Dos años después del excelente «The Holey Bible», Florry regresan con otro sensacional álbum llamado «Sounds Like…».Título apropiadísimo ya que no suena a algo específico, suena como una banda que descubre las cosas sobre la marcha como el country rock, y el fuzz y creando algo memorable en el proceso.
La líder de la banda Francie Medosch y su equipo absoluto de colaboradores se han esforzado por afilar sus guitarras dentro de la gran tradición del rock and roll de labios fruncidos iniciada por gente como Son Volt, The Band, los Rolling Stones, y hasta Bob Dylan trasladándose a los estudios Drop of Sun, en el corazón de las Blue Ridge Mountains, para grabar con el prodigio de Asheville, Colin Miller, una voz clave tras los discos de MJ Lenderman, Wednesday y Merce Lemon.
El grupo nacido en Filadelfia y ahora radicado en Vermont suena más seguro y desenfrenado que nunca, presentando un disco que se percibe sin ningún interés en la pulcritud, más bien todo lo contrario rodeado de músicos en la grabación como Jon Cox (Sadurn, Son of Barb) en el pedal steel, John Murray en guitarra eléctrica, Collin Dennen en el bajo, Will Henriksen al violín, Katya Malison (Doll Spirit Vessel) en Vox y Joey Sullivan (Bark Culture) a la batería los mismos que en el último disco de MJ Lenderman.
Con algunos riffs de rock clásico, la banda alterna entre pasajes de country boogie y momentos más tranquilos y calmados.
Guitarras, violines, pedal steel, baterías atontadas: todo esto crea un turbio muro de sonido en el tercer disco de estudio de la banda «Sounds Like…» que no eclipsa del todo las letras narrativas de la veinteañera Medosch, quien más que nunca, se propuso escribir «canciones épicas» que se basan en viñetas de la vida real, como el cataclísmico accidente de coche narrado en «Truck Flipped Over ’19» que suena como la etapa secreta de Waylon Jennings en Black Sabbath o el romance de viaje por carretera de «Pretty Eyes Lorraine«, una versión de «Far Away Eyes» con una chica motera. «Sounds Like…», uno de los discos del año.
