“Enjoy The Ride” es el sexto álbum de larga duración de Colby Acuff. Producido, grabado y mezclado por Eddie Spear (Zach Bryan, Brandi Carlile) en Nashville, demuestra que es un músico de gran solidez. Los músicos participantes en el álbum son clave para ayudarle a dar forma a su auténtico sonido americano. Shaun Richardson y Seth Taylor se encargan de las guitarras, mandolina y banjo. Los bajistas son Calvin Knowles y Eddie Spear, Kurt Ozan toca la Steel guitar. El disco ha sido autoeditado.
Escucha “Enjoy The Ride” de Colby Acuff aquí:
Tras el final de un contrato con una importante discográfica que lo había llevado inicialmente a Nashville, Acuff perdió a su padre. No estaba a gusto con la comercialidad de la ciudad. Se sentó con su mano derecha, el productor Eddie Spear, y reflexionaron sobre un nuevo enfoque para su próximo álbum. Decidieron salir a hablar con la gente, tomarles la temperatura, ver qué querían escuchar los oyentes. El álbum resultante aún conserva las profundas reflexiones sobre la vida estadounidense que han forjado un nombre a Acuff, pero se niega a quedarse mirando al vacío.
Proveniente de Idaho, creció viendo cómo su ciudad natal, Coeur d’Alene, se transformaba ante sus ojos. Uno a uno, los aserraderos fueron cerrando a medida que un pueblo obrero se convertía en un lujoso destino turístico para las élites de todo el país. La infancia de Acuff estuvo llena de música —Willie Nelson, Hank Williams, bluegrass— que situó todos los cambios que presenció en una larga tradición de lucha de la clase trabajadora estadounidense y puso música a la nostalgia que sentía al ver cómo una forma de vida se perdía. Eso se pudo escuchar en su primera trilogía, grabada en Idaho.
Tras la repercusión en internet de esos discos, Acuff se dio cuenta de que debía darle una oportunidad a Nashville para desarrollar su carrera al máximo. Una vez allí, firmó un contrato con Sony y editó “Western White Pines” y “American Son”, buenos discos que no acabaron de hacerle dar el salto. Para este nuevo disco, Spear y Acuff visitaron Asheville, Johnson City y Knoxville para entrevistar a completos desconocidos. Acuff les preguntaba de todo, desde “¿Qué harías si ganaras la lotería?” hasta “¿Cuál es tu día perfecto?”. Al principio, esperaba que le contaran historias de la vida salvaje que luego plasmarían en canciones. En cambio, descubrió que todos con quienes hablaron tenían esencialmente las mismas esperanzas y preocupaciones, independientemente de su nivel social.
En lugar de llevarse un montón de relatos cortos, se topó con un tema abstracto y conectivo: personas que viven con un gran temor por su futuro y cómo resultará su vida. A partir de ahí, “Enjoy The Ride” cobró vida rápidamente. En un arrebato de escritura invernal, Acuff compuso 40 canciones en 30 días, reduciéndolas a las 11 que él y Spear grabaron para el álbum. El formato de la entrevista resultó perfecto. Todas las conversaciones se unieron en dos personajes compuestos, que dominan el álbum, una serie de viñetas que rastrean al hombre y la mujer centrales en la historia mientras navegan por los Estados Unidos actuales.
Acuff escribió un par de canciones, “Her Song” y “His Song”, para darles a cada personaje su canción. La primera se inspira en el álbum homónimo de Sheryl Crow de 1996, producido por ella misma, mientras que la segunda lidia con crisis de identidad. Una noche, navegando por las redes sociales, Acuff se topó con la interpretación de una canción que le conmovió. Tras algunos ajustes, se convirtió en “Average American”, pieza central del álbum y, en cierto modo, su declaración de intenciones. Es la primera vez que Acuff graba una versión, lo que subraya la intención del álbum de destacar las voces y experiencias de otras personas.
Tras su breve incursión en las grandes discográficas, llegó a una aceptación diferente de su condición de inconformista e inadaptado. “Creo que mucha música country ha perdido el rumbo. Parece generada por inteligencia artificial. Cuando es tan popular, pierde ese elemento: la poesía estadounidense, la lucha de los trabajadores”. Este disco encuentra a Acuff despojándose de todo, volviéndose más simple y explorando de nuevo la esencia de su composición. Aunque a menudo se le define como “outlaw country”, él define su obra como “música country con raíces en los Apalaches y el bluegrass, pero filtrada por la rudeza de la antigua frontera”. Vale la pena entrar en su mundo, lleno de pureza y verdad.