“Laney Jones and the Spirits” es el debut de la banda encabezada por Laney Jones. El disco ha sido producido por Laney Jones and the Spirits y Andrija Tokic (Alabama Shakes, Hurray For The Riff Raff). Las canciones fueron compuestas por Laney Jones, Brian Dowd y Glen Hruska. Laney Jones and the Spirits están formados por Jones (voz, guitarra, teclados), Dowd (batería, teclados), Hruska (bajo) y Carson Lystad (guitarra solista). Otros músicos participantes en el disco han sido Ian Jones (guitarra solista), Jeff Ratner (bajo) y Bradley Crow (piano). Edita AHPO Records.
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Laney Jones and the Spirits tienen un corazón enorme. Son “todo lo bueno del rock and roll”, como dice nuestra querida Lucinda Williams. Y, al igual que el de Williams, el camino de Jones ha sido muy duro. Con pocas perspectivas y muchos sueños, la pareja criada en Florida se mudó a Nashville en 2017 y se ganaron la vida amontonando cervezas en el Piggly Wiggly local. Camaleónica compositora, Jones encontró otras maneras de ganarse la vida, licenciando canciones para proyectos pop a empresas como Guinness y Google, pero la música que creaba la pareja iba más allá. Es personal, pegadiza, a la vez que cruda y cautivadoramente sincera.
No es de extrañar que el culto de Jones haya crecido constantemente desde el lanzamiento de su influyente disco “Stories Up High”. Aunque el disco abordaba temas como la depresión y el sentido de la vida, el feeling era más agridulce que triste. Jones dice: “Stories Up High fue como si yo escribiera lo que necesitaba escuchar. Me enseñó a soltar. Dejar morir mi ego… fue profundamente sanador y liberador. Es donde vivo ahora”.
El disco marcó un punto de inflexión en su evolución artística, elogiado por su alcance cinematográfico y su composición introspectiva con arreglos expansivos e intimidad lírica. Desde entonces, Laney Jones and the Spirits se han convertido en una fuerza irresistible en directo, compartiendo escenario con artistas como Kurt Vile, Mirador o The Heartless Bastards. Sus actuaciones, impulsadas por la evocadora voz de Jones y su guitarra Silvertone de los años 60, transmiten tanto la energía del rock crudo como una sutil vulnerabilidad. Esta semana darán un nuevo paso en su carrera teloneando a The Heavy Heavy.
El adelanto del disco, “Stay At Home”, lanzado en febrero, ya nos daba una idea de hacia dónde se dirigía la banda. Sónicamente rica y lo-fi, recordaba, sobre todo en la voz, a Adrianne Lenker, vocalista de Big Thief. En ella, usaban la hipérbole y el popular eslogan de la pandemia para cuestionar el verdadero sentido de realidad y humanidad del hombre moderno.
“Esa canción hablaba de quedarse encerrado durante la pandemia. Todo lo que amamos se construye con la compañía de la gente, y de repente eso nos lo arrebataron. Le arrebataron la humanidad y la belleza al mundo. Lo oculto es que es agridulce quedarse en casa”.
Más antigua aún es “Feel Something”. Editada hace dos años, define claramente su espíritu como banda: “Si todo fuera perfecto y viviéramos como reyes, no sé si importaría, cariño, no sé si podría cantar. Es el desgarro de mi corazón, el destello de un sueño, lo que nos une al mañana y nos hace sentir algo”. Una canción de rock perfecta, muy diferente de la canción que abre el disco, “Fun, Fun, Fun”. Correosa melodía acústica que nos hace recordar a los Violent Femmes. Le sigue “Bitch Year”, pedazo de rock emocional que captura la crudeza emocional y la resiliencia en su máximo esplendor. “Rock n’ roll, rock n’ roll/ Ardiendo a través del estéreo/ Muérdeme como un animal/ Quiéreme, tráeme una cerveza/ Ha sido un año de mierda”. Una canción cantada con la mandíbula apretada, las guitarras resonando y la banda abriéndose paso a empujones.
Le sigue “Belong Together” muy al estilo de su querida Lucinda, aunque en el crescendo final se acerquen al grunge. Inspirada en parte por “Las Sirenas de Titán” de Kurt Vonnegut, explora la pertenencia, no solo en un sentido romántico, sino en la idea más profunda de que las personas se permiten existir plena y auténticamente. “Live Wire” es una balada que se inspira ligeramente en el sonido de los 80s, y fue una de las canciones compuestas mientras la pareja creativa pasaba el duelo por la perdida de su primer perro en común, Hap. “Waiting On You”, por su parte, es un arrebato rocanrolero con una energía muy Replacements. Llena de urgencia, como su letra. “Alguna gente dice: ‘anda’; pero yo digo: “corre, corre, corre, corre, corre, corre, …”.
“Shelley (Burnout)” tiene toques de rock alternativo, a medio camino entre Liz Phair y Big Thief. Le sigue “Knowme”, escrita por Jones sobre el sentimiento que, sobre todo en Navidad, aparece cuando eres un artista indie de treinta y tantos años sin hijos que visita a su familia. Ellos no entienden su sueño, que parece una locura desde fuera. Tras los dos singles reseñados al principio y el interludio de “Village Pub”, el disco se cierra con “Another Rolling Stone”, sobre músicos que no pueden dejar de soñar, aunque se conviertan en una bala perdida.
Aunque llevan tiempo luchando por hacerse con un nombre, no fue hasta que consolidaron su banda en vivo, hace poco más de un año, que todo empezó a funcionar. Y, sinceramente, lo hace como un reloj suizo. Con su debut homónimo, Laney Jones and the Spirits emergen como una de las bandas de rock más dinámicas que han surgido del underground creativo de Nashville, combinando una narrativa conmovedora, la energía del rock clásico y el innegable espíritu de perseverancia artística y atemporalidad. Uno de los discos de rock del año.
