StoneFest 2025: Asturias vuelve a rugir desde las entrañas

Tras siete años de silencio, la quinta edición del StoneFest regresa a Oviedo con la intención de reafirmarse como uno de los encuentros más singulares de la península.

No lo hace desde la nostalgia de lo que fue, sino con la voluntad de reinventarse en un espacio nuevo -los Kuivi Almacenes, antigua nave industrial a pocos minutos de la estación de tren – que marca ya el pulso de esta cita: un festival que quiere sonar áspero, auténtico, sin pulidos innecesarios.

Oviedo, capital de una Asturias de siderurgia, minas y montañas verdes, se presta como escenario perfecto para un evento que abraza la distorsión y la crudeza como vehículos de identidad.

Lejos de encasillarse en el stoner y doom de sus primeras ediciones, el cartel de 2025 se atreve con un cruce de escenas que va del stoner psicodélico al black metal más áspero, pasando por el sludge, el death y el grind.

Esa amplitud puede situar al StoneFest en la órbita de festivales como Roadburn o Amplifest, aunque siempre desde una escala cercana, íntima y profundamente local.

Un cartel que dialoga

Confieso que no conocía este festival hasta ahora —y lo lamento al revisar los carteles de años anteriores. Desde 2013, el StoneFest ha traído a Asturias bandas de renombre internacional. Desde EE.UU., Alemania, Grecia, Francia, Italia y Portugal han acudido Steak, My Sleeping Karma, Planet of Zeus, Nashville Pussy, Black Rainbows o Miss Lava, y más… sin dejar de lado a referentes nacionales como Toundra, El Altar del Holocausto, Wet Cactus, The Wizards o Rosy Finch.

Este año, en su quinta edición, la programación se abre más que nunca como un choque de geografías y estilos. Al frente, los franceses Mars Red Sky, veteranos del stoner-psicodélico, capaces de hipnotizar con riffs expansivos y atmósferas de ensueño. Desde Italia, Wizard Master, que recuperan el peso del doom clásico con un filo contemporáneo.

El otro gran eje lo marcan las fuerzas del black metal: Asagraum, formación neerlandesa compuesta íntegramente por mujeres, representan ferozmente la vieja escuela, mientras que los alemanes Firtan aportan una visión más progresiva y atmosférica, cargada de dramatismo.

El pulso local no queda relegado: Totengott, asturianos de riffs glaciales y oscuridad densa, han trascendido su origen como tributo a Celtic Frost para construir un discurso propio que mezcla doom, thrash y ecos industriales. Voul, tensan la cuerda con un sonido que oscila entre el hardcore punk y la experimentación sludge y hasta jazzística.

Cierran el cartel propuestas diversas: el dúo cántabro Bifäz, con riffs pesados y gritos primitivos teñidos de garage; Repugnance, banda asturiana de death grind que vuelve a las tablas tras 20 años de silencio; Phoenix Cvlt, quienes crearon mucha expectación el año pasado con su primer EP, La Profecia e Ikarass, post-metal doomeros de Durango.

Más que una suma de conciertos

El StoneFest no pretende ser un macrofestival ni competir en cifras. Su fuerza radica en lo contrario: en el tamaño contenido, la cercanía entre público y bandas y la autenticidad del espacio. No hay cabida para masificaciones ni postureo de influencer.

Los Kuivi Almacenes, con sus 700 m² interiores y un amplio exterior industrial sirven como marco narrativo. Allí, donde antes hubo mercancías y trabajo fabril, ahora se intercambian distorsiones, voces guturales y viajes psicodélicos. La memoria obrera asturiana se cruza con la contracultura metálica.

Una apuesta arriesgada

Abrir tanto el abanico estilístico conlleva un riesgo evidente: ¿puede un mismo público disfrutar del mantra pesado de Mars Red Sky y, al día siguiente, sumergirse en la crudeza de Asagraum o la agresividad de Repugnance?

La respuesta dependerá de la disposición del público a abrazar la diversidad sin prejuicios. El festival parece confiar en que la autenticidad de las propuestas será el nexo común, más allá de géneros y etiquetas.

Asturias como declaración

El regreso del StoneFest trasciende la música: es la declaración de una región periférica que reclama su lugar en el mapa cultural europeo sin renunciar a su carácter.

Lejos de los focos de Madrid, Bilbao o Barcelona, y aún más lejos de la maquinaria festivalera de masas, Asturias propone un modelo alternativo: un encuentro internacional que nace desde lo local, con espíritu artesanal y sin miedo a mirar a los gigantes de la escena underground.

El StoneFest ofrece un espacio donde el ruido no solo entretiene: también resiste.

UBICACIÓN: Kuivi Almacenes, C/ Almacenes Industriales, Oviedo

FECHAS: 5 y 6 de septiembre de 2025

ENTRADAS: https://kuivialmacenes.es/event/stone-fest

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