La sala Razzmatazz 2 acogió el pasado domingo una visita estelar: Samantha Fish, la brillante guitarrista y vocalista estadounidense, daba el último concierto en Barcelona de su gira europea “Fading Flowers Tour”, impulsando su recién estrenado álbum Paper Doll. Sobra decir que la expectación era palpable, con una notable afluencia de público y el calor típico de verano barcelonés que impregnaba el ambiente.
Apertura y comienzo explosivo
El show comenzó a las 21:00 h puntualmente, que abrió con el clásico “Kick Out the Jams” (cover de MC5), generando una explosión de energía que encendió a la audiencia desde el inicio s. Samantha desplegó toda su artillería: riffs vibrantes, solos afilados y ritmo imparable. Actuando casi sin pausas, su presencia en el escenario fue magnética.
Destacados de la noche y setlist
La artista presentó varios temas de Paper Doll, entre ellos:
-“Can Ya Handle the Heat?”, “I’m Done Runnin’” y “Sweet Southern Sounds”, que resaltaron su estilo visceral y agresivo.
-Una versión personal y emotiva de “I Put a Spell on You” (Screamin’ Jay Hawkins), y un momento íntimo con “Poor Black Mattie” (R.L. Burnside).
En total, el setlist combinó 8 canciones de Paper Doll, 3 piezas y joyas de sus anteriores álbumes, por una duración estimada de una hora y media.
Punto crítico: el sonido de la banda
Podría ser que a estas alturas de la gira el cansancio y las ganas de volver a casa tuvieran su influencia, por que lo cierto es tanto el sonido (muy empastado) como la cohesión entre músicos, no estuvo a la altura. Una bola de sonido hacía de fondo a la poderosa y llena de matices voz de Samantha.
Samantha Fish volvió a demostrar por qué es considerada una de las figuras más prometedoras del blues-rock moderno. Su potente presencia y energía fueron indiscutibles, pero el concierto dejó una sensación agridulce, lastrada por esa mezcla sonora desequilibrada. En resumidas cuentas: una gran noche de rock blues marcada por la presencia escénica y el sabido buen hacer de Samantha a las 6 cuerdas.
