una publicación de Ron Sexsmith, quien definió “Come Down” como “un disco hermoso, oscuro, desgarrador y duro a la vez”, nos dio la noticia: Tara había abandonado este mundo hace unos días. Quedará para la posteridad esta colección de canciones llenas de melancolía y desesperanza.

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