Born of Plagues lanza Dead Endings: death-doom brutal desde Baltimore

Born of Plagues, cuarteto de Baltimore (Maryland, EEUU), con trayectorias que cruzan el punk, el hardcore, el death y distintas vertientes del doom, firma su segundo álbum: Dead Endings.

Sin pretender redefinir el death-doom, Born of Plagues llega a este disco con la sensación de quien ha pasado cinco años puliendo una bronca interior hasta convertirla en material sólido. Dead Endings no es un ajuste de cuentas amable: son ocho piezas, unos cincuenta y cinco minutos, que aplastan sin piedad. Esto no es un defecto: es una elección estilística que la banda sostiene con convicción.

La primera jugada – la extensa apertura – planta bandera y no la mueve. “Mausoleums” cumple la función de muro de contención: anuncia clima, tempo y gravedad. A partir de ahí, el álbum se mueve entre ataques de furia calibrada y pasajes donde la tensión se permite respirar. Esa alternancia (embestida/retirada) es, en muchas ocasiones, lo mejor que ofrece el disco: momentos de peso bruto seguidos por instantes de una melancolía afilada que no suena impostada (¿qué os ha pasado, chavales?).

Las guitarras trazan la columna vertebral: a veces raspan, otras se estiran en melodías que no esperabas. Ahí está la clave: no todo es volumen por volumen. Hay guiños al metal clásico y arrancadas más sucias. La mezcla funciona porque las transiciones están trabajadas y la secuencia del álbum está pensada para que cada episodio aporte algo nuevo, aunque ese ‘algo’ sea muy ominoso o simplemente evite que el resto se convierta en algo excesivamente death y thrash para mi gusto.

Si considero las voces como otro instrumento más, encajan bien sónicamente, aunque, personalmente, a veces me cuesta asimilar ese gruñido profundo. Eso sí, existe una versatilidad que evita la monotonía y suma textura.

En lo rítmico, hay chicha. Canciones como “What Dreadful Music” se sostienen en un pulso demoledor que no se queda en la ostentación técnica; ataca y destripa. Los cambios de ritmo se suceden sin aparecer forzados, y cuando el tempo se acelera en el cierre, hay un remate casi animado bastante inesperado en un disco como este.

Si hay reparos, aparecen en los momentos en que la ambición dramática pide un poco más de variación. Algunas texturas se repiten si no buscabas un viaje tan largo y siniestro como el que proponen los de Maryland. En verdad, quizá este detalle tenga más que ver con la forma en que consumimos hoy en día: todo lo queremos rápido e inmediato.

La producción y la secuenciación ayudan mucho; el orden de las pistas delata un criterio claro y la atmósfera general del disco (gótica, densa, con punzadas de rabia) es coherente. A veces hace falta música como esta cuando el mundo se ve especialmente oscuro. Pero ojo, Born of Plagues no buscan consolar. El cierre lo demuestra: remata con una catarsis contenida que deja el aire cargado, no limpio.

Dead Endings no está hecho para quien no sienta afinidad por el “death” en death-doom. No cambia las reglas del juego del metal pesado, pero sí reclama su espacio dentro de ellas con personalidad. Es un disco para quienes prefieren que la música haga mella (devastadora) y no que pase de puntillas. Punto.

Tracklist:
1. Mausoleums
2. Silver Light
3. Inheritance
4. Tithe
5. Within The Mist
6. What Dreadful Music
7. Of Wisdom And War
8. Angels On Fire

Born of Plagues son:
Austin Lunn (guitarra, voces)
Mike Knauer (guitarra)
Tim Sheils (bajo)
Matt Maben (batería)

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