Inmejorable manera de acabar agosto, el mes vacacional por excelencia, con Rosalie Cunningham y su banda en la siempre acogedora sala Rock & Blues en la capital de Aragón. Con el local rozando el sold out y a temprana hora la británica y su banda salieron a escena, seguros de sí mismos y ya captando la atención del público con la inicial «To Shoot Another Day» que también da nombre a su último trabajo de estudio.
Y es que éste trabajo es el que iba a capitalizar el grueso del repertorio, dejando poco espacio a material pretérito. A nivel escénico nada nuevo, Rosalie ocupa el centro del escenario con su cautivadora presencia, sin aspavientos, haciendo lo que mejor se le da que es cantar y encargarse en gran medida de las partes solistas de guitarra. La bajista de Barcelona y ex The Mothercrow Claudia también se siguió llevando la parte escénica del león, dejándose la vida sobre las tablas y aportando sólidos coros y bonitos pasajes con la flauta travesera.
El resto de la banda (facción masculina) aportaron la sólida base –con un vibrante Hammond- sobre la que pudieron desplegar todo su talento las dos mujeres. Ante un público totalmente embelesado que aplaudía con ganas todas y cada una de las canciones. Un festín retro en el que tenía cabida muchas cosas; progresivo, hard rock, temple británico…e incluso ecos de los primeros Queen y de los Sparks más abigarrados.
También hubo tiempo para que el rubio guitarrista que les acompaña también tomara las riendas, cantando un par de temas. Imagino que para dar cierta tregua a la protagonista de la noche. El único recuerdo a su anterior banda Purson fue la interpretación de «The Tempest And The Tide», un viaje sosegado pero intenso a la vez que nos llevó a los estertores del recital con la enérgica y hardrockera «Return Of The Ellington». Aún había tiempo para una canción más, la elegida fue «Dethroning Of The Party Queen» de su primer trabajo en solitario, aguerrida y barroca que marcó el final del show con ovación eufórica de toda la sala. Una plaza ganada más para la causa de una artista como mínimo diferente y que evoluciona deliciosamente. Ahora toca comprobar lo que pueden aportar Rosalie y Claudia a los también retros y melódicos Lucifer de Johanna Sadonis, a los que se acaban de unir en un logrado ejemplo de pluriempleo.
Fotos Xavi Martínez.