A través de la tragedia, la maternidad y la música, Natalie Bergman emerge con su segundo álbum en solitario para el sello Third Man de Jack White, con “My Home Is Not in This World” el pasado mes de julio donde abraza el lado más dulce de la vida y el amor.
Cuando la vida te golpea unas cuantas veces puede ser tentador encerrarse en uno mismo, tras la muerte de sus padres, pero Natalie Bergman ha demostrado lo poderoso que puede ser evolucionar a través del duelo en público.
Tras la pérdida, Natalie Bergman recurrió a la música y a su fe cristiana para procesarla, y en 2021 lanzó su primer LP en solitario, “Mercy” , con el sello Third Man. Concibió su mezcla depurada y serena de gospel, música de alabanza, folk y pop, un cambio radical respecto al sonido que llevaba haciendo en sus inicios y durante un retiro de silencio en un monasterio benedictino de Nuevo México, compuso, grabó y produjo “Mercy” prácticamente en soledad en sus casas de Los Angeles y Chicago.
El último álbum de Bergman, el nuevo “My Home Is Not in This World” , no abandona el reino espiritual, pero se centra más en las complejidades de este. Para escucharla cantarlo, la vida es bastante buena, incluso cuando es agridulce. Bergman dio a luz a un hijo el año pasado, y ese nuevo amor le da al disco gran parte de su ligereza. Como gran parte del trabajo de Bergman, “My Home..” toma influencias de una variedad de estilos, pero abraza con más firmeza el soul y el R&B sesentero que ha adorado desde la infancia.