Crónica de Salto. 7/09/2018 Lone Star. Tenerife

Salto, cuando hay calidad y maestría no importa el género.

Antes de nada permítanme un inciso, ante la intensidad de mi felicidad al sentir la emoción tras una buena noche de música en vivo.

Gracias a Belén Canitrot y a Salto, me acuesto feliz y satisfecho.

Pero, sobre todo, quiero resaltar al Lone Star. No he encontrado en esta isla un bar con tantos estímulos para cruzar su puerta.

Las micheladas del Lone

Allí estábamos. Disfrutando del fenomenal concierto de Salto. Entre foto y foto, comentarios.

– Oye Mariano, ponme algo que estoy sediento.
– ¿Has probado nuestra michelada?…

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Cuentan los abundantes, devotos y eruditos historiadores que frecuentan esta parroquia que hace algo más de un año -a mediados de julio de 2017- nuestros amigos mejicanos Dellag Duffers visitaron Tenerife para intervenir en MAPAS. Un jueves, por la noche, arreglaron una actuación en el local de Mariano y Ana para el siguiente sábado.

Dicen los asistentes que el concierto estuvo muy bien. Lo que también se dice, se rumorea, se comenta es que la noche acabó con los americanos detrás de la barra. Apoderados de los dominios de Sr. Seral y compañía, el Lone Star se convirtió en un manantial del famoso cóctel mejicano.

Desde entonces, la michelada se ha convertido en una bebida residente junto a los güisquis y los rones. Ana, con gran habilidad, ha sabido darle su toque personal. La ha convertido en elixir para feligreses y visitantes.

En el Lone siempre surgen historias que contar. Te tratan bien, lo pasas bien. Y la michalada está riquísima.

Recuerdo la primera vez que vi, nada más entrar, ese poster de “Amarcord” -mi película favorita- junto a Marlon Brando, mi actor fetiche por antonomasia.

Al girar incrédulo mi cabeza y ver la selección de whiskys, además de la imponente colección de vinilos, imagino mi cara como el que encuentra un oasis en el desierto tras una larga caminata sin beber.

A nosotros que nos gusta hacer los homenajes en vida, cuando la cosa esta vigente, y no de manera póstuma, quiero felicitar de forma sincera a Mariano Seral Giménez el artífice principal de este templo donde yo he cerrado los ojos y me he sentido en otras épocas.

Un lugar donde noche tras noche se vive la música y casi siempre en directo.

Un espacio donde sientes la cercanía con los otros que acuden allí, la sensación de comunidad algo difícil de lograr en los tiempos que corren con los móviles y la velocidad.

Los putos tópicos siempre se cumplen y lloraremos su perdida el día que no esté más el Lone Star.

Gracias Mariano por tu valentía, tu espíritu firme y tus valores por encima del mercantilismo tal cual.

Agradecido por disfrutar allí, y sobre todo ver a los artistas regocijarse.

Salto ofrece canciones que hacen vibrar y disfrutarlas en su pura esencia.

Dos guitarras y un bajo que aúllan sin parar y una batería que sostiene el ritmo.

Según se suceden las canciones, hay tiempo para momentos de teclado más experimentales, que aportan variedad rítmica y sonora.

El concierto fue subiendo poco a poco.

La psicodelia aparecía de forma natural haciéndonos disfrutar desde la incertidumbre de lo que vendría después.

Germán sacó su vena cómica al presentar su canción “Her man” en un simpático juego de vocablos con su nombre.

Presentaban de forma armoniosa sus dos discos en la isla.

Una gran versión de «Ohio» de Crosby, Stills, Nash and Young.

Y la plenitud llego con una desatada versión de “Down by the River” de Neil Young. Los allí presentes nos quitamos el sombrero en señal de celebración y pleitesía.

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David, a mi lado, se preguntaba por qué el estado del bajo, y su ejecutor nos mostró en la parte final del concierto frotándolo con el techo el porqué de su desgaste, había entrega sin medidas.

Muy logrados los coros a dúo, así como la cohesión del grupo que brilla de forma sencilla pero abrumadora.

Diversas capas de sonido de forma magistralmente limpia.

Se despidieron con su perfil más rabioso, pero complacientes con el público presente y aceptaron a regalarnos dos temas más.

El veredicto fue generalizado de éxito total.

No me cabe duda que Germán y los suyos te gustarán si tu onda va por la música Americana. Beben de los maestros del género. Pero me atrevería a decirte que te gustarán, simplemente, si te gusta la música.

Por momentos Beatles, Beach Boys, Big Star, como no Neil Young o los Jayhawks, el espectro estilístico de las guitarras de Salto es infinito.

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Una grata sorpresa. Personalmente, me voy con”It´s all about you” como mi preferida.

Un primer triunfo de este Ciclo de Músicas Emergentes 2018 que nos trae Isla Sonora y que nos dejó con ganas de más.

Los Baleares Jorra I Gomorra serán los siguientes en entrar en escena el próximo 5 de octubre en ese santuario que es el Lone Star.

Texto: José Fradejas.

Fotos: Jesús Villa

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