Faces – A Nod Is As Good As a Wink… to a Blind Horse (1971)

Faces fueron probablemente una de las mejores banda de rock & roll que jamás haya pisado la faz de la tierra. Si crees que el rock & roll debe ser una mezcla cruda, divertida, funky, pasión y energía, entonces este es tu álbum: “A Nod Is As Good As a Wink… to a Blind Horse”, lanzado un 17 de noviembre de 1971.

Así sonaba una gran banda de rock and roll antes de egos, limusinas y demás tonterías. Eran cinco colegas pasándoselo en grande, emborrachándose y sentando las bases del hard rock desenfadado, con un toque de romanticismo auténtico. Si la carrera en solitario de Rod the Mod no hubiera despegado, Faces podría haberle disputado a los Stones el título de mejor banda de fiesta del mundo.

Si existiera una definición de “pavonearse” en el diccionario del rock and roll, “Miss Judy’s Farm” sería la primera entrada. El siguiente tema, “You’re So Rude”, destaca el característico vibrato de Ronnie Lane, narrando un encuentro, al estilo de las comedias de los 70, con los padres de su novia. “Debris”, otra de sus mejores canciones, es una joya oculta de los 70. Baladas preciosas con un toque de energía que complementan el descaro de temas como  “Stay With Me”, rivaliza con “Miss Judy’s Farm” en arrogancia e insolencia, y exhibe el peculiar estilo de guitarra de Ronnie Wood.

Casi tan políticamente incorrecta como “Brown Sugar”, al igual que esa canción, hay algo en la interpretación de Stewart que la hace accesible a este nuevo siglo. La voz de Rod Stewart está en su mejor momento. Ron Wood lleva a Faces más cerca que nunca del territorio de los Rolling Stones (y de hecho, en este punto algunos podrían decir que incluso superaban a los Stones), y las composiciones de Ronnie Lane sacan lo mejor de todos los músicos.

No todo en el disco es perfecto; Faces tienden a cierta pereza a la hora de componer, aunque, dada su productividad a principios de los 70, quizá sería más justo decir que estaban dispersando demasiado su talento. Este es su segundo álbum de 1971 y el tercero de de la banda. A diferencia de los discos anteriores, este se beneficia de una sólida producción de Glyn Johns que, por suerte para Faces, permite que incluso sus temas menos logrados rebosen encanto y musicalidad.

Imagina un álbum de los Rolling Stones más bluesero, más desaliñado y más borracho, y esto es lo que obtienes: “A Nod Is As Good As a Wink… to a Blind Horse”.

 

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