The Cassavetes, Rubén Hernández y For The Chosen Few

Cada vez que pienso en Rubén Hernández pienso en un dardo, en palabras afiladas y en actitud beligerante. Acuden a mi mente ciertas actitudes imprescindibles: el no olvidar, el no bajar la guardia y el no callarse. Sin duda, también, pienso en generosidad, honestidad y saber hacer. En sensibilidad y perspectiva.

Algo de Historia

Desde hace algún tiempo compartimos una especie de tertulia periódica -los jueves, benditos jueves por la noche- en el Lone Star de la capital. En ella nos reunimos unos cuantos amigos, no siempre los mismos, no siempre con la misma entrega. Pero siempre con la misma intención. Hablar de música, de literatura, de fotografía y de todo lo que nos conmueve e interesa. Siempre, el bueno de Mariano Seral, nos ofrece sus destilados. Somos fieles a sus ofertas y a nuestros pensamientos. Y como personajes de Moehringer en el Dickens -un bar de la esquina, «un sitio donde poetas, policías, apostadores, boxeadores y estrellas de cine tienen siempre una historia de la que hablar»-  nos contamos nuestras vidas, inquietudes y pulsiones.

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Aunque nos conocemos de hace tiempo, Rubén Hernández y yo, en estos últimos meses, he ido descubriendo a un elemento importante de la escena musical y de opinión en Canarias. Importante porque lleva ahí desde antes del principio. Importante porque ha estado desempeñando una labor de referencia en muchas facetas de este negocio que es la música; ha sido miembro de varias de las bandas señeras de este territorio. Dirige el Sibiyibi, su estudio de grabación.Hay quien sostiene que ha sido uno de los mejores constructores de guitarras eléctricas por piezas en este país… También, importante por haber sido el responsable gráfico de más de 250 proyectos musicales, y por su disposición a colaborar en donde le han solicitado su apoyo. Además, importante porque su idea de la producción musical independiente podría hacer temblar a la enferma y languideciente industria musical de este país con uno solo de sus estornudos.

Escucha «For the Chosen Few» (2017), nuevo disco de The Cassavettes

Pero, sobre todo -como él se define- es un artista plástico. Un reconocido artista plástico, varias veces premiado y profesor   -recientemente retirado- en las Facultades de Educación y de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna. Quizás por este deambular entre la música y las Artes Plásticas tenga esa visión tan peculiar, vigente y honesta de la música.

Pero, sobre todo -como él se define- es un artista plástico. Un reconocido artista plástico, varias veces premiado y profesor   -recientemente retirado- en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna. Quizás por este deambular entre la música y las Artes Plásticas tenga esa visión tan peculiar, vigente y honesta de la música.

El Disco

Con su último proyecto, The Cassavetes, han autoeditado cinco trabajos. Cinco proyectos sinceros, potentes y de una calidad poco habitual en todas y cada una de sus facetas. The Cassavetes participó en la Fiesta del 6º Aniversario de Dirty Rock Magazine. Su generosa colaboración con este proyecto y, en general, con nuestra Redacción, es una muestra de lo que Rubén Hernández y su proyecto son, de lo que hace y de lo que vale. Nunca le podremos agradecer tanta honesta generosidad.

For the chosen few

La banda está compuesta por Rubén Hernández en la guitarra y la voz, Fran Frechín en la batería y Jesús Pastor Gil Medina al bajo. Les acompaña habitualmente Francis Díaz también a la guitarra. Miembro fijo de la banda desde 2015.

For The Chosen Few es el título de su último trabajo. Ha sido grabado íntegramente en Tenerife, en los estudios Arena Digital. Se trata de un disco de una calidad inusitada que ha llamado la atención fuera de nuestras fronteras. Toda la impronta, fruto de quién es Rubén Hernández, de la excepcional banda que lo acompaña, del equipo técnico y del fenomenal trabajo, queda patente en este disco. Editados en vinilo de 12 pulgadas y 180 gramos un total de 250 copias, es un trabajo que se ha grabado en directo en una sola sesión. Han tocado todos los músicos a la vez. Sin metrónomo, sin posibilidad de edición posterior y sin la inclusión de instrumentos «en cabina». Al más puro estilo Chess Records, Sun Records o Stax Records.

Lo presentarán el próximo viernes 13 de octubre de 2017 en la sala Lone Star de Santa Cruz de Tenerife.

Por estos motivos hemos creído necesario que conozcan a Rubén Hernández, a The Cassavetes y su flamante For The Chosen Few. Hemos quedado con él y nos ha concedido esta entrevista.

 La Entrevista

Sentados en una terraza, en una local de la Avenida de Anaga de Santa Cruz. Tranquila y lentamente se desgrana una conversación.

– Háganos, por favor, un breve resumen de su deambular por la escena cultural canaria.

Siempre me he considerado un pintor. Yo estudié y soy Licenciado en Bellas Artes, y he sido profesor de arte durante un montón de años en la Universidad. las artes Plásticas han sido mi línea principal de trabajo. Todas las cosas que he hecho han ido derivadas de ahí. Yo soy, en mi generación, «el pintor que oía música». Mis profesores o gente de una generación anterior estaban ligados a otras disciplinas culturales que a mí me resultaban un poco menos atractivas. Si uno de mis profesores leía a Alberti, a mí Alberti me parecía un puto coñazo. Detesto tanto a Alberti como a Joan Manuel Serrat y su «Mierditerráneo». Desde adolescente, a mi me interesaban Boris Vian, Baudelaire o el Marqués de Sade. Lo que me llevó de adolescente a leer poesía o a Boris Vian y  Baudelaire, terminó en la Velvet Undergorund y en Lou Reed, mil veces más estimulante y menos rancio que Alberti, que para mi, olía a alcanfor y a postureo progre con pantalón de pana. A partir de ahí se me abrió otro mundo. En los primeros ochenta, hacer un disco era muy difícil, y cuando algunos amigos pudieron editar uno con los sellos discográficos de aquel momento acudieron a mi para hacerse fotos o encargarme alguna portada. También fui de muy joven disc-jockey en un programa cultural de radio (lo que me permitió escuchar muchos discos de los 60 y 70 en modo muy intensivo durante un año).

«Muy poca gente que me conoce del mundo de la música sabe que,

una escultura mía ganó el Premio de Honor de una

Bienal de Bellas Artes de Canarias. Era 1998 y era la primera vez que una escultura obtenía ese galardón»

– Se define como artista plástico antes que otra cosa, pero ¿qué aporta esa faceta realmente al proceso de creación musical?

Una vez metido dentro a fondo en el mundo del lenguaje plástico, te das cuenta que ciertos conceptos de ambas disciplinas -las artes plásticas y la música- son muy parecidos, extrapolables. Lo poco que yo conocía de música, o de la guitarra -que es un instrumento muy accesible-. Lo que es estructura dentro de la canción y lo que luego son arreglos, pueden entenderse, al igual que en mi pintura como el esquema del cuadro y capas posteriores, respectivamente.

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Pero conceptos como composición, espacio lleno y espacio vacío, o lo que es en música el silencio, la nota que suena… son muy parecidas. Colores fríos, colores cálidos en pintura se convierten en sonidos graves y sonidos agudos en música. Así que a medida que avanzaba en mi formación plástica, siendo mi relación con la música es absolutamente autodidacta, una cosa y otra se complementaron de tal manera que se refrescaban la una a a la otra. La espontaneidad con la que hacía música y la profundidad con la que  me entregaba a las Artes Plásticas, se complementaban en un todo, que «a nivel formal» tampoco es que tengan mucho que ver. Yo no creo que mis cuadros «suenen a mis canciones».

Mi trabajo en música puede verse, de alguna manera, como una superposición de capas  y ordenación de elementos sobre estructuras muy sencillas. Y la pintura casi lo mismo, pero estoy seguro que el espectador al que gusta mi pintura, no acepta del mismo grado lo que hago en música. Conozco a gente que tiene cuadros míos en sus colecciones, que cree que lo que hago en música es un «hobby», que es una frivolidad y no le dan la misma importancia. No es asunto mío lo que ellos crean. Si no les gusta mi música, que no compren mis discos, y si les gustan mis cuadros, que compren alguno más.

Muy poca gente que me conoce del mundo de la música sabe que, la primera vez que una escultura ganó el Premio de Honor de la Bienal de Bellas Artes de Canarias, fue una obra mía. No es algo a lo que yo le de importancia alguna ni de lo que deba sentir especial orgulo. La obra ganadora no fue hecha para concursar, sino para una exposición que hice el año anterior en Amberes (Bélgica), pero como en 1998 era el único premio en Canarias dotado con un millón de pesetas de entonces, los celos y envidias de otros artistas se hicieron muy patentes en la inauguración dadas las características formales de la obra. Para hacer de todo aquello una celebración a recordar, a la salida de recoger el premio rompí en cuatro pedazos el diploma delante de otros concursantes y lo tiré a la papelera que había en la puerta del Museo de Bellas Artes de SC de Tenerife. Yo no soy un punk de camiseta. (risas)

La venta de formato (discos, CD y DVD) hace tiempo que dejó de ser negocio. Algo debe ir mal cuando el negocio de las descargas está de la mano de un fabricante de ordenadores. ¿Cree que el streaming será la salvación de la industria?

Los formatos son una cuestión de la industria. No tienen que ver con el arte.  Los trabajos en la época del vinilo duraban 42 minutos porque en un disco no cabe más. Nadie se planteaba hacer un trabajo de 74 minutos (lo que dura un CD) porque no se podía escuchar.  Muchas bandas tienen discos con temas totalmente soporíferos en sus discos por esa presión de la industria que les obligaba a llenar el CD.

«Todo esto que nos ha hecho creer la industria que va a ser

su muerte porque no puede vender discos, es mentira»

A mí siempre me ha gustado el formato pequeño. Desde el primer disco que hice -ya llevo 13- me he mantenido en el formato EP. Entre 4 y 6 canciones con las que hay que acertar en todas, no puedes permitirte que afloje el mensaje. Tienes que concebirlo como una obra en su conjunto y no como piezas sueltas, aunque cada una tenga identidad y vida propias. En el ambiente no industrial, casi doméstico y experimental aunque sea Pop y Rock, en el que me muevo yo, no haces una obra con sentido comercial. Haces una obra con sentido artístico. Y esto lo consigues concretar mejor en un trabajo de 4 o 5 piezas que en uno de 12 o más temas.  

RH & AMPLIS DE GUITARRA

La industria musical no se va a ir al traste con el streaming sino que va ganar mucho más de lo que ahora ya gana. Los que van a desaparecer son un montón de artistas que vivían como millonarios y que a partir de ahora no van a poder hacerlo. David Byrne  en su libro «Cómo funciona la música» ( Literatura Random House – 2014), explica como todo esto que nos ha hecho creer la industria que es su muerte porque no puede vender discos, es un invento de la propia industria para ocultar lo siguiente: lo no se va a vender discos -no quiere decir que la industria muera-  van a prescindir del 95% de su infraestructura y empleados. Las discográficas van a poder poner a disposición del público el trabajo del artista desde casi el mismo instante en que éste lo entrega. Pero mientras, nos ha ido contando esa mentira, ha convencido a los artistas también, y obligándolos a trabajar con contratos peores y en peores condiciones. Pero manteniendo sus beneficios. Cobrar muy poco por cada una de los millones de escuchas, en lugar de cobrar mucho por miles de ventas de discos. Se eliminan los gastos de distribución y fabricación y ganan más.

Otra cosa es el fenómeno de la autoproducción. Nunca se han vendido tantos micrófonos como en los últimos 10 años. Todo el mundo puede, y cada vez sucede más, producirse sus propios trabajos con cierta calidad. Y aunque no se puede prescindir de los estudios y de los ingenieros de sonido, gran parte del trabajo viene «hecho de casa».

«Se acabó en Pop» Cuéntenos la anécdota que no siempre se ha entendido bien.

Yo escuché los Ramones con 12 años. En el programa Aplauso. Y dije «¡Hostias!». Rollo Punk norteamericano y nada del británico. Me enganchó.

En un concierto de Perversiones y Diversiones, en Las Palmas, el día que tocó Guerrilla Urbana -participé los dos días-, todos los grupos anteriores habían sido bandas de Pop. Y a ellos los habían dejado para el final. Al salir a escena la banda de La Laguna, su cantante, La Zurda, espetó: «se acabó el Pop». Y empezaron a tocar. Yo, como guiño cómplice a los que vivimos eso, si sé que hay algún presente, lo digo también antes de empezar a tocar. Si eso le ha molestado a algún niñato con ínfulas de estrella, que haga «mutis por el foro» y vaya a cambiarse los pañales.

«Lo peor de The Beatles son sus fans»

– ¿Por qué tanta crudeza en su posicionamiento? ¿Descansa alguna vez?

Desde pequeño siempre fui el niño impertinente y revoltoso. Inquieto y con una pregunta insolente o poco adecuada. El que le preguntaba al cura por qué hacerse pajas era pecado. Pronto entendí que no había pregunta mal hecha o cuestión realmente soez si se planteaba con cierta argumentación detrás. Siempre he sido muy crítico. En la Facultad cuando era estudiante, siempre fui un tipo muy crítico y lo seguí siendo como profesor. Lo cierto es que hice la vida imposible a los más afines a la pompa y al protocolo universitario. En casi 30 años como profesor universitario no he salido en ninguna orla de ningún curso con los demás profesores. Siempre me negué a hacer pantomimas. Toda la vida he mantenido un espíritu muy crítico. Pero no sólo por revolver, es también por poner en cuestión mis propios principios, los mismo pilares en los que se asientan las cosas que creo. Con la música es igual. Desecho una cantidad de material increíble. En las redes sociales soy cáustico y escribo con papel de lija, porque el uso que hago de ellas es, para mi, una cuestión terapéutica. Si toda mi agresividad se la tuviera que comer mi familia, mal asunto. En mi caso es eso o medicarme. ( más risas)

Y claro que descanso,… cada vez que apago Facebook [ muchas más risas]. De resto… ya descansaré cuando caiga le telón. 

– Es conocido su rechazo a la música de The Beatles. ¿En qué lo fundamenta? ¿Hay más bandas que le produzcan la misma reacción? ¿Es una cuestión nominal o ante lo que representan?

Lo peor de The Beatles, sin ninguna duda, son sus fans. Levantar polémica entre ellos es una más de mis formas de expresar lo cansinos que me parecen sus gustos y principios inamovibles, con sus pies anclados en un bloque de cemento. Los que me conocen de cerca saben que no soy tan mala persona [Risas]. Los fans de The Beatles son muy susceptibles. A la menor crítica sobre su banda favorita o sobre el simplón de Lennon, se afectan profundamente. Con los de Springsteen pasa lo mismo. No son mi grupo favorito pero tengo 5 discos de The Beatles.

«No olvidemos que el Sibiyibi es,

realmente, mi cuarto de los juguetes. No es un estudio profesional. Es un estudio doméstico con buenos cacharros»

– Normalmente graba sus discos en su estudio, el Sibiyibi. Díganos, por favor, qué se se puede encontrar allí, qué puede suceder.

Se llama así por el CBGB, el famoso establecimiento del Lower East Side de Manhattan. De estudiante, mi sueño era poder tener un taller donde trabajar en mis pinturas y en mis demás pryectos. Con el tiempo, pude tener una casa donde disponer de uno. A la vez, en ese momento ya estaba haciendo muchas cosas en música también. Me di cuenta que era mejor ir disponiendo poco a poco de esa infraestructura para grabar y poder trabajar tú solo en los momentos libres que dispongas, o trabajar también para otra gente. Tuve que estudiar mucho para conocer ciertos equipos y ciertas técnicas, trabajar duro estudiando y leyendo durante unos años y no viendo vídeos sudamericanos en youtube. Llevo ya 11 años haciendo cosas el estudio. Lo primero que se grabó en el Sibiyibi fue en 2006.

SETTING DRUM MICS

En aquel momento, era el único de por aquí (Tenerife) que me preocupaba por conseguir, o al menos buscaba, un tipo de sonido más clásico y americano, más Tom Petty. Investigaba leyendo en revistas o por internet cómo se realizaron los trabajos que más me gustaban -qué amplificadores, qué micrófonos…- fui haciéndome muy poco a poco con parte del equipo que quería. Recuerdo que nadie tenía, que yo supiera, ni amateur ni profesional en esta isla, un solo micrófono de cinta. «Que se rompen», «que ya no se usan», nadie los tenía en cuenta. Previos de la marca API no había ni uno en la isla, y era lo que yo quería y conseguí para el Sibiyibi: la búsqueda del sonido que tienes en la mente es incansable, en aras de ofrecer un sonido peculiar y característico. Se han grabado 5 trrbajos en el estudio aparte de los míos, que son 13. Pero no olvidemos que el Sibiyibi es, realmente, mi cuarto de los juguetes. No es un estudio profesional, ni yo soy un productor ni un técnico profesional. Soy un tipo que tiene una banda y que se cansó de que los discos de aquí que escuchaba sonaran a basura española de la de «los 40 insoportables.»

– ¿Cómo surgen The Cassavetes?

HHe tocado en Los Diplomáticos, Moral Femenina, Los Pasos  (aquí toqué por primera vez con Jesús y con Fran), José Mesa y Los Presentes, Venus en Surf (con dos formaciones distintas), Animal Conoce. Y después The Cassavetes. Hubo aproximaciones mientras toqué en solitario pero este nombre siempre me pareció un nombre para banda. Cuando empecé con el estudio también comencé a usar este nombre.

THE CASSAVETES PROMO 2016_ FOTO RUBÉN HERNÁNDEZ

En 2013, con la muerte de mi madre tuve la necesidad de grabar un tema que pronto se convirtió en cuatro. Busqué a Fran y Jesús después de mucho tiempo y grabamos el primer disco de The Cassavetes. También contábamos con otro guitarrista, Carlos Odeh, que es el autor de algunas de las letras de varias canciones de por entonces.

Producción independiente

Toda esta historia se basa en la independencia a la hora de crear, de producir y de actuar. Me sonrío y me sale el colmillo con ganas de matar cuando la gente habla aquí del Indie. En la realidad canaria, la verdad es que hay muy pocas bandas profesionales. Casi únicamente las que tocan en los hoteles. Tocan todos los días porque tienen que vivir de eso. De resto, ninguna banda puede vivir de la música exclusivamente. En España parece que lo de Indie es un estilo musical y no una manera de producir. Culpa de el «radiotresismo», que ha ido cayendo cada vez más en todos los errores de las radiofórmulas y en algunos más. Para mí, ser INDEPENDIENTE, es una forma de vivir la música fuera de la industria. Muchas bandas que se definen como independientes de Canarias, hacen un CD, y por la parte de atrás tienen el logo de una marca de cerveza y de una administración pública que los financia. Si trabajas con un contrato con una marca o con dinero público, NO ERES independiente. Casarse con el poder tiene siempre consecuencias en forma de contraprestaciones. Cada vez hay menos bandas independientes que en realidad lo sean. Cuando digo que The Cassavetes es de las pocas bandas independientes de Canarias, es porque todo pasa por mi mano, tomamos el total de las decisiones que nos atañen. Y encima, somos los que ponemos la pasta. Sin crowdfunding, sin pedir limosnas a nadie y sin hincar la rodilla ante ningún amo.

– ¿Cómo surge For The Chosen Few? ¿Qué podemos encontrar en él?

El nombre es la adaptación más literal que conozco de «Para cuatro gatos» en inglés. Somos cuatro miembros. Y asumimos que lo que hacemos no es del interés de todo el mundo. Nosotros no queremos o no ansiamos gustar a la gente. No somos enternteiners ni bufones para que los borrachos bailen en las plazas.

Este trabajo no incluye canciones que no esté en discos anteriores. «For The Chosen Few» es una evolución desde «Heartbreak Mama», nuestro primer EP, que abrió el primer capítulo. Pero ese EP estaba hecho con mucho dolor. Muy a la carrera y con esa urgencia que requiere el pasar el duelo. A nivel de sonido no tuvo la suficiente implicación como la que tuvo emocionnalmente. Si oyes los otros tres discos siguientes, los tres te suenan  distintos. Cada uno más cerca de lo que pretendía conseguir, porque todo es un aprendizaje y yo tambiñén a la vez iba aprendiendo cuestiones técnicas a la vez que iba haciendo cada EP. en «For The Chosen Few», pretendí seleccionar los temas de los 4 trabajos anteriores y meterlos en la misma producción. Como un working progress que termina aquí. Será mi décimotercer trabajo, que se presenta el décimo tercer día de octubre (mi cumpleaños) y trece canciones, 12 en el vinilo. 

La idea de grabar en directo y del tirón era para satisfacer mi necesidad emocional de hacerlo de la manera más enérgica posible. Pero también era la idea de recuperar ese clasicismo que empezó a perder cuando se introdujeron las grabaciones multipistas digitales a principios y mediados de los 80. Grabaciones en las que los miembros de las bandas ni siquiera coincidían en el estudio. Nosotros queríamos recuperar una forma clásica y un sonido clásico. Todos tocando a la vez. Así que sonó la flauta cuando encontramos un estudio en el que podíamos ir todos, y disponía de los medios para hacerlo; medios humanos, técnicos y de espacio.

– Háblenos del proceso de grabación, de la elección de estudio, de empresa de impresión de los vinilos. Arena Digital es un estudio con mucha solera. ¿Cuáles fueron los motivos para grabar allí?

El disco lo grabamos en Arena Digital. Tienen una sala grande y allí hicieron caso con ilusión a todas nuestras locuras. Todo fue grabado en una sesión, de una sola vez. Sin «overdubs» o pistas dobladas. Hemos conseguido hacer lo que perseguíamos desde un principio. Lo que queríamos plasmar fue incluso más bonito que lo que realmente pensaba.  Yo no estaba en mi mejor día tocando. Estaba sometido a mucha presión, al tener que hacer muchas cosas en la banda, así que hicimos varias tomas de cada canción, enteras, de principio a fin, y elegimos las mejores tomas

SAVINO DI VIETRO & JUAN CARLOS HERNANDEZ

Hoy por hoy, en cualquier estudio más o menos «pro» de esta zona, se encuentran cubiertas muchas de las necesidades técnicas para este proyecto. Ya hay unos cuantos sitios con buen equipo, pero elegimos este estudio por dos motivos: el espacio  y el personal. Nos habría gustado llevar a 15 o 20 personas de público. Colocamos la batería, nos distribuimos y colocamos como 18 micros. Y a grabar. Sin metrónomo ni claqueta. El segundo motivo es que dimos con Savino Di Vietro y Juan Carlos  Hernández. El equipo del estudio. Juan Carlos es muy técnico y aportó mucho rigor en la forma de disponer equipo, banda y micros. Y Savino es una persona que entiende perfectamente el lenguaje que hablamos. era un disco de rcok lo que íbamos a hacer y queríamos sonar tal como somos, nada de «endulzar» absolutamente nada. Nos vio actuar en directo en una ocasión anterior. Cuando le conté nuestra intención, su respuesta fue clara: «!Ya! Y me encantaría poder hacerlo». Y eso hicimos.

– Qué han aprendido The Cassavetes con este disco?

Todos hemos aprendido muchísimo.Si pudiéramos tener siempre estos medios, no grabaríamos de otra manera. Hemos aprendido a reafirmarnos en que, en una banda, el resultado es la suma de todos los miembros. Aprendimos a ver, a darnos cuenta cuándo por ejemplo, das por válida una toma, aún no siendo tu mejor ejecución, pero es que es la mejor ejecución de la banda, del conjunto. Lo mejor para LA CANCIÓN.

«La vanidad es un peligro»

-The Cassavetes parece ya una banda estable. Háblenos de ellos y de su aportación a este fenomenal trabajo.

No es una banda muy estable psicológicamente (risas), pero sí en la formación. No me gustaría trabajar con otra gente en estos momentos. Con Fran y Jesús hay una relación mágica y muy larga en el tiempo, que es el motivo de que sea una banda estable: no hay ambiciones individuales. Quiero tocar con esta gente porque no son niños ni pozos de vanidad de niñatos, como veo en muchas otras bandas. Ellos, de alguna manera, se desencantaron de la música en un momento dado hace años y casi ni esperaban volver a tocar en un grupo de rock. en The Cassavetes, las ganas de crecer son personales, son sentimentales y son interiores.. No es nuestro objetivo en absoluto llegar a más público porque sí. Nos mueve la felicidad de lo sencillo de hacer canciones, grabarlas y tocarlas a fuego en un local donde veas la cara del público. Eso es todo.

CONCIERTO EN LONE STAR 2017 - JESUS VILLA-DIRTY ROCK MAGAZINE

No sacrificamos el ambiente que se consigue en un local pequeño ante 60  o 70 personas por conseguir tocar ante 1500 en un escenario más grande.

– Mucho adormecido en la escena local canaria, mucho divismo. ¿A qué se debe esta situación?

La vanidad es un defecto en todo el mundo del artisteo. La vanidad es un peligroen este territorio ridículo que es Canarias. Algunos catetos de los sucesivos gobiernos de Coalición Canaria han conseguido con su incultura y chovinismo, que algunos canarios crean que aquí somos la hostia, una maravilla, en cualquiera de las cosas que hacemos. Somos el paraíso en La Tierra. El Jardín de las Hespérides. Del todo, somos lo mejor. Canarias es lo superlativo. Además ocurre que la gente de aquí se mueve poco. Mirarse el obligo mucho te hace creer que tus pequeñas pelusillas son grandes como aulagas. Todo esto conduce a la ignorancia, al simple hecho de que el canario en general, no sabe lo que hay fuera, cómo de duro se trabaja fuera, mientras aquí, según ANO-Ramas lo llevamos bien con la playita, unas papitas negras y la benignidad del clima. 

– ¿Cree que el que la Administración haya «corrido con los gastos», quizás como estrategia electoral en el pasado, ha tenido que ver en la debilidad actual del tejido empresarial vinculado a la Cultura?

La Administración tiene parte de culpa, aunque no toda. La política del todo gratis, todo subvencionado, han ido llevando a que pedir tres euros de entrada por dos conciertos y una caña sea algo inaceptable por un público mayoritario. Pero luego sí tiene dinero para las copas y pagar sus drogas al precio que sea. Hay gente para todo. Hay un evidente menosprecio que hay hacia el trabajo artístico.

Yo defendería que existiera un comité  de expertos que evaluase proyectos ante las subvenciones o ayudas a La Cultura y que realizase un seguimiento riguroso de los proyectos que se realizan, de cómo se realizan, y que exigiese rigurosa justificación. Todos sabemos de gente que ha viajado a cuerpo de rey a presentar productos en el extranjero, a los que sólo han asistido «Periquito y el de la moto». Todos los gastos y la viabalilidad e interés de los proyectos deberían contrastarse. Por ejemplo, desde hace un tiempo, Canarias Crea (que ayuda a los traslados de artistas entre las islas) exige fotografías con una pancarta o cartel del proyecto durante el evento para que quede constancia al menos, de que el acto se ha realizado. ¡¡¡Qué menos!!! … Pero como The Cassavetes no hemos pedido NUNCA personalmente una ayuda pública, dormimos tranquilos y me puedo permitir también ser tan claro en este asunto.

«Hay actividades que viajan en limusina y

otras que viajan en guagua pública»

El Gobierno de Canarias siempre ha esperado de aquellos artistas  a los que ha ayudado una contrapartida. Para que estén allí o aquí en un momento dado o usarlos como estandarte cultural en defensa de un programa político o una gestión determinada. Aunque también para callarles la boca y que no digan tal o cual cosa. Y no sólo ha ocurrido en el mundo de la música. No sólo está el estómago agradecido de Benito Cabrera, no. Recuerdo cuando el asunto del «monumento» en Tindaya de Chillida. Fuimos muchos los que recibimos llamadas, cuando se estaba proyectando la película de  Gonzalo Suárez en el Festival Metrópolis, para sugerirnos que nos mantuviéramos callados o no dijéramos nada en contra del proyecto de Chillida porque Fulanito y Menganito habían recibido ayudas.

-Hay quien dice que si ha servido de algo esta maldita crisis es para afilar algún talento adormecido. ¿Qué cree al respecto?

Hay actividades que viajan en limusina y otras que viajan en guagua pública. Sin ningún tipo de criterio de calidad sobre las obras o proyectos, se han concedido ayudas y presupuestos a amigotes, siervos y lacayos, así como puestos al frente de entidades culturales y Museos. Algunas obras y algunos artistas siguen trabajando o no simplemente porque obtienen una ayuda o no la obtienen. Hay artistas de los que se dicen consagrados a los que se le subvenciona o compra obra por decisión unipersonal del político de turno. Una obra que no cumple a veces, ni siquiera, con unos mínimos criterios de calidad técnica de cara a su conservación. El caso de Dámaso es para escribir un libro. A ver qué demonios se hace ahora con la cantidad de «escombro» que acaba de donar al Gobierno de Canarias ( risa a carcajadas), porque todo eso habrá que almacenarlo y resturarlo a cada rato, porque sus obras se caen a pedazos por ineptitud del autor. Es algo sabido y comentado por todos los pintores que conocen la obra del insigne agaetense.

Soy de la opinión de que todo lo que es público debiera ser gestionado de una manera pública. Debería haber un comité que evaluara los proyectos de manera trimestral, por ejemplo. Que esos comités pudieran variar su composición de forma ágil. Que tuvieran representación de la Administración, pero que sus miembros fueran especialistas elegidos por las personas que concurren a esas subvenciones o ayudas de forma puntual. De esta forma, ni el cartel del Carnaval se elegiría a dedo para que recaiga el encargo en un amigo de Bermúdez, como ya ha sido el caso.

– ¿Cuál es el disco canario más sobrevalorado, según su opinión? ¿Y el mejor editado?

Sostengo desde siempre que el más sobrevalorado es el de Los Canarios, «Ciclos» (1974) y que Eduardo Bautista como músico, como productor y como persona es un enemigo a rendir… Y después de revisar muchos discos y de pensar mucho sobre el tema, creo que el disco canario mejor editado es BLOOD, LOVE, SOUL de The Cassavetes [risas]. Si alguien propone otro mejor editado, que lo ponga sobre la mesa al lado de ese, que yo estoy dispuesto a cambiar de opinión sin ningún problema.

Pero no es esto otro caso más de la engolada y habitual vanidad del artisteo de la que hablábamos antes. Lo digo en serio. Hasta que yo hice ese disco, no había habido un disco con un packaging y un diseño tan cuidado en toda la discografía canaria que yo conozco, al menos. Musicalmente hay mejores discos,claro…recordemos que yo no soy músico, que yo hablo de rock, y que The Cassavetes no es una banda profesional,… pero mejor editados, se me hace difícil pensar en alguno. 

«Cualquiera puede gastarse sus perras en lo que le salga de los cojones»

– Háblenos del libro Héroes del Rock Canario (Los 80 pasan factura) de José María de Páiz.

El libro de José María de Páiz es el responsable de que yo no haya ido a ver sus películas. Es un libro que me regalaron en la presentación y lo devolví. Este libro me pareció una auténtica chiquillada y a muchos de los homenajeados les pareció lo mismo aunque no lo dirían en una entrevista que va a ser publicada. Me pareció un vulgar y hasta soez intento de aparecer en el candelero por parte del autor. Una edición cuidadísima. Pero el contenido es una puta mierda. Basura sobre papel.¿Por qué? Porque «eso» no es un libro. ¿Cómo es que alguien que va a hacer un libro con ese título, tiene que llamar por teléfono a gente para preguntarle «oye, quiénes crees tú que son los héroes del rock canario»? Y luego, por si fuera poco ¿lo de héroes? Hay alguno en ese libro ( más de uno) que puede ser héroe en su casa, sí. Igual que mi padre lo es en la mía a la hora de comer.

Hay algunas lagunas importantes y ausencias que no se pueden permitir con ese título. Personas con una carrera detrás de más de treinta años de trabajo escribiendo canciones y presentándolas por todos los escenarios de Canarias y que no aparecen. Edui Bercedo, Pablo Meneses, Rafa Saavedra o Francis Díaz, de la Pista Búlgara… Gente con una discografía de ocho o diez discos. Pues así lo he visto yo: El libro tiene tal nivel que ha conseguido que no vaya a ver los documentales del mismo autor. No es nada personal. El libro me ha quitado el interés sobre cualquier otra cosa que este autor haga, por falta de rigor y por querer tirarse los pedos más altos que el culo. eso sí, bien envueltos en celofán, papel estucado y tapa dura.

– ¿Qué opinión te merece todo este fenómeno arqueológico musical que hay en Canarias desde hace unos años, cuando verdaderamente lo importante es centrarse en lo que tenemos ahora?

Teniendo en cuenta que todo el mundo puede gastarse sus perras en lo que le salga de los cojones, a mí como público, la arqueología no me gusta ni me interesa en lo más mínimo. Ya tengo 52 años y creo que hay bandas actuales que merecen la atención ahora. Y no deberíamos esperar a que pasen veinte años para que los 2000 pasen pasen factura. Se me entiende, ¿verdad?

«A mí me gusta mucho el güisqui. Los buenos, todos y mucho»

Jordi Verdes_01

Me parece interesante que el material antiguo de todas estas bandas se recupere, pero podría hacerse en formato digital, como descargas y como streaming. Yo no tengo tan claro es que sea interesante ponerlo en el mercado como un producto comercial; sea libro, CD,  vinilo o el soporte físico que sea. Ahora mismo hay más bandas que nunca y muchas son bastante mejores que muchas de las que hubo entonces. Y también es cierto que estemos ahora mismo y no en los 80, ante las mejores grabaciones que se hayan hecho en Canarias en los último 40 años. Focalizarse en el pasado a mi no me parece interesante, pero entiendo y defiendo el derecho de cada cual a gastar su dinero en lo que guste. Si yo tuviera dinero me compraría una Telecaster del año 51, y si no he pido ninguna subvención para ello, ni limosnas, ni hago crowdfunding para pagarme un antojo, es sólo asunto mío y uno de los pocos vicios que le médico no me prohibe.

– ¿Qué güisqui  le llena el espíritu? ¿De qué botella no dejaría ni su parte a los ángeles? (The angels´ share es una expresión que se utiliza en la cata de whisky para designar el pequeño porcentaje que se pierde en el proceso de destilación y manipulado, que se pierde y se la «beben los ángeles»)

A mí me gusta mucho el güisqui. Primero los buenos, luego todos y mucho. El que más me gusta que me regalen el Glenfiddich 18. Por una cuestión de paladar. Los Macallan, los Caol ila, etc. En general los de malta.

– ¿Qué concierto le queda por ver?

Sin ponerme mítico porque soy muy poco mitomano. Una banda que no he visto: Dinosaur Jr, y con J. Mascis celebraría un cumpleaños, conjunto, Tan sólo nos llevamos un mes y pico . pero si hay que citar a un «héroe» del rock que sí merezca un libro y hasta  una enciclopedia, pues me gustaría ver a Tom Waits antes de que la casque él o yo.

Como ocurre con todos los trabajos de The Cassavetes y del propio Rubén Hernández en general, están disponibles de forma totalmente gratuita en el bandcamp: The Cassavetes Bandcamp

 

Texto: Jesús Villa.

Extrevista: Carlos Pérez Báez y Jesús Villa.

Fotografías: Verdés Padrón, Rubén Hernández, Esteban Campos y Jesús Villa

 

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