Color Green y Color Green (2022): (Virtuosos y honestos) lugares comunes

Color Green nuevo disco

Somos afortunados de seguir disfrutando de la aparición de nuevas bandas que, como ya sabemos,  no descubren nada nuevo, pero sí que mezclan ecos del pasado con nuevas ideas, personalizando al máximo un mensaje propio que exuda respeto y decisión al mismo tiempo. Color Green, o lo que es lo mismo, Noah Kohll y Corey Madden, parten del imaginario popular del que bebe la música americana de este nuevo siglo para entregarnos un álbum de debut deliciosamente no sorprendente.

Ocho canciones escritas por el dúo en su Los Angeles de adopción, ayudados en el estudio por varios de los más destacados  músicos de una de las escenas más excitantes de los últimos tiempos, esos angelinos que no le temen al pop ni a las jams, sobradamente preparados y con un background de chapeau.

 La inicial “Warbling Sky” es la viva representación del amor que siente la banda por los Grateful Dead y sus múltiples caras: comienza reposada y elaborada, con suaves armonías  para casi al final transmutar en una mucho más rítmica y country rock , trotando y enlazando  con “Ill Fitting Suit”, con el bajo llevando subliminalmente el peso de la tonada.

“Ain’t It Sad” con el groove de la Paul Butterfield Blues Band, “Bell of Silence” que nos recuerda que en el L.A. de los 60’s existieron bandas como Spirit y una “Ruby” que parece sacada de una sesión de un J.J.Cale bañado en acido  componen un trio definitorio de las cualidades de Kohll y Madden para tamizar ecos del pasado. Canciones como “Verdolaga Dreams” son difíciles de adjetivar (¿Cosmic American Music?), y “Stretchin’ Thumbs” nos evoca a los primeros Flying Burrito Brothers de Gram Parsons.

Dejan para el final “Blizzed Out”, una oda al RnR americano donde conviven influencias más evidentes como The Band o Little Feat con otras más inesperadas como NRBQ. Un álbum a tener en cuenta al redactar la lista de los mejores del año, una autentica  pieza de orfebrería rock.  Disfrutable  desde el principio, requiere de varias escuchas para que te  sorprenda (un poco) a la mitad y te atrape al final, cuando degustas todo el conjunto.  Instrumentación de alta graduación, grandes armonías vocales y la sensación de que tenemos Laurel Canyon para rato….

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