Con casi 40 años de carrera en solitario las ganas y energía de Quimi Portet encima de un escenario continúan intactas. O por lo menos eso le parece a un público que asiste anonadado a una colosal exhibición de fuerza desatada, guitarrazos por doquier y también grandes momentos de sensibilidad y ternura.
El autodenominado “World Tour 2025” nos muestra la frescura y vigencia del cancionero de un músico que habiendo podido reinar (y está claro que durante un tiempo lo hizo) siempre priorizó la autenticidad de su propuesta siendo fiel a sí mismo, aún a sabiendas de la segura pérdida de una ingente cantidad de público potencial arrastrado por la banda madre.
Con una banda que le sienta como un guante (la veteranía de Àngel Celada a la batería, acompañante de Portet desde su debut “Persones Estranyes” del 87 casa perfectamente con la frescura de los jóvenes Albert Lax a la guitarra y Txell Rovira al bajo) Quimi ataca las canciones con seguridad y confianza, envolviéndolas con prólogos de “storyteller” que elevan el tono del recital y lo hacen aún más disfrutable. Porque es imposible no engancharse a auténticas píldoras pop como “Macarrons”, “Montserrat” o “La Rambla”.
A la manera de un crepuscular Graham Parker o Neil Young (en la incendiaria “Aparteu les criaturas” parecía que cabalgaba con los Crazy Horse) Portet se mueve fantásticamente entre los diferentes palos del RnR: desde su variante más clásica en “Pànic escènic” y “Festa major d’hivern” al sosiego de “Em trenques el cor” y las soberbias armonías de “Flors i violes”.
El RnR 70’s con wha wha se abre paso con “Francesc Pujols”, guitarras pop en “Paisatge amb anxova”, “Homes i dones del cap dret” hace tiempo que mutó en clásico de su repertorio y super coreables “Progresso adequadament” y “Tinc una bèstia dintre meu”. Incombustible y autosuficiente, Quimi Portet busca (y encuentra) el vínculo con el oyente no a través de paradigmas y logaritmos, sino de simplemente hacer la música que le gusta esperando la tan ansiada y genuina conexión…
Fotos Noemí Pujolar.
