The Model Rockets, en la órbita de regreso

En los noventa los chicos de Seattle deslumbraron en sus visitas a España. Ahora ya no son tan chicos e incluso Scott Sutherland bromea sobre ello con el público (“os gusta que toquemos canciones para saltar y bailar, qué suerte, yo estoy mayor para eso”).

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Al poco de empezar el nuevo siglo se dispersaron y se enrolaron en diversas bandas, pero han vuelto, y se nota que no han dejado de tocar ni de cantar, que afinan sus voces como siempre y las armonías de Sutherland y John Ramberg conservan el poder de encantarnos, y que todo el cuarteto funciona como una perfecta máquina de hacer música en la que el propósito de pasarlo bien es su estrella polar.

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El setlist que colocaron sobre la tarima anunciaba un repaso por toda su discografía, esos cuatro discos incontestables y el reciente EP que les sigue brillantemente la estela; una lista de canciones que mostraba también un aserto irrebatible: que todas ellas son muy buenas. Pasabas la vista por los títulos y ya empezabas a relamerte, ¿qué decir cuando empiezan con “Ditched at the Grand Illusion”, tras ella viene “Amazing”, que es nueva y parece que la estén cantando toda la vida, y después “The Dress Up Girls”, y suma y sigue dieciséis veces?

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Si su obra es sobresaliente, ellos treinta años después están a la misma altura, y con esa premisa la noche fue una fiesta. El sonido, un poco pasado de vatios, penalizó algo las voces, especialmente los coros de Boy Remillard, que estuvo explosivo con el bajo; pero en contrapartida ese exceso de volumen lanzó al público hacia lo alto.  Ramberg nos trajo la nave desde el centro de la galaxia prácticamente en llamas, y a su lado Sutherland salpicaba solos centelleantes, perfilaba voces a dúo y en solitario. Graham Black, siempre sonriente, y sobrio en la ejecución con las baquetas, equilibraba el derroche de energía de Remillard, que se movía a saltos por la escena.

Momentos destacados fueron todos, porque lo mismo deleitaron con “Calling Panther Lake”, estrenada este año, que arrasaron con los legendarios “Hitchhiker Jane” y “Daredevil Girl”, de su disco de debut, el mítico y garajero “Hi Lux”. Cuando nos preparábamos a despedirles con “I Don’t Know What I Want” de Raspberries, que cierra el reciente “The Model Rockets Are Back”, les avisaron que ya era la hora, y los aplausos no pudieron vencer a la ordenanza municipal.

Nos dijeron adiós y siguieron su órbita, esa que nos los ha traído de vuelta cuando ya no lo esperábamos.

Foto y vídeos por Juan J. Vicedo.

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