Mucha expectación había por ver esta vez en la Sala Paral·lel 62 de la Ciudad Condal a Curtis Harding. Una de las figuras más relevantes y en forma de la música negra actual. Con la sala rozando el sold out y con cinco minutos de retraso sobre la hora prevista Curtis y su banda salieron al escenario para ir ocupando sus posiciones.
La primera tonada en caer fue «Out In The Black» perteneciente a su última obra de estudio, Departures & Arrivals: Adventures of Captain Curt de reciente publicación. Una marcianada conceptual pero de exquisita musicalidad que fue la columna vertebral del concierto, ya que llegó hasta interpretar ocho cortes del mismo, entre ellas la muy bonita y bailable «The Power».
Pero lo que quedó claro es que a día de hoy Curtis Harding es un tipo a seguir y a tener muy en cuenta. Todo lo que hizo sobre el escenario lo hizo perfecto; vocalista privilegiado, guitarrista más que solvente, carismático y una presencia escénica deliciosa lejos de aspavientos, cosa que le increpaba cierto sector de la audiencia pensando que habían ido a ver al saltimbanqui de Vintage Trouble.
Los tiros no van por ahí, no. Curtis es ante todo músico y se mueve como pez en el agua en ese estilo tan suyo que mezcla soul, un poco de funk, rock y psicodelia. Todo iba fluyendo como la seda, pero pareció que la cosa se iba a torcer cuando a los cuarenta y cinco minutos de concierto el protagonista dio las buenas noches y se retiró, muy descolocante. Tras unos largos minutos con el público reclamando su presencia.
Curtis y su banda volvieron a escena para retomar el concierto como si no hubiera pasado nada. Volvieron las buenas vibraciones dando esta vez más cancha a material pretérito como la esperada «Feel It Inside». La conexión de Curtis con sus músicos era total, músicos de mucho nivel y con buena presencia escénica, especialmente el teclista que apoyaba a su jefe en los falsetes más imposibles. Tras «Explore» y «Wednesday Morning Atonement» llegó el final con coreada «I Need Your Love» no sin antes Curtis recordarnos que las bandas aparte de los directos también viven del merchandising y de la venta de discos.
¿Todo perfecto? casi. Ochenta minutos de recital se antojan cortos cuando un artista lleva ya cuatro discos de estudio a sus espaldas. Quedamos a la espera de que reflexione sobre el error, pocos músicos del nivel y talla de Curtis Harding tenemos a día de hoy.
Fotos Desi Estévez. Vídeo Marga Pacheco.